¿Heredaron las primeras civilizaciones del mundo la misma elevada sabiduría de la misma cultura madre, más antigua pero ya desaparecida? Nuevas pruebas arqueológicas sin precedentes muestran que una “civilización perdida” muy avanzada floreció en una era remota más antigua que el tiempo registrado. ¿Fue la Atlántida esa civilización?

Todas las antiguas culturas piramidales construyeron estos templos trípticos (de tres puertas). ¿Significa esto que compartían la misma religión?

Al igual que las pirámides, la presencia de estos templos trípticos en todo el mundo respalda enormemente la teoría de la “Atlántida“, es decir, la idea de que la civilización tiene raíces mucho más antiguas de lo que actualmente acepta la ciencia; que existe un importante episodio olvidado en la historia de la humanidad; que una antigua cultura avanzada floreció en el pasado pero fue destruida en un cataclismo; y que las primeras culturas conocidas de la historia fueron herederas de su legado.

Hay dos versiones diferentes de la historia

Ya conocemos la versión dominante que aparece en los libros de historia. Pero hay otra historia oculta más misteriosa que no es tan conocida.

Todas las antiguas culturas piramidales construyeron estos templos trípticos (de tres puertas). ¿Significa esto que compartían la misma religión?

Esta historia poco conocida describe a las primeras culturas del mundo como herederas de vastos conocimientos y habilidades de una Cultura Madre más antigua y sofisticada, pero ya desaparecida, un gran reino llamado Atlántida, que una vez albergó a un pueblo avanzado y espiritualmente sofisticado.

Esta historia oculta fue propuesta y mantenida por eruditos y arqueólogos de la era victoriana en el siglo XIX, tras descubrir una serie de misteriosos paralelismos culturales antiguos en todo el mundo:

A los victorianos les parecía inconcebible que estas sociedades similares pudieran haber evolucionado por separado; era más lógico pensar que todas evolucionaron a partir de la misma fuente matriz: la Atlántida.

El modelo histórico de la Atlántida se mantuvo incuestionable durante décadas. Pero se abandonó repentinamente a mediados del siglo XX, cuando una nueva oleada de estudiosos occidentales declaró que no existían pruebas suficientes que lo respaldaran.

Templos Trípticos

El descubrimiento de estos Templos Trípticos paralelos ofrece nuevas y revolucionarias pruebas que apoyan la teoría de la Atlántida.

Estos Templos Trípticos no sólo han escapado a la atención de los eruditos modernos, sino también a la de los grandes estudiosos de la época victoriana que estudiaron las antiguas correspondencias culturales:

Templos Trípticos.

¿Por qué y cómo exhiben todos estos templos la misma arquitectura paralela, como si hubieran sido construidos por albañiles que compartían una base de conocimientos similar? ¿Indican estos templos del Tríptico una religión compartida heredada de la misma Cultura Madre?

De hecho, el Tríptico es la olvidada Religión Universal de la Antigüedad: el legado de la mucho más antigua Civilización Perdida de la Atlántida.

Una Religión Universal

Esta Religión Universal del Tríptico fue contenida y mantenida viva en lo que los eruditos modernos llaman las antiguas “Escuelas de Misterios”. Mantenidas en el más alto secreto y reverencia, se decía que las enseñanzas de las Escuelas de Misterios contenían los secretos del universo y las claves de grandes y mágicas prácticas.

Los miembros de las Escuelas de Misterios estaban dotados de una extraordinaria perspicacia y de cualidades y habilidades sobrehumanas. Los antepasados del pensamiento occidental moderno -Homero, Pitágoras, Sócrates, Platón y Aristóteles- fueron iniciados de los Misterios, que cambiaron la historia con sus filosofías y conocimientos avanzados.

Con los albores del cristianismo llegó un periodo de grandes cambios. En su afán por ganar autoridad sobre las masas, la Iglesia comenzó a erradicar todo rastro de la sabiduría de las Escuelas de Misterios. Incluso la famosa Academia de Platón, que floreció durante más de 900 años, desde el 387 a. C. hasta el 529 d. C., fue clausurada por el emperador Justiniano, que afirmó que la Academia era pagana.

