¿Existe la posibilidad de que una nave nodriza extraterrestre se encuentre estudiando la Tierra en estos momentos? Aunque no podamos confirmarlo, esta posibilidad casi nula ha pasado a reforzarse y ha exponerse en medios de todo el mundo.
Cada religión tiene su propia visión del universo y sus orígenes. Por ejemplo, en el cristianismo, Dios es el creador de todas las cosas, incluido el cosmos. En el Islam, el espacio infinito también se considera una creación de Alá. En el budismo, el cosmos se ve como un espacio infinito en el que todos los fenómenos están en constante movimiento y cambio. En el hinduismo, se describe como infinito y eterno, y se cree que todos los seres vivos están conectados a él.
Un enorme objeto metálico se desplaza por la oscuridad infinita del espacio. Su forma se asemeja a un enorme cigarro cubierto de placas metálicas. En las paredes laterales se pueden ver símbolos y dibujos incomprensibles que nadie puede leer. Algo así podría describir el asteroide ‘Oumuamua en un estilo artístico.
No es el único cuerpo cósmico extraño que se ha observado desde la Tierra. Y a la luz de las últimas informaciones según las cuales una enorme nave portadora podría estar al acecho en el sistema solar (según The New York Times), podemos establecer algunos paralelismos lógicos.
Cuando los astrónomos descubrieron el asteroide ‘Oumuamua en 2017, quedaron asombrados por sus extrañas características. Este objeto era largo y estrecho, como un puro, y se movía a una velocidad que no puede explicarse por la influencia gravitatoria del Sol. Estos factores han llevado a muchos científicos a considerar que ‘Oumuamua es una sonda alienígena.
Avi Loeb, director del Departamento de Astronomía de la Harvard University, dijo en un comunicado:
“Oumuamua es algo único. No podemos explicar su forma y movimiento utilizando nuestros modelos actuales para asteroides y cometas”.
Algunos expertos especulan con la posibilidad de que ‘Oumuamua sean los restos de una nave alienígena naufragada. Otros creen que podría tratarse de una sonda enviada por otra civilización para estudiar nuestro planeta.
Loeb agregó:
“Si se trata efectivamente de una sonda, podemos suponer que fue creada para estudiar nuestro planeta. Quizá estén buscando vida en otros planetas y quieran saber más sobre nuestro planeta y sus habitantes”.
Entonces, ¿por qué no iba a ser el asteroide sonda el precursor de la “mega nave alienígena” mencionada en las noticias? ¿La sonda nos encontró, nos escaneó y los propietarios reaccionaron a su señal? Un suceso sigue a otro, causa y efecto.
Por ejemplo, en 2017 se observó el asteroide llamado C/2017 U1 (que posteriormente pasó a nombrarse como ‘Oumuamua), que también tenía una forma inusual y se movía a una velocidad superior al efecto gravitatorio del Sol. Presten atención al año de las observaciones, 2017.
Un informe elaborado por Sean Kirkpatrick, director de la All-Domain Anomaly Resolution Office (AARO) del Pentágono y Avi Loeb, informa que una posible nave nodriza extraterrestre se encuentra en el Sistema Solar y lanza sondas a la Tierra, para estudiar nuestro planeta. Esto se difundió por todo el mundo, generando opiniones de todo tipo. Incluso, la noticia fue informada en los más importantes medios de noticias.
Titulado “Physical Constraints on Unidentified Aerial Phenomena“, el documento, que aún está en revisión por pares, examina los supuestos movimientos y capacidades de objetos inexplicables avistados por pilotos de la Marina de EE. UU. frente a las costas de ese país.
Kirkpatrick y Loeb investigan la idea de que una nave nodriza extraterrestre que pasa por nuestro sistema solar podría haber lanzado una serie de sondas más pequeñas diseñadas para ingresar a la atmósfera de la Tierra y estudiarnos sin nuestro conocimiento.
Loeb dijo a WordsSideKick.com:
“[Los impactos de meteoritos interestelares me inspiraron] a considerar la posibilidad de que un objeto interestelar artificial podría ser una nave principal que libera muchas sondas pequeñas durante su paso cercano a la Tierra, una construcción operativa no muy diferente de las misiones de la NASA.
Estas ‘semillas de diente de león’… podrían separarse de la nave principal por la fuerza gravitacional de las mareas del Sol o por una capacidad de maniobra”.
