La Antártida, el continente congelado y cubierto de una gruesa capa de hielo no es precisamente el lugar donde se esperaría encontrar una gran variedad de formas de vida. Sin embargo, los científicos han tenido que replantear sus conceptos ante un hallazgo sorprendente realizado. Una enorme área de la Antártida podría esconder formas de vida, que ha permanecido oculta por mucho tiempo bajo el hielo.
A pesar del clima desfavorable de la Antártida, los científicos han descubierto que bajo su superficie helada puede haber una “tremenda fuerza vital” que se extiende por millones de kilómetros cuadrados.
Los investigadores han descubierto que podría haber hasta 5 millones de kilómetros cuadrados bajo la superficie helada de la Antártida.
Anteriormente, los científicos creían que las algas de la Antártida sólo aparecían en verano, ya que la gruesa capa de hielo denso del continente impide la penetración de la luz solar.
Sin embargo, un nuevo estudio realizado por un equipo de la Universidad de Brown, en Estados Unidos, y de la Universidad de Nueva Zelanda, en Auckland, ha demostrado que parte de ellas pueden estar permanentemente bajo la superficie del continente, según informa Newsweek.
El director del estudio, Christopher Horvath de la Universidad de Brown dijo en un comunicado:
“El descubrimiento de las plantas ayuda a desafiar el paradigma de que las regiones bajo el hielo marino están desprovistas de vida y plantea nuevas e importantes cuestiones sobre las redes alimentarias que pueden estar bajo el hielo de la Antártida. Creemos que podrían cubrir hasta 5 millones de kilómetros cuadrados de zona subglacial en el Océano Austral”.
Un equipo de investigadores llegó a conclusiones similares utilizando datos recogidos por los satélites de observación de la Tierra de la NASA, así como por flotadores colocados en el océano.
El hielo marino del Océano Austral está formado por capas de hielo denso con pequeñas manchas de agua entre ellas. Los científicos creen que estos parches de agua permiten el paso de la luz incluso durante los meses de invierno, lo que permite a las algas realizar la fotosíntesis durante todo el año.
El propio hielo es lo suficientemente fino como para permitir que pase algo de luz: suele tener entre 1 y 3 metros de grosor, explicó el biogeógrafo marino Hugh Griffiths, del British Antarctic Survey. Sin embargo, se ha encontrado vida incluso en el fondo marino, donde no hay nada de luz.
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