Defender y enseñar ideas que fueran contrarias a lo establecido por las autoridades eclesiásticas era un suicidio consumado hace 600 años atrás. Un claro ejemplo de ello lo encontramos en el caso de Giordano Bruno, filósofo que fue condenado a la hoguera por creer en la vida en otros mundos. Hagamos un poco de historia y conozcamos a este intrigante personaje.
Quién fue Giordano Bruno
Giordano Bruno es el nombre de uno de los astrónomos, filósofos, teólogo y poetas italiano cuya injusta muerte ha marcado la historia de los grandes pensadores. Nacido en Nola, Nápoles, el 9 de febrero de 1548, cambió su nombre de pila de Filippo a Giordano a los 15 años de edad. Fue hijo de Giovanni Bruno, un soldado de experiencia en el ejército español.
Luego de recibir educación básica en su ciudad de origen, en junio de 1565 ingresa a la Orden de los Dominicos, en el monasterio de Santo Domingo Mayor de Nápoles. En el año 1572 es ordenado como sacerdote y recibe el título de doctor en teología en 1575.
Su forma de pensar y la manera de interpretar la teología de su época lo convirtieron en el blanco de acusaciones religiosas hasta que, en marzo de 1576 huye del convento donde se encontraba. Por temor a la inquisición, huyó de Roma y comenzó lo que podemos llamar una vida errante.
Giordano Bruno y su interpretación del universo
Los problemas de Bruno con la Iglesia comenzaron en el año 1575 cuando él se atrevió a leer los textos prohibidos del filósofo holandés Desiderius Erasmo de Róterdam. Los historiadores aseguran que Bruno nunca se sintió aceptado por los religiosos y que siempre tenía un argumento para contrarrestar muchas de las enseñanzas eclesiásticas.
Mientras vivió en París, Londres y Oxford, pudo reforzar y profundizar sus ideas científicas, además de ganar fama como escritor de obras de teología. El profesor Rodolfo Langhi de la Universidad Estatal de Sao Paulo, Brasil, sostiene que Bruno conocía y apoyaba la teoría de que el Sol era el centro de nuestro sistema solar.
Este punto de vista iba en contra de lo que la Iglesia enseñaba, y fue la razón por la que más tarde condenaron a Galileo Galilei. Ahora bien, en base a las obras de Bruno, se puede entender que su razonamiento cosmológico iba mucho más allá.
El universo es infinito
Giordano Bruno enseñaba que el universo era infinito y que el Sol no era el centro de todo el universo, sino de una pequeña parte del mismo. Además, afirmaba que el cosmos estaba lleno de mundos habitados como el nuestro. Esta manera de ver el universo estaba en contraposición a las ideas enseñadas por la iglesia católica romana.
Por otro lado, Bruno también sostuvo que además de Saturno (el planeta más lejano de la Tierra conocido hasta entonces) había otros cuerpos celestes o planetas que giraban alrededor del Sol. Descubrimientos astronómicos hechos décadas después corroboraron que su suposición era cierta.
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¿Religioso o científico?
Aunque tenía profundos conocimientos de ciencia, filosofía y astronomía, es difícil catalogar a Bruno como un verdadero científico. Por lo general, acostumbraba mezclar los hechos astronómicos con creencias religiosas para hacer afirmaciones sin base científica. Con todo, su forma de pensar estuvo a la altura de cualquier sabio y científico de su época.
Giordano Bruno en la hoguera
La peor decisión que Giordano pudo tomar en su vida fue regresar a Italia después de 15 años de haber huido de allí. Fue recibido por Giovanni Mocenigo, un noble que lo invitó a su casa con la excusa de que fuera su profesor, pero en realidad quería entregarlo a la Inquisición veneciana y eso hizo.
La sentencia de muerte contra Giordano Bruno la impuso el papa Clemente VIII, y el lugar de la quema fue el Campo de la Flores. Se cuenta que el papa le dio al teólogo la oportunidad de salvarse si renunciaba a sus creencias, a lo que Giordano se negó.
De hecho, mientras ardía en el fuego de la hoguera, tuvo la fuerza para voltear el rostro a fin de rechazar un crucifijo que pusieron enfrente de él. Hoy en día una estatua hace honor al lugar donde Giordano fue quemado vivo por la brutal autoridad eclesiástica de su época.
Escrito por: Luisa Lugo, redactora de CodigoOculto.com
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