El cineasta David Rolfe era ateo confeso cuando se propuso hacer un documental sobre uno de los artefactos religiosos más venerados de la historia: el Sudario de Turín o también denominado Sábana Santa de Turín.

Con la película de 1978, el experto en fotografía se propuso encontrar una explicación prosaica a cómo se manifestó en la reliquia de tela la huella ensangrentada de un hombre que coincidía con la descripción de Jesucristo.

En cambio, quedó tan convencido de su autenticidad que se convirtió al cristianismo y desde entonces ha realizado varios documentales y publicado libros sobre el sudario.

Rolfe dijo:

“Empecé siendo ateo, luego agnóstico. Y ahora soy cristiano, porque no puedo entender otra cosa que pudiera haber producido esa imagen”.

El sudario, de cuatro metros de largo, muestra la imagen tenue y pardusca de un hombre de 1.65 metros de altura, con los ojos hundidos y heridas en varias partes del cuerpo que coinciden con las sufridas durante la crucifixión de Jesús.

Rolfe lanzó un reto

Rolfe, de Inglaterra (Reino Unido), ha ofrecido un premio de un millón de dólares a quien pueda recrear la imagen del crucificado del sudario sin que aparezcan restos de tinta, pintura u otros agentes.

En la década de 1980, una destacada investigación pareció desacreditar la idea de que el sudario se utilizara para envolver el cuerpo de Jesús, ya que las pruebas lo databan en la Edad Media, mucho después de la muerte de Jesús.

Sin embargo, como se reveló esta semana, análisis más recientes realizados con técnicas modernas de rayos X han vuelto a situar el origen de la tela en la época de Cristo.

El Sudario de Turín es uno de los objetos religiosos más venerados de la historia. Crédito de Imagen: Jeff Moore

Rolfe explicó que la investigación de 1980 se centró en una pequeña esquina del sudario que había sido reparada en algún momento entre 1200 y 1400 debido al desgaste.

A lo largo de la historia, fue paseado por los obispos durante las ceremonias religiosas en Turín (Italia), donde se conserva.

Esto significaba que el tejido analizado era más antiguo que el resto del material, explicó Rolfe.

Rolfe ha ofrecido al Museo Británico -que participó en lo que calificó de análisis “defectuoso”- un millón de dólares para que reproduzca el sudario con su famosa huella.

Rolfe dijo:

“No lo han intentado, ni siquiera por un millón de dólares”.

Rolfe agregó:

“Estoy convencido de que [la Sábana Santa] es auténtica, personalmente no tengo ninguna duda”.

El año pasado, con el apoyo de su compañía cinematográfica, Rolfe ofreció un premio de un millón de dólares a quien pudiera reproducir el sudario con todas sus “características”.

Por “características” entiende la huella del hombre herido.

Rolfe está convencido de que Jesús fue envuelto en el Sudario de Turín

Para algunos creyentes, entre ellos Rolfe, el contorno del cuerpo de Jesús quedó impreso milagrosamente en la tela cuando resucitó hace más de 2.000 años.

El cineasta se había propuesto demostrar que el Sudario de Turín era falso, pero se sorprendió. Crédito de imagen: Jeff Moore

El sudario tampoco muestra signos de tinta o tinte que pudieran sugerir que se trata de una falsificación: no hay rastro visible de pintura, tinta, tinte, mancha o pigmentos.

Según las reglas del concurso, “los concursantes deben coincidir tanto con el patrón de las manchas de sangre observadas en la Sábana Santa como con la composición de la sangre, incluidas la hemoglobina, la bilirrubina, la inmunoglobulina y la albúmina”.

Además, las manchas de sangre más grandes deben mostrar zonas circundantes de fluorescencia ultravioleta, como se observa en la Sábana Santa.

“Cuando la luz y la sombra se invierten como en un negativo fotográfico, la imagen debe aparecer como una representación realista y anatómicamente exacta de un cuerpo”.

Rolfe declaró que nadie en su Gran Bretaña natal había reclamado el premio. Tampoco se ha presentado nadie de Estados Unidos para reclamarlo», añadió.

Rolfe dijo:

“Una vez que se dan cuenta de las características reales de la imagen en la tela, enseguida se dan cuenta de que no pueden reproducirla”.

Otros informes concluyeron que el Sudario de Turín es auténtico

Desde la década de 1980 se han publicado más de 170 artículos académicos sobre el misterioso lienzo, muchos de los cuales concluyen que es auténtico. Otra cosa es a quién perteneció la reliquia.

