Desde la antigüedad, las brujas y sus poderes han cautivado las mentes de todo el mundo. El imaginario popular las personificó como viejas feas y malvadas, pero a pesar del tiempo transcurrido, no han dejado de ser un auténtico icono del horror en la cultura popular.
La brujería fue considerada durante siglos como una verdadera plaga en el Mundo. Su presencia se advierte desde los tiempos más remotos de la Historia, pero su gran auge tiene lugar en la Edad Media, continuando con menor intensidad en los siglos posteriores. En la actualidad en cambio, sigue siendo practicada a la vista de la sociedad con cierto escepticismo.
Algunos estudiosos de la historia de la brujería advierten que las sociedades de aquellas épocas la relacionaron con hechos funestos, porque se manifestó especialmente en aquellas épocas en que un país, una región, o Europa entera, se hallaban sacudidas por convulsiones revolucionarias, cataclismos naturales, por guerras o por pestes. El historiador francés, Jean Palou, afirmaba que la brujería es hija predilecta de la miseria, y que era considerada como la enemiga principal de las grandes religiones occidentales. En el fondo, se trataba de la supervivencia de los ritos paganos anteriores a estas religiones; pero una supervivencia transferida a los sectores miserables y analfabetos de los países europeos. La brujería puede considerarse como la prueba más evidente de los temores, los odios y las creencias primitivas de estos pueblos. El brujo o la bruja aparecen como producto de la superstición, como sacerdotes de un culto a los poderes demoníacos, capaces de conjurar el Mal o de invocarlos con sus descabellados ritos.
Las Brujas de la Antigüedad
Una de las diosas más antiguas de la magia grecorromana es Hécate. Junto a Artemisa y Perséfone la diosa de los infiernos, forman una triada mágica. Se considera a Hécate como la divinidad que preside la magia y los hechizos. Está ligada al mundo de las sombras. Se aparece a los magos y a las brujas con una antorcha en la mano o en forma de distintos animales. Se le atribuye la invención de la hechicería. Hécate como maga, preside las encrucijadas, los lugares por excelencia de la magia. En ellas se levanta su estatua, en forma de una mujer de triple cuerpo o bien tricéfala, señalando sus tres edades, joven, madura y anciana. Antiguamente, estas estatuas eran muy abundantes, en los campos, en los cruces de caminos, donde les depositaban ofrendas.
Circe es otra maga del mundo antiguo, que no duda en utilizar su varita mágica para convertir en cerdos a los compañeros de Ulises en la Odisea de Homero, y ahí mismo ya la llaman bruja. Al igual que le pasa a Medea con los brebajes que prepara para Jasón. Los griegos nos regalan también a las Sibilas, eran seres mitológicos que vivían en grutas cerca de corrientes de agua. La primera Sibila es Herófila quien profetizó la Guerra de Troya, le siguieron diez más siempre llamadas por su lugar de origen.
La Mención Bíblica
En el Libro de Samuel, del Antiguo Testamento, se habla de la Bruja de Endor, uno de los pasajes más controvertidos de los escritos bíblicos. Saúl vio con preocupación el inminente ataque de los Filisteos y consultó a Jehová, pero no obtuvo respuesta alguna a través de los sueños ni por los profetas. Entonces Saúl recurre a la ayuda de una médium para poder contactar con el espíritu de Samuel.
Los criados lo llevaron de incógnito ante una vidente de Endor, quien inicialmente se opuso en atenderlo por ser el mismo quien se encargó de reprimir a los adivinos. Entonces Saúl le juró que no tomaría ninguna represalia contra ella.
