El enorme sistema tormentoso, de unos 9.000 kilómetros de longitud, ha sido observado en una región en la que nunca se había detectado una nube brillante de semejantes características.
Ned Molter, un estudiante de postgrado de la Universidad de California en Berkeley, ha observado un nuevo fenómeno en Neptuno: una tormenta de casi el tamaño de la Tierra cerca del ecuador del planeta, en una región en la que nunca se había detectado una nube brillante de semejantes características, según informó el miércoles el Observatorio W. M. Keck, instalado cerca de la cumbre del volcán Mauna Kea, en Hawái, desde donde se ha realizado la observación. «Normalmente esa zona es realmente tranquila y sólo vemos nubes brillantes en las bandas de latitudes medias, por lo que una nube tan enorme justo en el ecuador es algo espectacular», comenta Molter.
Neptuno es el planeta más alejado del Sistema Solar y también es el más ventoso: un viento endiablado supera los 1.600 kilómetros por hora en el ecuador y hay rachas violentas de hasta 2.000 kilómetros por hora cerca de la antigua Gran Mancha Oscura, una mancha similar a la Gran Mancha Roja de Júpiter, que fue observada en 1989 y que había desaparecido completamente en 1994. Neptuno realiza una órbita completa alrededor del Sol cada 165 años y cada estación dura unos 40 años terrestres.
El enorme sistema tormentoso, de unos 9.000 kilómetros de longitud, aproximadamente una tercera parte del radio de Neptuno, ha sido observado con mayor brillo entre el 26 de junio y el 2 de julio. «Esto demuestra que ocurren cambios extremadamente drásticos en la dinámica de la atmósfera de Neptuno y quizá sea un fenómeno meteorológico estacional que podría producirse al cabo de unas pocas décadas más o menos», afirma la profesora Imke de Pater, del Departamento de Astronomía de la Universidad de California en Berkeley.
La tormenta fue estudiada entre el 26 de junio y el 2 de julio, cuando parecía hacerse más brillante.
«Ver una tormenta de ese brillo a una latitud tan baja es muy sorprendente», dijo Ned Molter, quien detectó el fenómeno.
«Históricamente solo en ocasiones se han observado nubes brillantes en Neptuno, pero por lo general a latitudes cercanas a los polos», dijo Imke de Pater, asesor de Molter.
Nunca antes se habían apreciado cerca al ecuador y tampoco tan brillantes.
Tormentas en ese planeta han sido captadas en el pasado por algunos observatorios. Y la nave Voyager 2 detectó una gran mancha oscura en 1989, que había desaparecido cuando el telescopio Hubble enfocó el planeta en 1994.
El Hubble había visto esa tormenta antes que el Keck, pero en un sitio diferente y por ello los astrónomos se preguntan cómo podía estar en diferentes latitudes.
Neptuno es el planeta con más vientos en el Sistema Solar y posee distintos vientos en diferentes latitudes, por lo que esta tormenta se pudo extender por un vórtice masivo.
Dentro del vórtice los gases se refrescan cuando suben, cuando la temperatura cae bajo el punto de condensación (o el punto en el que se vuelve líquido, el gas se condensa y crea nubes, un proceso similar al terrestre, pero en Neptuno están constituidas por metano.
No se sabe si estas nubes se deben a un cambio drástico en la dinámica de la atmósfera o si se trata de tiempo estacional que se da cada ciertas décadas.
Neptuno tiene un diámetro de 49 572 kilómetros, casi 4 veces el de la Tierra. Su atmósfera está compuesta casi toda de hidrógeno y helio, con hielos de agua, amoniaco y metano. Se encuentra hoy a 4352 millones de kilómetros de la Tierra (en comparación el Sol se halla a solo 150 millones de kilómetros de nosotros).
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