En la década de 1970 se realizaron pruebas para determinar si las imágenes se habían realizado mediante pintura, quemado u otros agentes, pero ninguna pudo confirmarse.

Otro grupo de expertos del Instituto de Cristalografía anunció en 2017 que había encontrado pruebas de que el sudario presentaba la sangre de una víctima de tortura.

Afirmaron haber identificado sustancias como creatinina y ferritina que suelen encontrarse en pacientes que sufren traumas forzados.

Los hallazgos contradicen las afirmaciones de que el rostro de Jesús fue pintado por falsificadores en la Edad Media.

El paño funerario ha cautivado la imaginación de historiadores, jerarcas eclesiásticos, escépticos y católicos desde que se presentó al público por primera vez en la década de 1350.

Algunos sugieren que las manchas de sangre en el sudario (mostradas en esta imagen en negativo) son una prueba clara de que la tela se utilizó para envolver a una persona herida. Crédito de imagen: Ernon Miller, 1978

Rolfe y su fascinación con el Sudario de Turín

Rolfe ha quedado fascinado por el misterio del sudario, no porque no crea que sea real, sino porque espera aportar más pruebas que apoyen su caso.

En 1997, pidió al Dr. Robert Bucklin que realizara una autopsia utilizando imágenes del sudario y el informe se publicó antes de que el científico falleciera en 2001.

Rolfe explicó:

“Le llevé fotografías a tamaño real, tanto en positivo como en negativo, del sudario”.

Realizó una autopsia basada en la imagen y las heridas, que mostraba [el mecanismo de la crucifixión].

Rolfe dijo:

“Cuando fue crucificado, murió asfixiado porque estaba clavado por los pies”.

Continuó explicando que en esta posición, la sangre de las heridas se escurre por el cuerpo de una determinada manera, que era lo que el Dr. Bucklin había descubierto.

El informe de la autopsia indica:

“Al examinar el tórax, el patólogo observa una gran mancha de sangre en la zona pectoral derecha”.

Un examen detallado muestra una variación en la intensidad de la mancha consistente con la presencia de dos tipos de fluido, uno compuesto de sangre y el otro parecido al agua.

El informe agrega:

“Hay pruebas claras de un efecto gravitacional en esta mancha con la sangre fluyendo hacia abajo y sin salpicaduras de otras pruebas de la actividad de proyectiles que se espera de la sangre procedente de una fuente arterial funcional.

Esta herida tiene todas las características de un flujo de sangre postmortem procedente de una cavidad corporal o de un órgano como el corazón.

En el plano superior de la herida hay un defecto cutáneo ovoide que es característico de una huella penetrante producida por un instrumento punzante afilado”.

Labor incansable

Rolfe ha realizado más de 90 documentales a lo largo de su carrera, pero afirmó que su último “Who Can He Be?” fue el que más le impactó.

El cineasta dijo que se dio cuenta de que la Sábana Santa era igual que un negativo fotográfico, que se crea mediante energía en forma de luz que brilla sobre un papel específico para producir una imagen.

Rolfe dijo:

“En cierto modo, eso es lo que vi en la imagen de la Sábana Santa, y especialmente el hecho de que fuera un negativo.

Había una gran cantidad de energía y la luz formaba parte de ella, pero no era una reacción química. Era una chamusquina, pero básicamente era muy similar a lo que podría haber hecho en mi propio cuarto oscuro”.

Comparó el sudario chamuscado con dejar una plancha sobre una prenda de vestir durante demasiado tiempo.

El sudario ha cautivado la imaginación de historiadores, jefes de iglesias, escépticos y católicos desde que se presentó por primera vez al público en la década de 1350. Se encuentra en Turín, Italia, dentro de esta capilla. Crédito de imagen: Reuters

Rolfe dijo:

“Si se deja la plancha unos segundos, no queda marca, pero si se deja más tiempo, se produce una chamusquina que atraviesa la tela”.

Rolfe continuó explicando que la plancha sólo quema la superficie de la tela cuando se mantiene durante una fracción de segundo y no penetra por el otro lado.

Rolfe agregó:

“Eso es lo que hay en el sudario. Sólo se ha quemado la parte superior de la fibra del sudario. El resto de la fibra no está quemada porque [la explosión de energía] fue muy potente y rápida.

Sólo pudo hacerse mediante un proceso que no podemos comprender porque fue lo que creó el cristianismo. Fue la resurrección. Fue un hombre muerto que volvió a la vida, y fue un milagro”.

Si en algún momento del futuro, un científico demuestra de manera definitiva que el Sudario de Turín es falso, ¿Rolfe cambiará su creencia y aceptará los resultados?

[FT: mirror]

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