Caminar por un campo o rodeado de tus seres queridos, o atravesando un túnel largo y oscuro, dirigiéndote hacia una luz brillante y seductora.

Cuando hayamos llegado al final, lo que experimentaremos será algo único para cada uno de nosotros. Sin embargo, sea lo que sea, los científicos dicen que esos momentos finales de la conciencia podrían estar impulsados ​​por algo increíble y misterioso que tiene lugar dentro de tu cerebro.

En el año 2013, un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan descubrieron que después de que la muerte clínica ocurriera en ratas, su actividad cerebral continuaba, revelando firmas eléctricas de conciencia que excedían los niveles encontrados en el estado de vigilia de los animales.

Según el neurólogo Jimo Borjigin, y miembro del equipo de investigación: «Pensamos que si la experiencia cercana a la muerte se deriva de la actividad cerebral, los correlatos neurales de la conciencia deberían ser identificables en humanos o animales incluso después del cese del flujo sanguíneo cerebral».

En la investigación utilizaron ratas anestesiadas, las cuales mostraron un aumento de la actividad cerebral altamente sincronizada dentro de los 30 segundos de un paro cardíaco inducido, de acuerdo con los patrones que verías en un cerebro altamente excitado.

El hecho demostró que aunque el flujo sanguíneo haya cesado como resultado de la muerte clínica, el cerebro continúa teniendo actividad y no se vuelve inerte al mismo tiempo. Esto podría conducir a nuevas revelaciones.

«Este estudio nos dice que la reducción de oxígeno y glucosa durante el paro cardíaco puede estimular la actividad cerebral que es característica del procesamiento consciente», dijo Borjigin.

«También proporciona el primer marco científico para las experiencias cercanas a la muerte informadas por muchos sobrevivientes de paro cardíaco».

Aunque los hallazgos establecen un nuevo marco para interpretar de dónde pueden venir las experiencias cercanas a la muerte, no necesariamente se deduce que los humanos tendrían la misma reacción que las ratas luego de la muerte.

Pero si nuestros cerebros continúan su actividad de la misma manera, luego de la muerte, podría ayudar a explicar el sentido de conciencia informado por muchas personas que resucitan con éxito en emergencias médicas.

El investigador de cuidados críticos Sam Parnia de la Universidad de Stony Brook tiene mucho conocimiento con respecto a esto, conocimiento obtenido a través de la experiencia. Parnia en 2014 publicó el estudio más grande del mundo que examina experiencias cercanas a la muerte y experiencias extracorporales.

A partir de entrevistas con más de 100 sobrevivientes de paro cardíaco, el 46 por ciento conservó los recuerdos de su acercamiento con la muerte, obteniendo en una serie de temas comunes, como las luces brillantes, la familia y el miedo.

Pero aún más intrigante, dos de los pacientes pudieron recordar eventos relacionados con su reanimación que ocurrieron después de su muerte, lo que, según los puntos de vista convencionales sobre la conciencia más allá de la muerte clínica, no debería haber sido posible.

«Sabemos que el cerebro no puede funcionar cuando el corazón ha dejado de latir, pero en este caso la conciencia parece haber continuado durante hasta tres minutos en el período en que el corazón no latía, a pesar de que el cerebro generalmente se inactiva en 20 a 30 segundos después de que el corazón se detiene», dijo Parnia al diario The National Post.

Parece increíble, pero vale la pena señalar que el fenómeno solo fue informado por el 2 por ciento de los pacientes, y el propio Parnia incluso más tarde admitió que «la explicación más fácil es que esto es probablemente una ilusión».

Dicha «ilusión» podría surgir de una respuesta neurológica al estrés fisiológico durante los eventos cardíacos. En otras palabras, sería una experiencia cognitiva que precede a la muerte clínica misma y que luego es recordada por el paciente.

Esto es lo que muchos en la comunidad de la neurociencia tienden a pensar.

El neurólogo Cameron Shaw de la Universidad Deakin en Australia, se ha mostrado escéptico a este tipo de experiencias. él declaró lo siguiente: «Creo que las experiencias extracorpóreas han sido desacreditadas, simplemente porque los mecanismos que producen recuerdos visuales y de registro no funcionan».

Según Cameron, debido a que el suministro de sangre del cerebro es bombeado desde abajo, el cerebro moriría de arriba hacia abajo.

«Nuestro sentido del yo, nuestro sentido del humor, nuestra capacidad para pensar en el futuro, todo eso va dentro de los primeros 10 a 20 segundos», informó Julian Morgans a VICE.

«Luego, a medida que la ola de células cerebrales hambrientas de sangre se dispersa, nuestros recuerdos y centros de lenguaje se acortan, hasta que nos quedamos con solo un núcleo».

No es una perspectiva muy alentadora, pero vale la pena señalar que tampoco concuerda con la experiencia de las ratas, y los científicos aún encuentran evidencias de procesos biológicos sorprendentes que continúan prosperando incluso días después de la muerte.

Con esto solo podemos decir, que los científicos e investigadores no tienen aún una respuesta final a este fenómeno; y aunque la ciencia nos ha dado algunas ideas fascinantes sobre cuáles podrían ser los momentos finales del cerebro, la investigación aún no es concluyente.

Aunque no tengamos idea de cómo se origine este fenómeno, algún día al llegar el fin todos nos enteraremos.