En el artículo, Loeb y Kirkpatrick sugieren que estas sondas podrían llegar a la Tierra y entrar en nuestra atmósfera sin ser detectadas por los astrónomos. También es posible, dada la cantidad de tiempo que llevaría viajar grandes distancias a través del espacio
Recuento de otros incidentes
El 4 de febrero de 2023, el primer objeto volador no identificado, similar a un globo, fue derribado.
Del 10 al 11 de febrero, un segundo objeto volador no identificado fue derribado frente a las costas de Alaska.
Del 12 de febrero, otro objeto volador no identificado, esta vez sobre el Yukón en Canadá. Y después de eso, el cuarto: en la frontera con Canadá, cerca del lago Hurón.
El segundo OVNI era del tamaño de un coche pequeño, voló a una velocidad de 30-65 km / h, no realizada maniobras y se asemejaba a un avión no tripulado en su forma de vuelo. El tercero fue descrito como cilíndrico. El cuarto era octogonal, con hilos incomprensibles colgando de los bordes. El mismo día en que el cuarto objeto volador no identificado fue derribado sobre América, otro OVNI visitó inesperadamente el espacio aéreo sobre el puerto de Qingdao en China.
El 14 de febrero, en la frontera de China con Rusia, los habitantes de la ciudad de Qiqihar vieron en el cielo una serie de esferas brillantes en movimiento, que alternativamente parpadeaban y se desvanecían.
¿Revelados datos secretos del Pentágono sobre extraterrestres?
Sean Kirkpatrick, director del AARO del Pentágono, dijo en un comunicado:
“Existe la posibilidad de que naves nodriza extraterrestres y sondas más pequeñas estén visitando los planetas del sistema solar”.
Un poco antes, el general Glen VanHerck, jefe del North American Aerospace Defense Command (NORAD), habló con un espíritu “ufológico” similar. Afirmó que el Pentágono no abandona la versión de que los OVNIs o los UAP, según la terminología actual, fueron creados por extraterrestres.
Los telescopios actuales no detectaron el “aterrizaje” extraterrestre porque las sondas son pequeñas y reflejan poco la luz solar. Pero una de ellas, al parecer, sí que fue detectada -lo mismo Loeb que, según se supo más tarde, los militares, que descubrieron el objeto, pero clasificaron la información relativa a su vuelo.
Según las observaciones de Loeb y su colega Amir Siraj, el 8 de enero de 2014, un cuerpo de aproximadamente un metro de tamaño y alrededor de media tonelada de peso entró en la atmósfera terrestre y cayó ese mismo día en el Océano Pacífico, cerca de Papúa Nueva Guinea.
El objeto se movía el doble de rápido que ‘Oumuamua, a una velocidad de 216.000 kilómetros por hora. Para los meteoritos y asteroides que circulan por el sistema solar, esta velocidad no es típica.
Los científicos presentaron sus argumentos en un artículo que se envió a The Astrophysical Journal Letters, pero la publicación no se llevó a cabo. El United States Space Command (USSC) intervino, aparentemente porque Loeb y Siraj estaban utilizando datos de un satélite espía y estaciones de seguimiento del Departamento de Defensa. Con su ayuda, los militares controlan el movimiento de misiles balísticos y reconocen explosiones nucleares. La divulgación de los datos revelaría las capacidades del sistema.
Pero de repente, a principios de abril de 2022, el teniente general John Shaw, comandante adjunto del USSC, envió un memorando especial a la NASA, en el que admitía que los científicos habían determinado correctamente la velocidad del objeto y que su ubicación en altura -junto con la trayectoria hiperbólica del objeto, indica innegablemente que no es local, sino interestelar.
Se conoce el lugar de la caída del objeto, que Loeb, y ahora Kirkpatrick y, quién sabe, tal vez toda la AARO consideran una sonda alienígena automática. Queda por encontrarlo. Los científicos han determinado el área donde se enviará la expedición: el tamaño de 10 por 10 kilómetros no es tan grande como para complicar la misión de búsqueda y, además, el objeto debe ser magnético, lo que facilitará la tarea.
La búsqueda se realizará en el marco del Proyecto de Investigación “Galileo”. La expedición en sí ya está totalmente financiada.
Al mismo tiempo, se pretende encontrar otras sondas, las que aún se encuentran en el espacio y siguen ocultas entre los numerosos objetos cercanos a la Tierra. Está previsto buscarlas utilizando el Vera C. Rubin Observatory, equipado con un telescopio reflector gran angular, que empezará a fotografiar el cielo desde la alta montaña chilena de Cerro Pachón a partir de este año.
Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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