El 26 de abril de 1986, una prueba de sistemas en el reactor número cuatro RBMK de la central de Chernóbil, provocó el sobrecalentamiento del reactor e inició una serie de explosiones desastrosas, dando lugar al peor desastre nuclear del mundo.
El ejército soviético estableció rápidamente una “zona de exclusión de Chernóbil” alrededor de la central, un cordón de 50 kilómetros donde se prohibió el acceso del público debido a la contaminación, y que hoy en día permanece prácticamente desierta, refugio de animales salvajes, desde perros asilvestrados hasta caballos salvajes.
Pero, ¿qué efecto ha tenido la radiación de “La Zona” -un área del tamaño del Parque Nacional de Yosemite- en la vida salvaje que ahora prospera allí?
Según los científicos, varios animales han empezado a mostrar diferencias con los de otros lugares, y algunos muestran lo que podría describirse como “superpoderes”.
Radiación 100 veces superior
La radiación de fondo es hasta 100 veces superior a la de la cercana ciudad no contaminada de Kiev, pero los científicos siguen debatiendo sobre el efecto de la radiación (en comparación con otros factores como la ausencia de seres humanos).
Sin embargo, para los humanos, la Zona es segura para pasear, e incluso la visitan turistas (y todavía hay gente trabajando en la central de Chernóbil, sobre todo en labores de limpieza).
Se advierte a los turistas de que los “puntos calientes” fuera de los caminos trillados siguen albergando cantidades peligrosas de radiación, y se les aconseja que no coman el pescado ni las setas que florecen en el paisaje salvaje cerca de Kiev (Ucrania).
Tras el accidente, la central permaneció abierta y otros reactores generaron electricidad hasta el año 2000.
Las ranas negras de Chernóbil
Las ranas de los alrededores de la central nuclear en ruinas se han vuelto más oscuras, una respuesta, según los investigadores, a los focos de radiación de “La Zona”.
Los investigadores creen que los anfibios evolucionaron rápidamente hacia la piel negra porque las ranas verdes tenían menos probabilidades de sobrevivir, impulsando lo que los investigadores describen como una “rápida evolución“.
Las ranas arborícolas orientales con el pigmento de melanina más protector tenían más probabilidades de sobrevivir en las zonas altamente radiactivas, por lo que las poblaciones pasaron a estar dominadas por ranas más oscuras.
Los investigadores creen que el periodo de “rápida evolución” pudo producirse justo después del accidente, cuando los niveles de radiación eran máximos, escribe en su investigación el equipo dirigido por Pablo Burracco.
Los investigadores escribieron en 2016 en The Conversation:
“Nuestro trabajo revela que las ranas arborícolas de Chernóbil tienen una coloración mucho más oscura que las ranas capturadas en áreas de control fuera de la zona”.
Como descubrimos en 2016, algunas son negras como el carbón. Esta coloración no está relacionada con los niveles de radiación que las ranas experimentan hoy en día y que podemos medir en todos los individuos.
“La coloración oscura es típica de las ranas de dentro o cerca de las zonas más contaminadas en el momento del accidente”.
Bacterias superpotentes
Se ha descubierto que las bacterias encontradas en las alas de las golondrinas de Chernóbil son más resistentes a los efectos de la radiación gamma.
Cuando se expusieron a dosis de radiación, las bacterias de Chernóbil fueron capaces de reproducirse y prosperar, en comparación con las bacterias de otros lugares.
En un estudio de 2016 publicado en Scientific Reports, los investigadores escribieron:
“Los efectos a largo plazo de la radiación en las poblaciones naturales podrían ser una importante presión selectiva sobre los rasgos de las bacterias que facilitan la supervivencia en determinados entornos”.
Lobos resistentes al cáncer
Los lobos mutantes que deambulan por las tierras baldías de Chernóbil han desarrollado lo que podría describirse como un “superpoder”, y podría salvar vidas humanas.
Los investigadores descubrieron que los animales de la Zona de Evacuación de Chernóbil (ZEC) tienen sistemas inmunitarios genéticamente alterados que muestran resistencia al cáncer.
Los investigadores trabajan ahora para averiguar si los genes podrían ayudar a los pacientes humanos con cáncer.
En 2014, Cara Love, bióloga evolutiva de la Universidad de Princeton, viajó a La Zona con un equipo de investigadores para entender cómo los animales han podido sobrevivir a la radiación cancerígena.
Love y su equipo tomaron muestras de sangre de los lobos y les colocaron collares GPS con dosímetros de radiación para obtener mediciones en tiempo real de dónde se encontraban y sus niveles de exposición a la radiación.
Love explicó:
“Obtenemos mediciones en tiempo real de dónde están y a cuánta radiación están expuestos”.
Los investigadores examinaron las diferencias genéticas entre el ADN de los lobos mutados en el radio de 2.589 km cuadrados de la ZEC y los de fuera de ella.
Los análisis mostraron que varios de sus genes relacionados con el cáncer presentaban nuevas mutaciones, lo que sugiere que habían evolucionado para protegerse de la radiación.
Se espera que este descubrimiento allane el camino para que los expertos identifiquen mutaciones en humanos que reduzcan el riesgo de cáncer.
¿Un nuevo tipo de perro?
Miles de perros asilvestrados viven actualmente en “La Zona”, muchos de los cuales descienden de mascotas familiares abandonadas cuando la gente huyó de la zona tras la catástrofe de 1986.
Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Carolina del Sur analizó el ADN de 302 perros asilvestrados cercanos a la central eléctrica y descubrió diferencias significativas de ADN con respecto a otras poblaciones caninas.
Según los investigadores, “los individuos de la central y de la ciudad de Chernóbil son genéticamente distintos“.
Más investigaciones revelarán en qué medida la radiación contribuyó a las diferencias genéticas (en comparación con otros factores como la endogamia).
Elaine Ostrander, coautora del estudio y experta en genómica canina del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano, declaró a The New York Times:
“¿Tienen mutaciones adquiridas que les permiten vivir y reproducirse con éxito en esta región? ¿A qué retos se enfrentan y cómo los han afrontado genéticamente?”
Esto es hasta ahora solo una muestra de los animales denominados los “mutantes de Chernóbil”, que demuestra que la vida aprende a adaptarse para nuevamente prosperar. El ejemplo de los animales en la zona de alta radiación de Chernóbil lo demuestra.
Fuente: Sky News
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Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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