Las emisiones de carbono de cada estadounidense derriten 500 pies cuadrados de hielo marino ártico cada año.
A medida que los gobiernos se reúnen en Marrakech, Marruecos, para la reunión de este año de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el impacto del cambio climático se sigue sintiendo varios miles de millas al norte.
La extensión mínima del hielo marino en el Ártico de este año resultó igual a la del año 2007 siendo la segunda más baja registrada, y su rebrote en las estaciones de otoño e invierno está demostrando ser demasiado lento. Entre el 1 y el 15 de octubre, la extensión del hielo aumentó en menos de un tercio de la ganancia promedio en el rango de años de 1981-2010 para ese período; Para el 31 de octubre, la extensión del hielo marino del Ártico se situaba en 2.73 millones de millas cuadradas, la menor extensión en el registro de satélite para esa fecha.
Mientras tanto, un nuevo estudio en la revista Science sostiene que los modelos informáticos han subestimado la pérdida de hielo marino en el Ártico, y que la región podría llegar a estar efectivamente libre de hielo marino en el verano de 2045. En el estudio, Dirk Notz del Instituto Max Planck de Meteorología en Hamburgo, Alemania y Julianne Stroeve del Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo en Boulder, Colorado, compararon las emisiones anuales de gases de efecto invernadero causadas por el hombre con las observaciones de la extensión de hielo marino en el período de 1968 a 2000. Encontraron que los dos elementos tenían una fuerte relación lineal, en la medida en que era posible para ellos calcular que cada tonelada métrica adicional de dióxido de carbono emitida en la atmósfera resultó en la pérdida de cerca de 33 pies cuadrados de hielo marino del ártico.
Esto les permitió encontrar una manera de mostrar cómo las acciones individuales contribuyen a los cambios en el Ártico. Por ejemplo, calcularon que cada asiento en un vuelo de Londres a San Francisco tiene un costo de unos 54 pies cuadrados de hielo marino. Las emisiones anuales de carbono del estadounidense promedio serían suficientes para derretir alrededor de 500 pies cuadrados – casi 10 veces más que el promedio de los habitantes de la India, por ejemplo.
«Hasta ahora, el cambio climático a menudo se ha sentido como una noción bastante abstracta, y nuestros resultados nos permiten superar esta percepción», dijo Stroeve.
Notz y Stroeve utilizaron su descubrimiento para mirar el futuro del Ártico y encontraron que 1.000 gigatoneladas adicionales de carbono serían suficientes para reducir la cubierta de hielo marino del Ártico en septiembre, por debajo de 386.000 millas cuadradas, lo cual harían que el Océano Ártico estuviera libre de hielo. En la actualidad las tasas de emisiones de CO2, que son alrededor de 35 gigatoneladas por año, permiten calcular que ese escenario catastrófico ocurriría en el año 2045.
Encontraron que el grado de la pérdida del hielo superó a eso en la mayoría de los modelos de computadora, porque, dijo Notz, esos modelos subestiman probablemente la cantidad de calentamiento ártico que está ocurriendo. Las mediciones de las temperaturas del aire por encima del Océano Ártico siguen siendo limitadas.
«Los modelos no son perfectos», dijo Stroeve. «Y si puedes usar las observaciones por ti mismo para predecir cuándo el hielo del Ártico desaparecerá tal vez eso sea de alguna manera mejor».
al final sera un mundo acuatico la peli se vuelve realidad ohhhh