Como dos lados de la moneda, mientras que la costa este de EE.UU. se encuentra congelada, en Australia una intensa ola de calor está haciendo hervir la superficie.

Este último fin de semana, diversas partes del continente presentaron temperaturas peligrosamente altas. Desde incendios forestales en el estado de Nueva Gales del Sur hasta altísimas temperaturas que alcanzaron los 47.3 °C este domingo, en el suburbio Penrith de Sídney, según informa la Oficina de Meteorología de Nueva Gales del Sur.

El récord histórico del estado fue un poco más cálido a 47.8 ° C (118 ° F), ocurriendo en 1939. Al suroeste, Melbourne se midió a 40.1 ° C (104 ° F).

El calor ha llegado a ser tan extremo que el asfalto comenzó a derretirse en las secciones de una carretera principal en el estado de Victoria. Diversas imágenes del viscoso alquitrán fueron tuiteadas por los residentes que se encontraban atascados en el tráfico a lo largo de la carretera.

Sabemos que Australia es de por si un lugar muy caliente, y además existen grandes secciones cubiertas por áridos desiertos; sin embargo las altas temperaturas registradas están fuera de las fluctuaciones normales. La temperatura alta promedio para las ciudades costeras como Melbourne y Adelaide oscila entre los 20 grados centígrados en grados centígrados (entre los 70 y los 80 en Fahrenheit) en enero.

De forma lamentable, y siendo uno de los tantos azotes de esta ola de calor, una organización ambientalista documentó una mortandad en masa de murciélagos en Campbelltown, Nueva Gales del Sur. Un gran número de murciélagos comedores de fruta caían de los árboles, muertos o moribundos, incapaces de soportar el calor de 38 grados.}

Desde el año 2000, Australia ha sufrido un alarmante aumento en el registro de altas temperaturas. Las malas noticias no terminan allí. Para empeorar las cosas, diversas agencias pronostican que la temperatura seguirá aumentando, posiblemente experimentando 50 °C (122 ° F) en los días de verano para 2040.

Cientos de zorros voladores de la colonia Campbelltown murieron durante el calor extremo del domingo. Crédito: Facebook / Help Save the Wildlife and Bushlands in Campbelltown

Vivir con 50 grados Celsius sería imposible, ya que es 10 grados más alto que la temperatura a la cual las enzimas humanas (las proteínas que hacen que todo en su cuerpo funcione) comienzan a descomponerse.

Este aumento de los eventos climáticos extremos ha sido vinculado al cambio climático provocado por el hombre por numerosos informes, como el publicado durante la administración Obama en 2014.