Los científicos del E/V Nautilus soltaron un comprensible awww al unísono cuando se encontraron con este calamar de ojos saltones a 900 metros de profundidad cerca de la costa de California. «Parece de juguete, como si a un niño se le hubiera caído su peluche».
Se trata de un ejemplar de Rossia pacifica, estrechamente emparentado con la sepia a pesar de su parecido con el pulpo. Esta especie de calamar pasa los días en el fondo marino, enterrada en el sedimento con los ojos asomados al exterior para poder hacerse con alguna presa (camarones y peces pequeños, sobre todo).
Vive en el Pacífico Norte, desde Japón hasta el sur de California, a una profundidad mínima de 300 metros. Es un calamar pequeño, de hasta 11 centímetros de longitud y 5 centímetros de manto. Cambia de color cuando es sorprendido y proteger su cuerpo con una pegajosa capa de mucosidad.
“¡Haz algo!”, exclamó una investigadora del barco científico, pero el E/V Nautilus solo pudo capturar esa mirada atenta, intensa y un poco estrábica. Adorable, a pesar de todo. Imposible no acordarse del pulpo que parecía un emoji descubierto en Hawái hace unos meses por científicos del Okeanos Explorer.
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