Por: CodigoOculto.com
Una investigación ha propuesto una cámara infrarroja que escanee todo el cielo en busca de indicios de posibles señales extraterrestres.
En 2021, la Office of the Director of National Intelligence (ODNI) publicó un informe en el que se detallaba información recientemente desclasificada sobre fenómenos aéreos no identificados (UAP, por sus siglas en inglés). Desde entonces, el Departamento de Defensa ha publicado informes anuales sobre OVNIs a través de la Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO). Sin embargo, todavía hay una falta de datos científicos disponibles públicamente.
Para abordar esta cuestión, un nuevo estudio dirigido por el Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA) y el Proyecto Galileo propone una cámara infrarroja de todo el cielo (Dalek) para buscar posibles indicios de naves extraterrestres.
El estudio fue dirigido por Laura Domine, miembro de la Beca Postdoctoral Keto-Galileo de la Universidad de Harvard e investigadora del Proyecto Galileo.
A ella se unieron otros investigadores del CfA, el Proyecto Galileo, el Whitin Observatory, la Scientific Coalition for UAP Studies, y Atlas Lens Co.
El artículo que resume su propuesta se presentó en la 2025 Lunar and Planetary Science Conference (2025 LPSC), que tuvo lugar del 10 al 14 de marzo en The Woodlands, Texas.
Dalek, cámara infrarroja
El instrumento que describen en su artículo se conoce como Dalek, por su parecido con la máquina antagonista de la franquicia Doctor Who. Este instrumento se basa en las recomendaciones formuladas por la NASA en un estudio independiente de 2023, en el que afirmaban:
“Los futuros sensores diseñados específicamente para la detección de fenómenos aéreos no identificados (UAP) deben ajustarse a escalas de tiempo de milisegundos para facilitar una mejor detección. Al mismo tiempo, los sistemas de alerta deben detectar y compartir información transitoria de forma rápida y uniforme… Las plataformas multisensor son importantes para proporcionar una imagen completa de un evento UAP. Debe registrarse el movimiento de un objeto, así como su forma (datos de imágenes), color (datos multiespectrales o hiperespectrales) y cualquier sonido y otras características”.

Izquierda: Dibujo de diseño mecánico de la matriz de cámaras infrarrojas Dalek. Derecha: Fotografía del Dalek tal como se construyó en el lugar de desarrollo. Crédito de imagen: Galileo Project
Su artículo detalla este observatorio terrestre multimodal y multiespectral, el primer instrumento que se pone en marcha en el centro de desarrollo del Instituto Galileo, y el proceso de calibración.
El profesor Avi Loeb, catedrático de Ciencias Frank B. Baird Jr. de la Universidad de Harvard, director del Instituto de Teoría y Cálculo (2007-presente) dentro del CfA, es también el director del Proyecto Galileo (2021-presente), dijo en un comunicado:
“A menudo, los datos del gobierno de EE. UU. están clasificados, ya sea porque fueron recopilados por sensores clasificados o porque no se comprenden del todo y podrían ser relevantes para la seguridad nacional. En caso de duda, los datos no se hacen públicos ni se comunican a la comunidad científica. Sin embargo, el cielo no está clasificado, por lo que el Proyecto Galileo está gestionando un observatorio de todo el cielo en la Universidad de Harvard y construyendo otros dos observatorios en Pensilvania y Nevada que buscan objetos anómalos en las bandas infrarroja, óptica, de radio y de audio”.
Como detalló Loeb, estos tres observatorios detectan unos 100.000 objetos al mes cada uno y ya han obtenido datos sobre aproximadamente un millón de objetos. Esta es la mayor base de datos recopilada sistemáticamente sobre objetos cercanos a la Tierra (NEOs), que el Proyecto Galileo analiza mediante un software de aprendizaje automático.
Este software consta de un modelo You Only Look Once (YOLO) para la detección de objetos y un algoritmo Simple Online and Realtime Tracking (SORT) para la reconstrucción de trayectorias.
Estos algoritmos se entrenan con objetos familiares (aviones, drones, globos, pájaros, satélites, etc.), lo que les permite clasificar todos los UAP / OVNIs observados y detectar valores atípicos. Además, el artículo contiene un resumen de los primeros cinco meses de funcionamiento del observatorio.
Ya se han detectado cientos de miles de objetos
Como el equipo declaró en su artículo, se detectaron aproximadamente 500.000 objetos en este período. Alrededor del 16 % de las trayectorias que reconstruyeron (unas 80.000) se marcaron como atípicas con un nivel de confianza del 95 % y se examinaron manualmente con imágenes infrarrojas.
De estas, 144 trayectorias seguían siendo ambiguas, que según afirman son probablemente objetos mundanos que no pueden clasificarse más sin información, distancia y otros datos de los sensores.
Loeb dijo:
“En los primeros cinco meses de puesta en marcha de los datos presentados en este documento, estudiamos medio millón de objetos y evaluamos nuestra capacidad para clasificarlos sin información de distancia. En el futuro, esperamos medir las distancias a los objetos basándonos en la triangulación de múltiples detectores espaciados dentro de cada observatorio. Esto nos permitirá determinar la velocidad y aceleración de varios tipos de objetos e identificar claramente los anómalos”.
En comparación, estudios clasificados realizados por agencias gubernamentales como la AARO, que a menudo pueden aprovechar estimaciones de distancia a partir de datos de radar y múltiples sensores, informaron de que alrededor del 3 % de los casos que se les señalaron seguían siendo ambiguos.
El objetivo final, dijo Loeb, es encontrar los pocos (si es que hay alguno) valores atípicos que podrían considerarse evidencia de una especie tecnológicamente avanzada (también conocidas como technosignatures o tecnofirmas).
Loeb dijo:
“Nuestro objetivo es comprobar si hay algún objeto que muestre características o formas de vuelo anómalas. Incluso si uno entre un millón mostrara capacidades más allá de las tecnologías creadas por el hombre, constituiría el mayor descubrimiento científico jamás realizado. Un objeto así podría sugerir la existencia de una civilización tecnológica extraterrestre de la que podamos aprender sobre una ciencia y tecnología más avanzadas que las desarrolladas por los humanos durante el siglo pasado”.
La versión completa del artículo científico ha sido publicada en la revista Sensors.
[FT: UT]
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