En un lugar lejano, conocido actualmente como Antalya, situado en la región metropolitana del sur de Turquía, se encuentra uno de los sucesos más sorprendentes. Se trata de unas rocas que arden desde hace milenios, y esto se debe a las constantes emisiones de gas que hay en este lugar.
¿Hace cuantos años empezaron a arder las rocas?
Las rocas se encuentran ubicadas en la región de Licia, y llevan ardiendo al menos 2.500 años sin cesar. Fue en el momento en que se documentó este sorprendente acontecimiento. Pero es posible que exista desde hace muchos años atrás y que no se haya mencionado antes.
Atractivas rocas en llamas
A lo largo del tiempo siempre se han dado a conocer lugares que parecen ser paraísos terrenales. Pero en muy pocas oportunidades se cuenta sobre sitios que han resultado ser muy asombrosos y un poco misteriosos. Este es el caso del antiguo Monte Quimera, que hoy es llamado Yanartas.
En este sorprendente lugar, envuelto por mitos y leyendas, existe una curiosa línea de llamas que por las noches iluminan un hermoso paisaje en Turquía. Lo más llamativo de todo es el hecho de que el fuego no se ha apagado en ningún momento desde que empezó.
¿A qué se debe que el fuego no cese?
Fuego en el monte Quimera. (Flickr / chrisbwah)
Yanartas ha captado la atención de millones de turistas, exploradores e investigadores, por el fuego eterno que ofrece a los visitantes. Ni siquiera el cambio climático o las fuertes lluvias han podido apagar sus antiguas llamas.
Luego de realizar estudios a profundidad, se dijo que este es un gran regalo que nos ha dejado la madre Tierra. No es más que un milagro natural ocurrido por el metano que se escapa del subsuelo y da inicio a este fenómeno.
La primera aparición del fuego en Yanartas
Se ha llegado a la conclusión de que la primera vez que empezó a verse en llamas esta área de la montaña fue debido a un rayo. Luego de que este, chocara con las rocas, encendió la chispa y dio paso al milagro de las llamas en el suelo.
El sorprendente fuego en las rocas se extiende por 5 mil metros cuadrados. Ofreciendo a sus visitantes una de las vistas más sobresalientes que han existido en el mundo.
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La leyenda sobre el legendario monstruo mitológico
La manifestación de flamas en la montaña ha llegado a ser tan antigua que incluso, se menciona en la mitología griega. En los relatos contados por Heródoto y Homero, se menciona repetidas veces la palabra “Quimera“, se trata de un misterioso monstruo que escupía fuego.
La leyenda sobre esta gran criatura dice que fue derrotada en la montaña donde habitaba, por el gran héroe Belerofonte. Al parecer, se trataba de un fabuloso animal híbrido que era indestructible por su procedencia divina, tenía cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón.
Belerofonte matando a la Quimera. Mosaico en el Museo Arqueológico de Rodas. (Public domain)
De su respiración se emanaba llamas completamente destructivas para cualquier ser mortal o inmortal. Por esta razón fue que Belerofonte, siguiendo algunas indicaciones divinas, acabó con este monstruo tan temible.
El cumplimiento de una condena tras la derrota de Quimera
Según algunos historiadores Quimera no era más que una simple montaña, donde residían algunos animales peligrosos. Pero, tiempo después Belerofonte acabó con ellos, haciendo habitable el lugar.
Sin embargo, la mitología hace referencia a que el fuego en las rocas de Yanartas es una condena. Por lo tanto, estas llamas deben permanecer encendidas por la eternidad como recordatorio de la batalla en que fue derrotada la criatura mitológica.
Vista nocturna del fuego ardiendo en el monte Quimera. (Flickr / Dave Lonsdale)
Una herramienta importante en la antigüedad
La leyenda sobre Quimera cuenta una historia fantástica, pero no sabemos si es veraz. Lo que sí se sabe con certeza es que el fuego ardiente en las rocas anteriormente era tan fuerte que alcanzaba los dos metros de altura. Así que cualquier persona que pasara lejos, podía disfrutar de este gran espectáculo.
Se dice que anteriormente las flamas resultaban como una guía en el camino de los navegantes, pues servían como un faro natural. En la época de invierno este fuego se hacía mucho más fuerte. Es posible que se debiera a la acumulación de la presión como consecuencia del aumento de agua.
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