Los astrónomos han sugerido qué este «objeto espacial» podría tener la fuerza suficiente para mover 50 galaxias a la vez.
La Vía Láctea, junto con el resto de los miembros que forman el grupo local de galaxias en que vivimos, está en continuo movimiento. De hecho, todo el grupo (unas 50 galaxias diferentes) parece estar siendo atraído hacia una misma dirección, arrastrado probablemente por la enorme gravedad de algún objeto enorme y desconocido. ¿Pero qué puede tener la fuerza suficiente para mover 50 galaxias a la vez? La respuesta ha sido, durante décadas, un misterio para los científicos.
Ahora, un equipo internacional de astrónomos cree haber descubierto, por fin, al culpable: un «supercúmulo» de galaxias, formado por varios cientos de miembros, que resulta estar bastante cerca de nosotros pero que había permanecido oculto a la vista por culpa de las nubes de gas, polvo y estrellas de nuestra propia galaxia. Si comparamos la Vía Láctea con un edificio, sería como intentar ver desde dentro y a través de las paredes los edificios vecinos.
Anteriores estudios sobre el movimiento del grupo local de galaxias ya predecían que debía de haber «algo» oculto detrás de la Vía Láctea. Otras investigaciones galácticas en la constelación de la Vela, a través del cual cruza el plano de nuestra galaxia, también sugerían que en esa zona había una densidad de galaxias superior a lo normal.
Ahora, y gracias a la combinación del gran Telescopio Surafricano, con su espejo de 10 metros, y el Telescopio Anglo Australiano, de 3,9 metros, los astrónomos han conseguido medir el corrimiento hacia el rojo de 4.500 galaxias en Vela, a ambos lados de la banda oscura de la Vía Láctea, y han confirmado que, efectivamente, existe una “superpoblación galáctica” en esa zona, a unos 800 millones de años luz de distancia. Los resultados de la investigación se acaban de publicar en Montly Notices of the Royal Astronomical Society.
Lo cual significa que en nuestro vecindario cósmico existe una segunda estructura gigante, algo más lejos del super cúmulo de Shapley, que ya se conocía, y del que se pensaba que era el único “coloso” que había en los alrededores. Recién bautizado como el supercúmulo de Vega, ese conjunto de galaxias está atrayendo hacia sí a todo nuestro grupo local, que se dirige hacia él a la nada desdeñable velocidad de 50 km. por segundo. Muy rápido a escala humana, pero muy lento en términos galácticos. Si la velocidad no varía, en efecto, llegaremos allí dentro de unos cinco billones de años.
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