Como resultado, los estudiantes de las Escuelas de Misterios se escondieron. Para salvaguardar la sabiduría, envolvieron sus antiguos secretos en alegorías y símbolos y lo pusieron todo bajo la tutela de diversas corrientes de sociedades “esotéricas”, entre cuyos miembros se cuentan Galileo, Copérnico, Da Vinci, Kepler, Isaac Newton y Napoleón.

Los antiguos conocimientos fueron decayendo un poco más con cada nueva versión sucesiva, y a medida que el cristianismo crecía hasta alcanzar el estatus de imperio, las enseñanzas empezaron a extinguirse. Los antiguos templos trípticos cayeron en la ruina, al igual que la sabiduría que una vez preservaron. Parecía que muchas, si no todas, las conexiones con la fuente original estaban cortadas o tan diluidas que los verdaderos Misterios estaban a punto de perderse.

El surgimiento de la Fraternidad Masónica

Fue durante esta época que una poderosa sociedad secreta llamada la Fraternidad Masónica – los Francmasones – entró en el escenario de la historia y comenzó lo que se convertiría en su búsqueda triunfante para mantener vivos los detalles de las enseñanzas de la Escuela de Misterios, y pasar la antorcha a una nueva generación.

Encargados por la Iglesia para construir las catedrales góticas de Europa, los francmasones codificaron en secreto la sabiduría del Tríptico en las fachadas de iglesias, castillos, catedrales, hitos de piedra, relieves, monumentos y estatuas, donde permanece oculta hoy en día.

Catedrales góticas con entradas trípticos.

Esto explica en parte por qué las innumerables catedrales góticas medievales construidas por los francmasones comparten el mismo plano maestro: una especie de “código catedralicio” desconcertante, que aún no ha sido descubierto, analizado ni explicado por los eruditos modernos:

De hecho, todas las grandes Sociedades Secretas (antes de que fueran tomadas en los tiempos modernos y cooptadas para fines nefastos, para los que muchas están siendo utilizadas hoy en día) compartieron una vez la misma Religión Universal del Tríptico; de ahí la universalidad de la entrada del Tríptico.

Sedes de Sociedades Secretas con entradas en forma de tríptico.

El libro pone de relieve cómo diferentes pueblos en diferentes épocas y lugares entendieron y practicaron la misma Religión Universal / Ciencia Sagrada que todos simbolizaron por la misma entrada de tres puertas del Tríptico.

También muestra cómo los masones operativos de la historia comprendieron plenamente el antiguo legado del Tríptico, e incorporaron secretamente su diseño en las entradas de iglesias, castillos, catedrales y otras estructuras sagradas.

Esta búsqueda de la sabiduría perdida le llevará al otro lado del Nilo, en Egipto, a las antiguas tierras de Persia y China, a regiones remotas de la India y el Sudeste Asiático, a lo alto de la cordillera de los Andes y a las profundidades de las espesas selvas de Mesoamérica, para descubrir y descifrar la arquitectura antigua y conocer a fondo las ruinas de los imperios antiguos más magníficos del mundo.

Veremos cómo el propio Renacimiento fue nada menos que un “renacimiento” de la Religión Universal / Ciencia Sagrada en Europa, y un redescubrimiento de la antigua sabiduría del Tríptico:

El “Código Da Vinci” de la vida real es el antiguo Tríptico detrás de Cristo. Leonardo da Vinci codificó el Tríptico y su significado esotérico en La Última Cena, un hecho aún no reconocido por los estudiosos.

También veremos cómo la Fraternidad Masónica ya no es un verdadero repositorio de la sabiduría del Tríptico / Religión Universal / Ciencia Sagrada, habiendo perdido su propósito original, pero aún mantiene la sabiduría perdida en su simbolismo, ceremonia y ritual.

Como resultado, pocos masones y aún menos occidentales conocen la existencia del Tríptico / Ciencia Sagrada; es una tradición iluminadora y fortalecedora que permite a los seres humanos sobresalir y alcanzar niveles aparentemente sobrehumanos de logro.

No es casualidad que la masonería haya incluido a muchos hombres famosos y que han cambiado el mundo, como Washington, Benjamin Franklin, Voltaire y Mozart.

Fuente: humansbefree

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