Como se señala en un nuevo white paper anunciado este martes 27 de diciembre (2016), el gobierno chino está planeando colocar una sonda en la cara oculta de la Luna en el año 2018 y enviar a una misión robótica a Marte en el 2020.
El entusiasmo de China por la exploración espacial es claro y, en los últimos años, la nación ha hecho grandes avances en tecnología para lanzar robots y humanos a la órbita y más allá.
En un informe oficial publicado el martes, China ha esbozado un plan de cinco años para acelerar el desarrollo de la tecnología espacial para convertirse en el primer país en aterrizar una sonda robótica en la cara oculta de la Luna y enviar su primera misión al planeta rojo. Ambos logros están previstos antes del 2020.
Según el documento, los planes de la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) son «explorar el espacio exterior y mejorar la comprensión de la Tierra y el cosmos, utilizar el espacio ultraterrestre con fines pacíficos, promover la civilización humana y el progreso social y beneficiar a toda la humanidad, para satisfacer las demandas de desarrollo económico, científico y tecnológico, la seguridad nacional y el progreso social, y para mejorar los niveles científico y cultural del pueblo chino, proteger los derechos e intereses nacionales de China, y aumentar su fuerza global».
China ve la exploración espacial como una cuestión de orgullo nacional y ha hecho grandes avances en vuelos espaciales humanos y robóticos en los últimos años. En 2003, la agencia llevó a cabo su primer vuelo espacial humano, que fue seguido por una caminata espacial en 2008. En 2011, el primer prototipo de la estación espacial china, Tiangong-1, fue puesto en órbita y durante su vida útil de dos años fue visitado por una serie de naves espaciales, incluyendo las naves espaciales Shenzhou 8, 9 y 10, todas las cuales demostraron acoplamiento orbital y las dos últimas naves espaciales llevaron astronautas al puesto orbital. Estas misiones eran notables porque incluyeron las dos primeras astronautas femeninas de la nación, Liu Yang y Wang Yaping.
Tiangong-1 está ahora en una órbita en decadencia y ha sido reemplazada por Tiangong-2, que fue visitada recientemente por los astronautas Jing Haipeng y Chen Dong en la misión Shenzhou 11 durante 30 días, el vuelo espacial chino más largo de la historia. Estos prototipos de laboratorios espaciales actúan como bancos de pruebas y allanan el camino para el lanzamiento de la estación espacial china permanente prevista en el año 2020.
En 2013, la CNSA fue lanzada a la luz luego de aterrizar con éxito un rover sobre la superficie lunar, el primer aterrizaje suave y exitoso en la Luna desde los años setenta. El rover, llamado Yutu, era una parte de la misión de Chang’e 3, una serie de misiones robóticas a la Luna pensadas para preparar los posteriores aterrizajes humanos. Yutu exploró la polvorienta superficie lunar durante 31 meses.
El objetivo a largo plazo de China es enviar una misión humana a la Luna. Aunque esa ambición no se incluyó en el documento lanzado, la agencia espacial espera lanzar otra misión robótica a la Luna en el 2018, pero esta vez el objetivo será mucho más difícil. Nadie ha aterrizado suavemente una sonda en la cara oculta de la Luna, así que de resultar favorable, China sería la primera nación en hacerlo.
En el documento también se detallan planes para explorar Marte y traer muestras, y «realizar investigaciones sobre cuestiones científicas importantes, tales como el origen y la evolución del Sistema Solar, y buscar vida extraterrestre». Esto incluye una posible misión a Júpiter para explorar el gigante de gas y sus lunas.
Si estos objetivos llegan a ser posibles o exitosos, y teniendo en cuenta el ritmo al que avanza la agencia espacial militar, China está ciertamente en camino de convertirse en un actor importante en la exploración espacial en los próximos años.
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