Dos recientes estudios publicados que se basan en análisis de ADN apuntan a un mismo sospechoso de haber causado la epidemia de peste que arrasó a la población azteca y a otras civilizaciones de la región.
En el siglo XVI, tras la llegada a México de los conquistadores españoles encabezados por Hernán Cortés, la enfermedad de la peste acabó con el 80% de la población azteca y de otros pobladores de la región en tan solo veinte años.
Ahora, dos nuevos estudios apuntan que el culpable de esta epidemia, una de las peores en la historia de la humanidad, pudo ser la Salmonella.
En el primero de los estudios, publicado en la web científica bioRxiv, los investigadores analizaron un ADN bacteriano recolectado en unos enterramientos en Oaxaca, México, ligados a la peste de 1545, conocida como la primera epidemia de ‘cocoliztli’ (enfermedad, en idioma náhuatl).
El equipo liderado por Johannes Krause, del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, extrajo y secuenció el material genético de los dientes de 29 restos humanos, y halló que, a excepción de cinco, todos ellos eran portadores de la bacteria ‘Salmonella enterica’. Este descubrimiento podría suponer la primera prueba de que este patógeno fue el causante de la epidemia.
Estos resultados fueron apoyados luego por otro estudio, publicado en esa misma base de datos digital unos días después, que especula con la posibilidad de que esta bacteria llegara a México desde Europa.
Esta segunda investigación analizó los restos de una joven enterrada en Noruega alrededor del año 1200, en los que encontraron la muestra de Salmonella más antigua obtenida hasta la fecha. Esto demostraría que la mortal bacteria ya circulababa por Europa desde esa época como mínimo.
Sin embargo, María Ávila-Arcos, una genetista evolucionista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), no está convencida, según un artículo de la revista Nature. En él se señala que la científica mexicana y otras personas sugieren que fue un virus, y no una bacteria, lo que causó el «cocoliztli».
Ninguno de los miembros de ambos equipos quiso hacer comentarios sobre estos trabajos, ya que los resultados de sus estudios se encuentran actualmente en fase de revisión por parte de los especialistas de una revista científica.
Los estudios fueron publicados en los siguientes enlace: Estudio 1 – Estudio 2
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