Las ruedas del Curiosity se están desgastando, y eso es preocupante para la NASA. Aunque la agencia espacial asegura que esperaban cierto desgaste durante la vida útil del rover, están trabajando en desacelerar la destrucción de las ruedas por culpa del terreno marciano. Y la solución está en el software.
La NASA anunció que, en conjunto con su laboratorio de propulsión a chorro (JPL), han desarrollado un sistema que reducirá los niveles de desgaste de las ruedas del Curiosity para incrementar su vida útil y, por tanto, poder seguir recorriendo y estudiando nuestro vecino planeta rojo.
La superficie marciana es demasiado imperfecta y rocosa, por lo que el hecho de que las ruedas del rover giren a la misma velocidad hace que algunas ruedas sufran más que otras. Dicho de otro modo, dado que todas las ruedas giran a la misma velocidad, si una de ellas está pasando sobre una roca o superficie puntiaguda sufre más la presión que las otras ruedas. Esto ha acelerado la ruptura de algunas de las ruedas del Curiosity, sobre todo las delanteras.
Con el nuevo sistema desarrollado por el JPL, cada rueda podrá girar a una velocidad diferente, dependiendo del terreno sobre el que se encuentre. Si está sobre una roca puntiaguda el rover calculará la velocidad exacta a la que debe girar para mejorar la tracción, evitar el deslizamiento y, además, reducir el desgaste de la rueda. En sus pruebas, el sistema del JPL permitió que las ruedas delanteras experimentaran una reducción de carga del 20%.
No hay forma de reparar las ruedas del Curiosity, pero eso no quiere decir que la NASA no vaya a hacer todo lo posible por reducir su desgaste y, por tanto, prolongar la vida del rover. El pasado 8 de junio finalizó el desarrollo del sistema de control de tracción del JPL y la NASA ya lo cargó al rover y lo activó de forma predeterminada.
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