El Yakhchāl del año 400 a. C. era un antiguo “refrigerador” persa que almacenaba alimentos e incluso hielo mucho antes de que se inventara la electricidad. Un edificio típico yakhchāl se elevaría unos 18 metros y en el interior contendría vastos espacios para almacenamiento. Los principales ejemplos apuntan a cifras como 5.943 metros cúbicos de volumen. El sistema de enfriamiento por evaporación dentro de las estructuras funcionaba a través de captadores de viento y agua traída de manantiales cercanos a través de qanāts, comunes bajo…
Yakhchal tiene paredes gruesas de ladrillos de barro que tienen hasta dos metros de espesor en la base, hechas de un mortero especial compuesto de arena, arcilla, claras de huevo, cal, pelo de cabra y ceniza en una proporción específica. Estos son resistentes a la transferencia de calor. La mezcla era impenetrable al agua.
El aislamiento y las aguas de enfriamiento que descienden en espiral por su costado mantienen el hielo almacenado allí en invierno congelado durante todo el verano. Las casas de hielo utilizadas en los desiertos tienen una trinchera en el fondo para recoger el agua que se derrite del hielo y permite que se vuelva a congelar durante las frías noches en los desiertos. El hielo se rompe y se traslada a cavernas profundas en el suelo. El proceso se repite en caso de más agua.
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