Un equipo de arqueólogos israelíes han descubierto evidencias de un campo de batalla romano en Jerusalén que podría haber quedado después de que el emperador romano Titus sitió la ciudad en el año 70 d.C.
Hasta ahora, el equipo ha descubierto grandes piedras de ballesta – proyectiles utilizados en un tipo de arma – y piedras de honda en la Third Wall (Tercera Muralla), que rodeaba parte de la antigua ciudad de Judea hace más de 2.000 años.
«Este es un fascinante testimonio del intenso bombardeo realizado el ejército romano, dirigido por Titus, en su camino por conquistar la ciudad y causar la destrucción del segundo templo», dijeron los directores de la excavación Rina Avner y Kfir Arbib, del Israel Antiquities Authority.
«El bombardeo tenía la intención de atacar a los centinelas que custodiaban la pared y dar cobertura a las fuerzas romanas para que pudieran acercarse a la pared con arietes y así lograr penetrar las defensas de la ciudad.»
La evidencia fue encontrada durante una excavación arqueológica el año pasado, que se encargó de despejar el sitio para la construcción de la Bezalel Academy of Arts and Desig.
Cuando el equipo llegó, encontraron los restos de una torre que perteneció a la tercera pared de Judea – una estructura defensiva que fue construida cerca del final del período del Segundo Templo de la región, que se desarrolló del año 530 aC al 70 dC.
De acuerdo con los registros escritos de la batalla por el historiador Josefo, el equipo dice que la torre, llamada Ciudadela de David, y la Tercera Muralla fueron construidas para proteger una nueva adición a la ciudad – un cuarto llamado Beit Zeita, que se encontraba fuera de las otras dos paredes que protegían el centro de la ciudad.
El equipo piensa que la construcción del muro fue primero iniciada por Agripa I, quien fue rey de Judea entre los años 41 y 44, aunque el proyecto fue detenido por el romano Emperor Claudius, que desconfiaba de él.
En aqel momento, Judea era una provincia del imperio romano, pero la ciudad tenía planes para rebelarse contra Roma y ganar independencia.
«La construcción de la Tercera Muralla fue reanudada unas dos décadas más tarde por los defensores de Jerusalén, con el objetivo de fortalecer la ciudad y ayudar a que los rebeldes judíos se subleven contra Roma», explica el equipo.
Alrededor del año 70 D.C., la gran revuelta fracasó, y los romanos tomaron Judea bajo el mando de Titus. Las piedras de ballesta y honda recién encontradas, indican al equipo son restos de esa batalla, que destruyó la Tercera Muralla y Beit Zeita, dejándolos abandonados y enterrados hasta ahora.
Si el equipo logra verificar sus resultados, que aún no están publicados, podría terminar un largo desacuerdo entre los arqueólogos acerca de donde se encontraba originalmente la Tercera Muralla, y cuando cayó por los romanos.
«Hay un debate no resuelto entre los investigadores, desde principios del siglo XX hasta las excavaciones actuales en cuanto a la identidad de la tercera muralla y la cuestión de los límites de Jerusalén en la víspera del ataque romano conducido por Titus», explica el equipo.
El equipo presentará sus conclusiones en una Conferencia la siguiente semana, en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
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