Geocientíficos de Canadá han descubierto agua con una antigüedad de dos mil millones de años. Es el agua más antigua que se ha podido descubrir en la Tierra y podría ampliar nuestra comprensión acerca de cómo la vida emergió en el planeta, y posiblemente sobre cómo puede emerger en cualquier parte.
Los investigadores de la Universidad de Toronto encontraron el agua primordial a una profundidad de 2,4 kilómetros en mina de Kidd Creek, ubicada en Timmins, Ontario. El equipo, liderado por el geólogo Oliver Warr, explicó sus hallazgos esta semana en San Francisco. Sus descubrimientos aparecerán en un próximo número de Nature.
Hace 3 años, los mismos investigadores descubrieron agua de 1,5 mil millones de años en la misma mina, activa, de cobre, zinc y plata, pero a menos profundidad. Decidieron buscar aún más abajo, encontrando pequeños depósitos de agua que datan de cuando la tierra tenía «sólo» 2,5 mil millones de años. Sorprendentemente, este agua fluía libremente, y no estaba encapsulada en una formación rocosa como muchos geocientíficos habían asumido.
«Cuando la gente piensa sobre este tipo de agua, muchos asumen que debe ser una cantidad diminuta en cantidad atrapada dentro de una roca», afirmó Barbara Sherwood, miembro del equipo, en una conversación con la BBC. «Sin embargo, la puedes encontrar burbujeando delante de ti. Este tipo de masas fluyen libremente en ratios de litros por minuto. El volumen de agua es mucho mayor de lo que nosotros habíamos anticipado»
Un análisis químico del agua ha revelado trazas de helio, argón, neón, kriptón y xenón. Este tipo de gases suelen acumularse en el agua con el paso del tiempo, permitiendo así a los científicos calcular su edad. El agua también contiene metales y sal (ocho veces lo que tiene el agua del mar) «No te mataría si la bebieses, pero sabría terriblemente mal», apunta Warr.
Los investigadores describen el agua como un «sistema de fluidos interconectados» con una antigüedad de millones de años y capaz de soportar la vida. «Estamos comenzando a entender muy lentamente que estamos mirando a toda una nueva hidrosfera planetaria», explica Lollar en el National Post. Es cierto, varias regiones de la Tierra contienen depósitos aislados de agua en formaciones geológicas bajo la superficie.
Un análisis posterior de esta antigua agua podría revelar nuevos datos del estado de la Tierra hace dos mil millones de años.
Más importante aún, esta agua podría decirnos sobre cómo pudo existir la vida entonces a estas profundidades, así como el tipo de vida que podríamos encontrar en otros planetas
0 comentarios