Cada año, una masa misteriosa de brillantes nubes azules desciende sobre la Antártida. Pero de acuerdo con las nuevas imágenes grabadas por la NASA, esas «nubes de otro mundo» hicieron su aparición más temprano de lo esperado este año, y los científicos están luchando para explicar por qué estas nubes que brillan en la noche del Polo Sur, nos dieron una ventaja inicial de dos semanas.
A medida que transcurre diciembre, un gran banco de nubes noctilucentes cubre la Antártida. Comenzó el 20 de noviembre como una pequeña nube de color azul eléctrico y se expandió rápidamente para cubrir casi todo el continente. La misión AIM monitoriza el progreso de las nubes a medida que se arremolinan y ondulan alrededor del polo sur.
«Las nubes aparecieron sobre el polo sur antes de lo habitual este año», dice Cora Randall, quien es miembro del equipo científico de AIM, en el Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial, ubicado en Colorado. «Desde el lanzamiento de la misión AIM, sólo la temporada 2009 tuvo un inicio más precoz».
Las nubes noctilucentes, o NLC, por su sigla en idioma inglés, son las nubes más altas de la Tierra. Sembradas por meteoroides que se desintegran, se forman en el borde del espacio, a 83 kilómetros por encima de la superficie terrestre. Cuando la luz solar alcanza los diminutos cristales de hielo que forman estas nubes, parecen brillar con un color azul eléctrico.
Las NLC son más brillantes y se extienden más durante el verano. Ahora es verano en el hemisferio sur. Las nubes se iluminan sobre el polo sur de noviembre a febrero, y se desplazan hacia el polo norte, de mayo a agosto.
¿Por qué en el verano? La respuesta se halla en los patrones del viento y en el flujo de humedad en la atmósfera. El verano parece ser la época donde la mayor cantidad de moléculas de agua sube desde la atmósfera inferior para mezclarse con el “humo de meteoros” en el borde del espacio. Irónicamente, el verano es también la época en la que la atmósfera superior es más fría, lo que permite que se formen los cristales de hielo de las NLC.
En los últimos años, las NLC se han intensificado y extendido. Cuando las nubes noctilucentes aparecieron por primera vez en el siglo XIX, era necesario viajar a las regiones polares para verlas. Desde el cambio de siglo, sin embargo, han sido vistas tan cerca de la línea ecuatorial como en los estados de Colorado y de Utah.
Algunos investigadores creen que esto es una señal de cambio climático. Uno de los gases de efecto invernadero que se ha vuelto más abundante en la atmósfera de la Tierra desde el siglo XIX es el metano..
«Cuando el metano llega a la atmósfera superior, es oxidado por una compleja serie de reacciones para formar vapor de agua», explica el profesor de la Universidad Hampton, James Russell, quien también es el investigador principal de la misión AIM. «Este vapor de agua adicional está disponible entonces para crear cristales de hielo para las NLC».
Si esta idea, una de varias, es correcta, las nubes noctilucentes son una especie de “canario en una mina de carbón” para uno de los gases de efecto invernadero más importantes. Y ese, dice Russell, es un gran motivo para estudiarlas.
El estudio de las NLC es el objetivo principal de la nave espacial AIM. Desde su lanzamiento, en el año 2007, AIM ha hecho muchos descubrimientos clave, incluyendo el papel que desempeña el polvo de los meteoritos en la creación de las NLC y la manera en la cual las NLC se ven afectadas por las teleconexiones de larga distancia en la atmósfera. Más descubrimientos pueden llegar a estar a la vista debido a que la NASA acaba de prolongar la misión por dos años más.
son la guerra que tienen los reptoides desde hace 6 meses y nos daremos por satisfechos si algun zambonvazo de los que se estan dando no les recibimos nosotros
Qué bien que sean motivo de estudio,pero desde que iniciaron con sus chaimtrails ha habido una gran variedad de nubes raras en sus formaciones incluso algunas muy amenazantes y siniestras, pero en fin, que otra sigamos viendo la gran diversidad transformando la naturaleza.