Durante los últimos años se ha hablado mucho de los posibles «OVNIs terrestres» que manejan tecnología antigravedad. A pesar de que esta es una clara muestra del avance tecnológico, es posible que esta ciencia haya sido descubierta hace décadas por el científico Viktor Grebennikov.
Actualmente, el mundo tiene un conflicto entre un pasado poderoso y un futuro que no termina de despegar. Muchas de las tecnologías usadas actualmente fueron descubiertas y rechazadas hace décadas.
Uno de los ejemplos más claros son los hallazgos hechos por Nikola Tesla, los cuales fueron tildados de «fantasía». Sin embargo, actualmente son usados normalmente.
Pero Tesla no fue el único adelantado y marginado de la época. Viktor Stepanovich Grebennikov, un científico, naturalista y entomólogo ruso también sufrió el mismo destino, al descubrir la tecnología antigravedad antes de que el mundo estuviera listo.
Tecnología antigravedad, invisibilidad y viajes en el tiempo
Viktor Grebennikov comenzó a trabajar en el Efecto de la Estructura Cavernosa, o CSE por sus siglas en inglés, cuando descubrió que, al trasladar a mano varios nidos cavernosos de abejas, un calor emanaba de ellos a pesar de estar fríos.
Este calor generaba varias sensaciones; vértigos, disminución de peso, un extraño sabor metálico en la boca, salivación y cosquilleo en los dedos y cabeza.
Al poco tiempo se dio cuenta que dicho efecto traspasaba todo tipo de materia y aumentaba de intensidad cuando iba hacia abajo.
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Sus experimentos demostraron que cuando un objeto cavernoso era trasladado, su campo CSE volvía a generar una nueva ubicación, pero el formado previamente tardaba un tiempo en desaparecer.
En 1988, Grebennikov descubrió la existencia de efectos antigravitacionales en estructuras cavernosas de élitro de quitina, la sustancia sólida que cubre y protege las alas de algunos insectos.
A partir de estos hallazgos empezó a desarrollar sus inventos con tecnología antigravedad.
Grebennikov descubrió que alterar la visual, e incluso, conseguir la invisibilidad total era posible en zonas de alteración gravitacional.
En su libro, «My World» de 1997, aseguró haber creado una plataforma en forma de patineta, la cual llamó «gravitoplano», con la cual se podía desplazar 25 metros por minuto.
Además, descubrió que era muy difícil medir la velocidad en este modo de traslado, pues también distorsionaba el tiempo.
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Esto se debe a que la relación espacio-tiempo que define la velocidad se veía alterada, pues una parte del «tiempo» variaba hacia delante o hacia atrás.
En pocas palabras, Grebennikov podía «llegar antes de salir», lo que generaba varias paradojas; por ejemplo, podía «verse así mismo». Aunque esto no sucedía todo el tiempo debido a la invisibilidad que el CSE producía en el ocupante.
Un invento adelantado para su época
De acuerdo a las descripciones gráficas que anexó en los registros de patentes, la parte inferior del dispositivo consistía en una lata de pintura llena con una cantidad exacta de exoesqueletos de quitina. Los cuales se colocaron de una forma específica para generar el efecto antigravedad.
Gracias a la estructura única de la cavidad inherente de los exoesqueletos de insectos, se generaban resonancias concordantes con el campo gravitatorio del planeta.
El «gravitoplano» se conduce variando el ángulo de la estructura de la cavidad en relación a la fuerza de gravedad.
Por ello, mientras se gira a través de un eje gravitacional, la fuerza antigravitacional pasa de cero, a una leve fuerza lateral, hasta la repulsión total de la gravedad.
Grebennikov controlaba el dispositivo a través de un manubrio de bicicleta en la parte superior, el cual modificaba la posición de la quitina respecto a la caja inferior.
Con el tiempo, el científico consiguió desarrollar tecnologías más complejas. Se dice que consiguió crear máquinas del tiempo o que se volvían invisibles. Inventos que, se cree, estarían siendo desarrollados actualmente por agencias espaciales en secreto.
A la fecha existen muchas dudas con respecto a la antigravedad en insectos, siendo investigada por otras personas. Cabe resaltar que existen razones para dudar de la antigravedad en el élitro de quitina. Algunos científicos han manifestado que se explicaría por electricidad estática y otros investigadores independientes han sugerido que se trataría de antigravedad. Se necesita más investigación al respecto, sin embargo es posible que esto no convenga a ciertos grupos de poder.
La muerte de Grebennikov, ocurrida en el año 2001, solo dejó un legado científico tan impresionante como otros grandes científicos pocos reconocidos en su época, pero que el tiempo les dio la razón.
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Los grandes inventos los boicotean nada más llegar a las oficinas de patentes..oficinas que estan al servicio de las grandes multinacionales y sus intereses…si llega una patente que revienta parte de un sector…lo que hacen es duplicar el expediente…no cursar avisos de la oficina de patentes respecto al expediente..osea tergiversan los procedimientos para que sea tan incontrolable que pierdas la patente por no hacer las cosas en los plazos que te dictan…esto lo sé porque me lo han hecho con una patente europea que jodia a las multinacionales de iluminación urbana…me jodieron el expediente y perdi por tantas trabas y lios…todo a base de tantisimo dinero para que una persona normal no pueda hacer una patente…cuestan sobre 11.000 a 15.000euros la europea
estoy interesado en esta tecnología, desde hace mas de 40 años vi en el cielo muchas naves….