La mujer incorporó al espíritu de Samuel y se dirigió a Saúl:
¿Por qué me has inquietado haciéndome venir? Y Saúl respondió: Estoy muy congojado; pues los Filisteos pelean contra mí, y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más, ni por mano de profetas, ni por sueños: por esto te he llamado, para que me declares qué tengo de hacer. Entonces Samuel dijo: ¿Y para qué me preguntas a mí, habiéndose apartado de ti Jehová, y es tu enemigo? Jehová pues ha hecho como habló por medio de mí; pues ha cortado Jehová el reino de tu mano, y lo ha dado a tu compañero David. Como tú no obedeciste a la voz de Jehová, ni cumpliste el furor de su ira sobre Amalec, por eso Jehová te ha hecho esto hoy. Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los Filisteos: y mañana seréis conmigo, tú y tus hijos: y aun el campo de Israel entregará Jehová en manos de los Filisteos”. Samuel 28:5-29
Este pasaje bíblico resulta particularmente controvertido pues, según la visión cristiana, la brujería, adivinación, nigromancia y cualquier hechizo son consideradas prácticas satánicas y, en consecuencia, prohibidas por las autoridades eclesiásticas y por el mismo Dios. Entonces, el hecho de que en un escrito bíblico se mencione a médiums y brujas no pasa desapercibido por algunos críticos por lo paradójico que resulta; sin embargo, algunos practicantes argumentan que en realidad la Bruja de Endor pudo contactar con el espíritu de Samuel porque Dios quiso que así fuera.
Existe un versículo del Antiguo Testamento, Éxodo 22, 18, que es muy citado entre quienes se dedican el estudio de la hechicería y la magia «No dejarás con vida a la hechicera». Comúnmente es usado para advertir los antecedentes de la caza de brujas que tuvo lugar en la Edad Moderna.
Las Temibles Brujas
Durante muchos años la bruja era la encargada de la salud en los pequeños asentamientos. Es decir, curaba a sus convecinos y además solía ser la partera que los ayudaba a venir al mundo. Sus conocimientos se trasmitían oralmente de madres a hijas, eran grandes conocedoras de la naturaleza, de lo que ésta podía ofrecerles. Una situación similar se mantuvo en los pueblos y ciudades.
¿Cuándo empieza a cambiar la situación de las brujas en la sociedad?
Frente a lo que se cree popularmente, no fue la inquisición española la que más hogueras prendió, sino la francesa. Y tampoco fueron los católicos los más perseguidores, sino los protestantes. Es en la Edad Media cuando la situación de estas mujeres cambió radicalmente. La nueva concepción de la Iglesia cristiana, sólo Dios es capaz de curar el cuerpo y el alma, por lo tanto, todo aquel que encamine sus prácticas a perseguir este fin será encarcelado, juzgado y ajusticiado.
Según el libro «Brujería» de J. T. Harvell, el elemento fundamental para el crecimiento y extensión de la brujería a través de la historia fueron las mujeres, especialmente las que habitaban los suburbios o el campo. El historiador francés Jules Michelet, sostenía que por cada brujo existían diez mil brujas. La razón se explica por dos razones principales. La primera es de carácter biológico, al ser la mujer más sensible a las influencias extrañas. La segunda razón era que, en épocas antiguas, en los hogares aldeanos y en las barracas rodeadas de miseria, la mujer tenía una posición de mayor desventaja que el hombre. Fatigada por muchas maternidades, desempeñaba las duras y ásperas tareas del hogar, además de tener que cuidar a su numerosa prole. Por otro lado, su sexualidad es también compleja, y tiene salidas menos fáciles que las de los hombres. Todo esto la convierte en víctima propicia de las creencias demoníacas, y la transforma en bruja o frecuentadora de brujas.
Sacerdotisa de una religión pagana casi desaparecida, la bruja era el producto de sus supersticiones religiosas y de sus desesperaciones rebeldes.
Las antiguas creencias sobre la bruja la sindicaban como el receptáculo viviente de todos los problemas de la humanidad. Según los mitos populares, su principal labor era perjudicar a sus semejantes en la salud, en la vida o en sus bienes. Con sus sortilegios conseguían que tanto los hombres como el ganado, languideciesen o muriesen; que la leche se agrie, que se envenenaran las fuentes, o que se interrumpan las relaciones o los negocios. No hace falta decir que, para el vulgo, ellas estaban al servicio del Diablo, y que daban rienda suelta a sus excesos en medio de los aquelarres. Tenían la propiedad de transformarse en toda clase de animales y por las noches atravesaban los aires montadas en escobas ante el terror de los pobladores.
