La herramienta Radio and Plasma Wave Science de la nave espacial Cassini ha hecho posible que se logren registrar los «sonidos de Saturno».
Se trata de ondas electromagnéticas que se difunden en el plasma, explicó la NASA en su página web.
Además, los profesionales del Departamento Nacional de Aeronáutica y Desarrollo del Espacio de EEUU descubrieron que la zona entre el lado interior del anillo más cercano a Saturno y el gigante gaseoso está casi libre de partículas de polvo.
Esto fue lo que detectó el orbitador Cassini durante su histórico vuelo del pasado 26 de abril. Apenas se escuchan impactos.
Cassini ha orbitado Saturno desde junio de 2004 para estudiar el planeta, sus anillos y sus satélites. Los científicos han recibido una gran cantidad de nueva información valiosa sobre las posiblemente aptas condiciones para la vida en Encélado, una de las lunas que orbita Saturno. En abril de 2017, Cassini entró por primera vez en el espacio entre el gigante gaseoso y sus anillos.
Ahora, los astrónomos van a tener que replantearse lo que sabían sobre los anillos de Saturno, pero una de las implicaciones a corto plazo del descubrimiento es clara. Como medida de protección, Cassini había realizado el primer cruce con su antena en forma de plato orientada en la dirección de las partículas del anillo para evitar daños, perdiendo el contacto con la Tierra. La nave no tendrá que seguir usando su antena a modo de escudo.
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