Una serie de enormes grietas en el suelo han aparecido en suroeste de Estados Unidos. Ya se han detectado cientos de kilómetros de estas fisuras en diversos estados de la nación norteamericana.

Sólo en el centro-sur de Arizona se han cartografiado 272 kilómetros de estas grietas, que también han aparecido en Utah, California y Texas.

Las grietas no son formaciones naturales, según informa Joseph Cook, del Arizona Geological Survey, quien declaró a Insider que “es algo que hemos provocado para que se forme”. El hundimiento, es decir, el desplazamiento del suelo, se debe generalmente a que los seres humanos intentan extraer agua de la tierra, lo que provoca su compresión e inestabilidad.

El US Geological Survey (Servicio Geológico de EE: UU.) explicó en su sitio web:

“Más del 80% de los hundimientos de tierra conocidos en EE. UU. son consecuencia del uso de las aguas subterráneas, y es una consecuencia medioambiental a menudo pasada por alto de nuestras prácticas de uso de la tierra y el agua. El creciente desarrollo de la tierra amenaza con exacerbar los problemas de hundimiento de tierra existentes e iniciar otros nuevos.”

Las fisuras se producen cuando el terreno más blando se derrumba, pero no así el terreno cercano. Al igual que su “primo malvado”, el socavón, pueden abrirse con bastante rapidez.

Algunas grietas alcanzan varios kilómetros de largo. Crédito de imagen: Brian Conway / AZGS

Relación entre las aguas subterráneas y las grietas

Una reciente investigación de The New York Times sobre el uso de las aguas subterráneas y la aparición de estas fisuras puso de manifiesto otro problema: las aguas subterráneas se agotan más rápido de lo que se llenan de forma natural.

Jason Groth, subdirector de planificación y gestión del crecimiento del condado de Charles, Maryland, dijo a The New York Times:

“La mayor parte del agua que extraemos del subsuelo tiene miles de años. No es que llueva un lunes y el sábado ya esté en el acuífero”.

Dentro de una década, cree que el condado podría quedarse sin agua. Con el aumento de las temperaturas y la sequía, la cantidad de agua subterránea que recogemos puede compensar la pérdida de agua de lluvia (por ejemplo, en la agricultura), pero puede ser un arreglo temporal.

Warigia Bowman, profesora de Derecho y experta en agua de la University of Tulsa, declaró a The New York Times:

“Desde un punto de vista objetivo, esto es una crisis. Habrá partes de Estados Unidos que se queden sin agua potable”.

El agravamiento del problema podría acelerarse, ya que el actual cambio climático aumenta la frecuencia de sequías en distintas partes del mundo, lo que obliga a los agricultores a depender aún más del agua subterránea para el riego.

[H/T: NYT]

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