La Cacería
Del ancestral concepto de sanadoras pasaron a ser envenenadoras, a considerarlas malditas, novias del diablo, vivían en lugares siniestros aislados entre ruinas y escombros. El odio y la ignorancia mataban a cualquiera, por celos, por codicia, cualquier motivo desencadenaba una denuncia a la inquisición, con sus dominicos al frente con todo tipo de artilugios para sacar la verdad a relucir. Evidentemente, una verdad que era confesada bajo tortura.
Para la Iglesia, la mujer fue considerada como un ser inferior y lascivo, y por tanto proclive a placeres y venganzas, que forzosamente está predispuesta a la brujería. La brujería europea durante un tiempo se diferenció de los otros continentes, porque se convirtió en una especie de herejía religiosa y concernió más a las mujeres que a los hombres, ya que ellas fueron sospechosas de entregarse al diablo. Basándose en estos hechos, la Iglesia consiguió que el poder civil, entre 1450 y 1650, llevara a la hoguera a varias decenas de miles de mujeres.
Los autores del Malleus Maleficarum, el principal manual del inquisidor desde 1486, «tienen como tesis que como las mujeres son esencialmente carnales y lujuriosas, la carne y el sexo son malos, entonces las mujeres son esencialmente malas». En este manual queda plasmada la idea de que el demonio busca a quienes podían tener una necesidad de él, los atribulados, gente que está tentada a goces carnales y aquellas que sufren de tristeza. De acuerdo con esto, las brujas son mujeres con tribulaciones: pobres, tristes y con necesidades carnales; por falta de inteligencia reniegan de la fe.
Posiblemente fueron las calamidades del siglo XIV, las hambrunas, la Guerra de los Cien Años y la gran peste de 1348, las que justificaron la guerra total contra los seguidores de la brujería. Ya no eran perseguidos individualmente sino como si fuesen bandas de malhechores, los ejecutaban en grupos de diez o veinte personas, acusaban más a brujas que a brujos.
Para las mentes de la época, la hechicera tenía que ser fea, puesto que estaba compactada con horrendos y desfigurados demonios. Y además tenía que ser vieja ya que se necesitaba un largo aprendizaje. Se necesitaba tiempo para llegar a ser una bruja maestra. La inquisición empezó matando a las viejas y feas, pero después de un tiempo mataba a todas, la única condición era ser mujer. Las mujeres viudas y casadas fueron las más condenadas, pero no se libraron las solteras ni las adolescentes ni tan siquiera las niñas.
Para saber si alguna mujer era bruja se practicaban pruebas absurdas como arrojarlas al río. Si la sospechosa salía a la superficie la quemaban y si se quedaba en el fondo era inocente. También buscaban las marcas del diablo, clavaban agujas en el cuerpo afeitado de la detenida, en todos los puntos que presentasen cualquier anomalía.
Mediante la tortura se obligaba a las mujeres a reconocer los crímenes más espantosos. Después de estos interrogatorios, estaban en un estado tan lamentable que muchas morían. Estaba prohibido repetir la tortura, pero los jueces y verdugos hacía caso omiso a esta regla. También había distintos grados de tortura. Algunas torturas no estaban contempladas en la ley, pero se hacían igualmente, como el tormento del agua que se practicó en Francia y en España, consistía en hacer tragar al preso dos veces nueve litros de agua. En Alemania algunas brujas fueron sumergidas en baños de ácido caliente. Todas estas torturas y las recomendaciones pertinentes eran dadas por los demonólogos que estudiaban la existencia de entidades sobrenaturales maléficas. Los excesos de los Tribunales del Santo Oficio continuaron hasta el siglo XVIII en algunos lugares, como ocurrió en España.
Muchas de las personas torturadas y quemadas lo fueron como consecuencia de denuncias presentadas por rencillas personales con algún vecino, por la psicosis colectiva, por ser raras, o por tener una mente demasiado abierta para la época que vivían, que las hizo sentirse y mostrarse más libres de lo que sus contemporáneos estaban preparados para aceptar.
