Un equipo internacional formado por seis astronautas, entre ellos el español Pedro Duque, regresó a la superficie de Cerdeña el 7 de julio tras pasar seis días bajo tierra, en una cueva, simulando una misión de exploración de otro planeta.
Los responsables del programa de formación bajo tierra de la Agencia Espacial Europea (ESA) eligieron las cuevas sardas, cuyo aspecto es realmente extraterrestre, para recrear con la máxima fidelidad posible una misión real en el espacio. Desde los paseos subterráneos hasta las conferencias de planificación diarias, iguales a las que tienen lugar en la Estación Espacial Internacional (ISS), pasando por el reabastecimiento de alimentos y equipos y la realización de experimentos científicos, todo pretendía poner a prueba las capacidades de los ya llamados «cavernautas».
El programa CAVES (Aventura Cooperativa para Valorar y Ejercitar el Comportamiento y las Habilidades) se centra especialmente en cuestiones de liderazgo, obediencia, trabajo en equipo y toma de decisiones. De esta forma, los astronautas pueden perfeccionar sus habilidades y detectar las áreas en que pueden mejorar.
Durante la expedición bajo tierra, cada astronauta asumió una serie de responsabilidades. Por ejemplo, el astronauta japonés Aki Hoshide compartió las labores de dirección y de gestión del campamento con Ricky Arnold, de la NASA, con quien intercambió los papeles a mitad de la misión. El taikonauta chino Ye Guangfu fue el ingeniero topográfico y de datos del equipo, mientras que el cosmonauta ruso Sergei Kosakov se encargó de los trabajos relacionados con la fotografía y el vídeo. Pedro Duque, de la ESA, estaba encargado de las ciencias medioambientales, la geología y la microbiología. Por último, la astronauta de la NASA Jessica Meir desempeñó el papel de bióloga.
Durante la exploración, el equipo cartografió y tomó muestras del entorno y la vida que encontraba a su paso, según informa la ESA en un comunicado. Los astronautas han probado nuevas técnicas para realizar modelos 3D precisos de los objetos y el entorno con cámaras fotográficas convencionales, una tecnología que podría ser utilizada en el futuro para la exploración de otros planetas.
«Además de preparar a los astronautas para las misiones espaciales, este entrenamiento nos enseña a ir más allá de la Estación Espacial a expediciones más autónomas en las que los astronautas tengan una mayor responsabilidad en la seguridad, planificación, y el mantenimiento del equipo», dice Loredana Bessone, directora de la misión, quien pasó seis días bajo tierra con el equipo. «Han sido un equipo excepcional desde el comienzo y creo que están preparados para explorar las cuevas de nuestro Sistema Solar».
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