El rover Curiosity lleva cuatro años y medio explorando la superficie de Marte, y ya empieza a mostrar signos de desgaste. La NASA ha observado ahora dos pequeñas roturas en la banda de rodadura de la rueda central izquierda —un nuevo nivel de daño para una máquina ya envejecida.
Curiosity tiene seis ruedas de aluminio, cada una de ellas de 20 pulgadas de diámetro. Las fisuras de la rueda central izquierda son las primeras que dañan notablemente algunas de los 19 líneas en zigzag que conforman las bandas de rodadura de cada rueda, y soportan los 900 kg del vehículo.
El laboratorio móvil de la NASA llegó a Marte el 6 de agosto de 2012. Hacia finales de 2013, el rover se encontró con una zona de rocas afiladas que acabó desgastando en exceso sus ruedas, lo que obligó a los técnicos de la NASA a alterar la ruta prevista en busca de terrenos más amables.
Jim Erickson, jefe de proyecto de Curiosity, dice que ahora las ruedas están «acercándose a un hito de desgaste», pero «es parte del ciclo de vida esperado» y «no cambia nuestros planes científicos ni disminuye nuestras posibilidades de estudiar la mineralogía más alta del Monte Sharp».
Hasta la fecha, Curiosity lleva recorridos 16 kilómetros. Puede parecer poco para un robot que nos ha enseñado tanto sobre el pasado del planeta rojo, pero en realidad es el doble de lo planeado para su misión principal: estudiar si la región del Monte Sharp reunió alguna vez las condiciones ambientales necesarias para la vida microbiana; si Marte albergó vida.
Curiosity examina ahora las dunas de arena a medio camino de una unidad geológica conocida como formación Murray. Sus zapatos ya están viejos, pero el infatigable robot sigue ofreciendo datos cruciales sobre el planeta vecino. La NASA cree que el vehículo llegará a todos los destinos planeados para la misión.
Vía: Gizmodo
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