Hipatia de Alejandría fue una científica brillante y extraordinaria natural de Egipto, hija y discípula del astrónomo Teón (355-370 d.C). Es considerada la primera mujer matemática de toda la historia, una prodigio del saber antiguo. Se caracterizó por una gran curiosidad que la llevó a buscar con entusiasmo el conocimiento científico. Desafortunadamente, sufrió una muerte dramática y completamente injusta.
Quién fue Hipatia de Alejandría
Durante la vida de Hipatia, el Imperio Romano era la potencia mundial dominante, y la religió oficial, el cristianismo. Alejandría, una ciudad de Egipto, fue fundada por el emperador Alejandro Magno y llegó a ser, en algún momento, capital del Imperio griego. Los romanos trasladaron la capital de gobierno a Roma, pero Alejandría conservó mucho de su esplendor y diversidad cultural.
En este ambiente fue donde creció Hipatia, pero su mayor interés no estuvo enfocado ni en la religión ni en la política. Su mente y corazón parecían estar ligados al mundo natural y al estudio científico de todo lo que la rodeaba. Con toda probabilidad heredó de su padre la curiosidad y el talento que tanto le caracterizaban.
La ciencia, la superstición y la brujería
La investigación científica en tiempos de Hipatia no era vista con buenos ojos por la mayoría de las personas. Generalmente, se acusaba de brujería a los científicos, y a los eruditos se les trataba con serias sospechas. De tal manera que dedicarse a la ciencia era un camino con muchos obstáculos, y que pocas veces tenía un final feliz.
Hipatia lo sabía, pero ello no impidió que su inquisitiva mente comenzara a analizar y descifrar misterios científicos. Especialmente le encantaba estudiar matemáticas, astronomía y filosofía. También construyó varios instrumentos científicos, como el astrolabio, computadoras antiguas que usaban para averiguar cómo se veía el cielo en un lugar y momento determinado.
Una vida completamente dedicada a la ciencia y el saber
Alejandría era una ciudad donde convergían las culturas romanas, egipcias y las enseñanzas judías y cristianas. Todo esto fomentó un ambiente bastante diversificado, en donde facciones políticas y religiosas debatían en cuanto a qué era la verdad. Pero Hipatia permaneció ajena a todo lo que tuviera que ver con religión o política.
De hecho, nunca se casó, permaneció virgen durante toda su vida y quienes intentaron tener un romance con ella, fracasaron. Su verdadera devoción consistía en entender y enseñar a otros el conocimiento científico al que tenía acceso. Entre sus alumnos se contaban judíos, paganos y cristianos, y todos la amaban y respetaban por su gran saber y calidad humana.
La destrucción del Serapeum
El Serapeum era un templo dedicado al dios greco-egipcio Serapis, ubicado en Alejandría. En su interior se hallaba uno de varios libros que eran usados por Hipatia en sus estudios y análisis científicos y filosóficos. También se encontraba una enorme estatua del dios Serapis, cubierta de oro y piedras preciosas.
Para el año 391 d.C., el Papa Teófilo de Alejandría ordenó destruir el Serapeum por considerarlo un templo pagano. Esta iniciativa obedecía a los esfuerzos romanos por implantar el cristianismo hasta el último rincón de su imperio. La destrucción del templo se cobró muchas vidas humanas, y alimentó las llamas para la intolerancia religiosa.
TE PUEDE INTERESAR: El incendio de la Biblioteca de Alejandría: El primer reseteo de la humanidad
El trágico final de Hipatia de Alejandría
Aunque el Papa Teófilo fue el responsable de la destrucción del Serapeum, su relación con Hipatia y otros pensadores de Alejandría era pacífica. De hecho, le permitió a Hipatia establecer relaciones cercanas con los prefectos romanos y otros líderes políticos prominentes. Gracias al apoyo y la amistad con el Papa Teófilo, Hipatia se convirtió en una figura pública de renombre, respetada e influyente en la sociedad.
Por desgracia, con la muerte del Papa Teófilo de Alejandría, las circunstancias para Hipatia cambiaron drásticamente. El sobrino del difunto pontífice, Cirilo, fue nombrado Patriarca de Alejandría, y con ello el aire de paz que se respiraba desapareció.
Su muerte y la intolerancia religiosa
Hipatia recibía la protección de uno de sus amigos más cercanos, Orestes, quien era prefecto romano de Alejandría. Cirilo tuvo una disputa con Orestes y acusó a Hipatia de impedir que Orestes se reconciliara con él. Producto de todo esto, Hipatia fue acusada de brujería y asesinada por una turba cristiana en plena calle.
La vida de Hipatia confirma cómo la intolerancia religiosa puede generar graves injusticias en una sociedad ciega por los prejuicios. La ciencia y la religión no son dos saberes opuestos, sino más bien, se complementan entre sí. Pero en tiempos de Hipatia, esta verdad no era tan evidente como hoy.
Escrito por: Luisa Lugo, redactora de CodigoOculto.com
Tenemos algo para decirte: Visítanos en Facebook. Únete a la discusión en nuestra comunidad en Telegram. Y si te es posible, apoya nuestro trabajo invitándonos un café. ¡Te lo agradecemos!
Estoy en total desacuerdo con ésta alegación hecha en el escrito: “La ciencia y la religión no son dos saberes opuestos, sino más bien, se complementan entre sí.”
No, no se complementan. De hecho están en total contraposición. Es imposible que un científico verdadero acepte los mitos de civilizaciones antiguas, que aunque bonitos, no son ciertos. El creer en ellos ha dado pie a grandes crímenes en la humanidad, tal y como lo describe el artículo, que lamentablemente termina con esa expresión incongruente.
…en realidad, lo que llaman “turba cristiana” fue en realidad de verdad una turba católica, el cristianismo verdadero, nunca se opone a lo científico, de hecho lo avala, y la fe y la razón se complementan, esta comprobado….
Buena observación. Pensé lo mismo. Me parece que es manipulación de la religión católica. Ese concepto de cristianismo. Hay muchas mentiras y manipulaciones con respecto a la verdad. Eso de creer en rosarios y santos en estatuas, sacerdotes ped0fil0s. Eso no es de Dios. Ni de su hijo Yeshua. (Jesús) un verdadero cristiano, debería de conocer mas de las creencias de los messianicos. Qué son judíos, que creen en Cristo. Su nombre en hebreo es Yeshua. No se dejen engañar de éstas religiones que pir siglos vienen mintiendo y engañando a la humanidad.