Alice Kyteler, la primera bruja condenada en Irlanda
En el siglo XIV, la caza de brujas se había expandido por casi toda Europa, pero Irlanda inicialmente se mantuvo al margen de esta persecución. Sin embargo, todo cambió en 1324 cuando un tribunal eclesiástico juzgó a Alice Kyteler, quien se convertiría en la primera mujer en Irlanda en ser condenada por bruja, acusada de mantener relaciones sexuales con un íncubo, un tipo de demonio en la mitología popular europea.
Alice era una mujer bastante bella y de buenos modales, resaltaba por ser sumamente poderosa e independiente, contrario a lo común de la época. Fue la única hija de una familia acomodada y se casó en cuatro oportunidades. Sin embargo, tuvo fama de manipular a los hombres para que cumplieran sus caprichos.
Corría el año 1302 cuando ella y su segundo esposo, un prestamista llamado Adam le Blund, fueron acusados de asesinar al primer marido de Alice, un comerciante de nombre William Outlaw. Kyteler había comenzado a generar cierto rechazo en la sociedad, principalmente por su enorme riqueza e importante participación en los préstamos de dinero.
En 1324, su cuarto esposo John Le Poer, murió poco tiempo después de enfermar gravemente. Luego de su fallecimiento, los hijos del hombre, así como los de los maridos anteriores de Alice, comenzaron a sospechar de ella. Ellos estaban convencidos que la mujer había envenenado a sus padres y había recurrido a la hechicería para favorecer a su primogénito, William Outlaw, quien era alcalde del pueblo. También fue acusada de negar la fe de Cristo y la Iglesia, presentándose el caso ante el obispo Richard de Ledrede, quien a su vez informó de la situación al Canciller de Irlanda. Alice utilizó sus influencias para impedir su arresto. Hay quienes creen que el propio canciller era hermano del primer marido de la mujer.
Algunos meses después, Petronila de Meath, una de las criadas de Alice, fue acusada de brujería después de confesar bajo tortura. De paso, involucró a su ama quien terminaría recibiendo una condena de muerte. Alice se escapó antes de cumplir su sentencia y se cree que huyó hacia Inglaterra. Nunca más se supo de ella, ya que no volvió a aparecer en los registros contemporáneos.
El obispo, por su parte, procesó a sus seguidores de clase baja, emitiendo cargos de brujería también contra ellos. La criada Petronila terminaría siendo quemada en la hoguera en noviembre de 1324. William Outlaw, hijo de Kyteler, también sería acusado de herejía, adulterio y usura, entre otros cargos. Tras «retractarse», fue obligado a escuchar tres misas diarias durante un año, y debió alimentar a pobres.
La importancia de la historia de Alice Kyteler se debe a que fue uno de los primeros casos de brujería en Europa, que tuvo gran connotación porque fue seguido atentamente durante la elección del Papa Juan XXII, quien posteriormente incluyó la brujería a la lista de las herejías.
El Juicio de Salem
Los juicios por brujería de Salem entre febrero de 1692 y mayo de 1693 se originaron tras una serie de audiencias locales, posteriormente seguidas por procesos judiciales formales, con el objetivo de procesar y después, en caso de culpabilidad, castigar delitos de brujería en los condados de Essex, Suffolk, y Middlesex (Massachusetts).
La política y la literatura popular han utilizado este acontecimiento como una advertencia real sobre los peligros del extremismo religioso, acusaciones falsas, fallos en el proceso y la intromisión gubernamental en las libertades individuales.
La historia comienza en el apacible poblado de Salem con una mujer llamada Tituba, la criada del reverendo Samuel Parris, siendo una de sus funciones, cuidar a su hija Elisabeth y su prima Abigail. Como eran niñas muy inquietas, Tituba las entretenía con historias de miedo y pequeños trucos. Poco a poco la actitud de las niñas empezó a cambiar, con llantos incomprensibles o bocas paralizadas. Todo esto fue suficiente para crear un escándalo de brujería en una sociedad puritana como era el pueblo de Salem.
