Este 31 de enero el cielo de varias ciudades del mundo se verán adornados con un espectáculo inusual, un eclipse lunar total que coincidirá con una «luna azul» y con una superluna. Debido a esto algunos la han llamado la «superluna de sangre azul».
Este evento ocurrirá por primera vez en 150 años en el hemisferio occidental, y será el último de una trilogía de superlunas ocurridas en los pasados dos meses.
Pero, ¿solo será un show visual o algo que los científicos podrían aprovechar?
La Luna gira alrededor de la Tierra en una órbita elíptica, por esta razón, en su punto más cercano, el perigeo, aparecerá mucho más grande. Eso es lo que pasará el 31 de enero, y veremos una Luna un 13 por ciento más grande que de costumbre.
Un eclipse lunar es una gran oportunidad para el público, pero todavía hay cosas que los científicos pueden aprender del evento. Los detalles de cómo la luz solar que vemos reflejada desde la luna durante el eclipse ha sido alterada, dispersada y absorbida en su camino a través de nuestra atmósfera, y cómo esto se ve afectado por, por ejemplo, erupciones volcánicas o incluso lluvias de meteoros, todavía se están estudiando.
Fuente de investigación
Durante los últimos años, ha surgido un interés en el estudio de los eclipses lunares de una fuente sorprendente, el descubrimiento de planetas que orbitan alrededor de otras estrellas. Cuando un exoplaneta pasa por el frente de su estrella, una pequeña fracción de la luz de las estrellas que recolectamos habrá pasado a través de la atmósfera del planeta. Los investigadores observan las mediciones espectrales de la luz durante dicho tránsito para determinar la composición de la atmósfera. Estos análisis pueden brindarnos datos importantes como biofirmas de oxígeno, ozono o metano, que podrían indicar la presencia de vida extraterrestre.
Debido a esto, un eclipse lunar es una gran oportunidad para estudiar este efecto: la luz solar reflejada desde la luna durante el eclipse ha pasado a través de la atmósfera de la Tierra y ha sido impresa con sus características.
Actualmente se están llevando a cabo varios estudios sobre eclipses lunares, utilizando herramientas como el James Webb Space Telescope y el European Extremely Large Telescope, que tienen el potencial de estudiar las atmósferas de planetas distantes y similares a la Tierra.
Como vemos, un eclipse lunar es una gran oportunidad para estudiar la posibilidad de vida extraterrestre en mundos distantes; sin embargo también existen otras cosas que los científicos pueden aprender del evento. Algunos de estos otros aspectos aún se están estudiando, como por ejemplo: cómo la luz solar que vemos reflejada desde la luna durante el eclipse ha sido alterada, dispersada y absorbida en su camino a través de nuestra atmósfera, y cómo esto se ve afectado por (por ejemplo) erupciones volcánicas o incluso lluvias de meteoros.
Aún hay mucho provecho que obtener de estos fenómenos únicos, y al ser inusuales aumentan claramente su valor, un valor incalculable en conocimiento.
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