Desde hace aproximadamente una semana se han detectado más de 140 temblores de magnitudes 1,4 a 4,3 bajo el lago Saltón, al sur de California. Los expertos temen que este «enjambre sísmico» pueda producir un efecto contagio que despierte a la peligrosa falla de San Andrés, la cual atraviesa el estado de norte a sur. El el Servicio Geológico de Estados Unidos
Los temblores se han registrado a una profundidad de entre 4 y 9 kilómetros cerca de un conjunto de fallas de desgarre que conecta el extremo sur de San Andrés con la falla Imperial. Algunas de estas fallas están orientadas de tal manera que ejercen estrés sobre San Andrés y el sistema de San Jacinto cada vez que se desatan pequeños sismos como los que han tenido lugar esta semana.
De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos, el riesgo de un gran terremoto (el temido «Big One») podría ser de 1 entre 100 hasta el 4 de octubre. Las mismas estimaciones colocan el riesgo mínimo en 1 entre 3.000 opciones. Sin embargo, las posibilidades reales de un desastre disminuyen con el paso del tiempo.
¿Y qué es exactamente un Big One? Los sismólogos hablan de un terremoto de magnitud 7 o superior que podría agitar el sur de California durante más de dos minutos. Afectaría especialmente a los valles de Coachella y Antelopee, así como al área metropolitana de Inland Empire; pero también impactaría en Los Ángeles.
Un desastre natural de esta magnitud dejaría más de 1.800 muertos y 50.000 heridos, y provocaría daños superiores a 200.000 millones de dólares. La última vez que la falla de San Andrés generó un sacudida así en el sur de California fue en 1857, con un terremoto de magnitud 7.9 en la escala de Ritcher.
Desde entonces la falla ha estado tranquila, pero acumulando tensión sin descanso. Según Thomas Jordan, director del Centro Sísmico del Sur de California, San Andrés está «cargada y lista para temblar»
Pueden ver la información del Servicio Geológico de EE.UU en este enlace.
0 comentarios