El dispositivo espacial de la NASA brindó una última y desconcertante visión de los anillos del gigantesco planeta antes de ser consumido por su atmósfera.
Una de las últimas imágenes captadas por la sonda Cassini muestra una alteración en el borde del más exterior de los grandes anillos de Saturno (el A), que según los científicos es causada por un objeto cercano al que han bautizado como Peggy.
Aunque hasta ahora se desconoce el origen del objeto, captado por primera vez en 2013, Carl Murray, de la Universidad Queen Mary en Londres (Reino Unido), sostiene que debe tratarse de una densa nube de polvo y escombros que envuelve una luna en fase temprana de desarrollo y que aún no se ha liberado como astro independiente. «Nunca hemos resuelto el enigma», afirmó Murray. «Todo lo que podemos hacer es rastrear el fallo», agregó.
Se estima que Peggy, que tiene un kilómetro y medio de diámetro y es demasiado pequeño para ser visto en las imágenes, está compuesto íntegramente de hielo, tal como ocurre con los espectaculares anillos de Saturno y con otros de sus satélites.
«Cada imagen que obtenemos, en la que pueda estar contenida Peggy, es otro punto de datos que nos ayudará a entender lo que es, dónde está, de dónde viene y a dónde va a ir», llegó a decir el astrónomo.
Murray descubrió a Peggy por casualidad el 15 de abril de 2013, mientras utilizaba la sonda Cassini para obtener una imagen de Prometeo, una luna mucho más grande vinculada al anillo F. En lugar de eso, captó perturbaciones en el anillo A. Una de esas perturbaciones formó un arco 20 % más brillante que las zonas próximas, lo cual sólo podía ser causado por los efectos gravitacionales de un objeto cercano.
La sonda espacial Cassini, de la NASA, se desintegró en la atmósfera de Saturno el 15 de septiembre. En su vuelo de despedida logró transmitir varios últimos datos y fotografías del planeta, tras suministrar en 13 años de actividad más de medio millón de imágenes.
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