Un grupo de marines no tuvo mejor idea que poner a prueba en un combate simulado una de las armaduras más antiguas encontradas.
Una armadura diseñada para resistir en combate
Investigadores han demostrado que la panoplia de Dendra, una armadura micénica de 3.500 años de antigüedad, no era meramente ceremonial, sino plenamente funcional para el combate prolongado.
Publicada en la revista de acceso abierto PLOS ONE, la nueva investigación, dirigida por un equipo de investigadores griegos, ha utilizado una serie de estudios interdisciplinarios que combinan análisis temáticos, experimentos con humanos y simulaciones numéricas, proporcionando nuevos conocimientos sobre las capacidades militares de los antiguos guerreros griegos.
La panoplia de Dendra
Descubierta en 1960 cerca del pueblo de Dendra, en el sur de Grecia, la panoplia de Dendra es una de las armaduras completas más antiguas de Europa. Fabricada con placas de bronce martillado, la armadura incluye una coraza, hombreras, corazas y placas de protección inferior, que cubren al portador desde el cuello hasta las rodillas. A pesar de su impresionante construcción, el uso práctico de la armadura en la batalla ha sido objeto de debate entre historiadores y arqueólogos durante décadas.
Dirigido por Andreas Flouris, de la University of Thessaly, y Ken Wardle, de la University of Birmingham, el equipo de investigación empleó un enfoque polifacético para evaluar la funcionalidad de la armadura.
Poniendo a prueba la panoplia de Dendra
En primer lugar, los investigadores realizaron dos análisis temáticos de la famosa obra de Homero, La Ilíada, extrayendo información detallada sobre la guerra de la Edad del Bronce Tardío, incluidas las tácticas de batalla, las actividades cotidianas y las condiciones ambientales. Este análisis literario se complementó con una revisión exhaustiva de la literatura académica existente para garantizar que los hallazgos se ajustaban a las mejores pruebas disponibles.
En segundo lugar, trece marines varones de las Fuerzas Armadas Helénicas participaron en un protocolo de combate simulado de once horas de duración vistiendo una réplica de la armadura Dendra. El protocolo, basado en los análisis temáticos, incluía varios movimientos de combate, nutrición y rutinas diarias descritas en la Ilíada. Se realizaron mediciones fisiológicas para evaluar el esfuerzo y la eficacia de la armadura.
Por último, se desarrolló un modelo numérico, el modelo del guerrero de la Edad del Bronce Tardía, para simular el sistema termorregulador de un guerrero con la armadura de Dendra en diferentes condiciones ambientales e intensidades de combate. Este modelo se validó con los datos experimentales de los estudios en humanos.
Panoplia de Dendra, una armadura muy eficiente
Los resultados del estudio cuentan una historia interesante. Los experimentos en humanos revelaron que los participantes marines podían completar con éxito la simulación de combate de 11 horas sin un esfuerzo físico significativo. Las mediciones fisiológicas indicaron niveles de esfuerzo de moderados a elevados, hipertermia leve y un gasto energético importante, pero no un esfuerzo físico grave. Las simulaciones numéricas confirmaron además que la armadura Dendra era compatible con el uso en combate en diversas condiciones.
Flouris dijo en un comunicado:
“Está claro que una armadura de este tipo era adecuada para su uso en combate, no sólo ceremonial.
La eficacia y variedad de las espadas y lanzas micénicas está reconocida desde hace tiempo. La adición de una armadura ‘pesada’ habrá dado a los guerreros micénicos de élite ventajas considerables sobre los que sólo llevaban escudo para defenderse o con la armadura ‘de escamas’, más ligera, que se usaba en Oriente Próximo.”
Armadura diseñada para el combate prolongado
Estos hallazgos ponen en entredicho la creencia largamente sostenida de que la armadura de Dendra era puramente ceremonial. En cambio, el estudio aporta pruebas fehacientes de que la armadura era práctica para el combate prolongado, lo que sugiere que el éxito militar de la civilización micénica en el Mediterráneo oriental se debió en parte a su avanzada tecnología de armaduras.
Las implicaciones del estudio van más allá de la curiosidad histórica y ofrecen valiosas lecciones para la tecnología de defensa moderna. El enfoque interdisciplinar que combina textos históricos, arqueología experimental y análisis fisiológicos y numéricos modernos puede servir de modelo para evaluar la eficacia del equipamiento militar contemporáneo.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en PLOS ONE.
[H/T: gizmodo]
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