A partir de este momento se inició una gran cacería en el que los arrestados fueron principalmente personas sin recursos, libertinas o aquellos que no encajaban a los ojos de la sociedad. Se empezaron a celebrar juicios con argumentos incoherentes como» El diablo usa a los malos para dañar a los buenos y para defender a sus agentes creaba espectros de ellos, de modo que mientras los malos atacaban, se veían sus imágenes en otras partes efectuando labores inocentes «. Por lo tanto, los veredictos distaban mucho de ser imparciales. La palabra Bruja era concebido como algo perverso y oscuro y se creía incluso que eran capaces de cambiar su aspecto físico para atrapar bajo su poder a los más vulnerables y de fabricar pócimas y conjuros para extender el mal.
Durante los meses en los que se celebraron los juicios fueron ejecutados por brujería 7 hombres, 19 mujeres y se arrestó a más de 200 personas. Tituba se declaró bruja y se salvó, pero los que no se declararon herejes fueron ejecutados, no quemados como se hacía en Europa, sino ahorcados o apedreados. A pesar de las diferencias con las masivas ejecuciones de brujas en Europa, la ignorancia y el puritanismo convirtieron a Salem en uno de los casos más escabrosos de la historia de Estados Unidos.
La Reina del Vudú
New Orleans destaca por la variedad de leyendas urbanas que envuelven a la ciudad. También es reconocida por sus misterios y costumbres relacionadas al vudú africano debido a la esclavitud que existió en la zona.
El vudú es una religión que mezcla los ritos del cristianismo y las antiguas creencias traídas a América en los barcos de esclavos del sur de África que llegaron a Luisiana para trabajar en los sembradíos. Existen diversos tipos de vudú: el de Luisiana, el cubano, brasileño, puertorriqueño, haitiano y el africano.
Marie Laveau es conocida como la reina del vudú y sus encantamientos pasaron a formar parte de la historia de Nueva Orleans. Considerada como una de las mujeres más influyentes de la ciudad, Marie Laveau nació el 10 de septiembre de 1794. Su padre era un acomodado hacendado llamado Charles Laveau, mientras que su madre era una mulata llamada Darcental Marguetto.
Se dice que poseía un magnetismo muy especial con su tez bronceada, sus amuletos con místicos significados y su enigmática presencia que le ganó el respeto de las clases más altas de la Nueva Orleans, del siglo XIX. Su poder fue grande, tanto como sus conocimientos del vudú, heredados por su abuela y madre. La fama de Laveau creció a tal punto que líderes de una iglesia local, permitieron que ella pudiera practicar libremente sus ritos satánicos en la parte posterior de dicha iglesia. Su poderosa magia le significó que varias personas acudieran a ella para solicitarle favores de todo tipo: espirituales, económicos y amorosos.
Se casó con Jacques París, y juntos abrazaron el catolicismo. Siempre se rumoreó que ambos practicaban el vudú, pero fue Jacques quien adoctrinó a la joven en esta práctica. Tiempo después, su esposo desapareció en misteriosas circunstancias. Lo que coincide con la época en que la mujer comenzó a practicar abiertamente el vudú. Se llegó a pensar que lo había asesinado, ganándose el apodo de «La viuda de París».
En sus prácticas, la enigmática mujer combinaba ciertos elementos del catolicismo (santos, incienso y oraciones) y de la magia africana. Era célebre su mascota, una serpiente gigantesca llamada Zombie, por la que Marie sentía una absoluta devoción. Se decía que tenía la capacidad de crear encantamientos y maldiciones lo suficientemente poderosos como para alcanzar hasta la tercera o cuarta generación de descendientes. Laveau era bien conocida por ser una mujer dispuesta a ayudar a todo aquél que se acercara a su negocio u hogar para escuchar sus penas y darles ayuda por medio del vudú. A los condenados a muerte les prestaba alivio por medio de oraciones.
Tras enviudar se relacionó sentimentalmente con Christophe Louis Dumesnil de Glapion con quien tuvo 15 hijos, a pesar de no haberse casado. Los historiadores relatan que sólo dos de ellos lograron sobrepasar la adolescencia, mientras que todos los demás murieron siendo muy jóvenes. Con el paso de las décadas fue dejando de lado las consultas y ayudas públicas sin dejar de practicar el vudú en la intimidad de su hogar.
Marie Laveau murió el 15 de junio de 1881, a las 5 de la tarde, de manera pacífica en su hogar y su cuerpo fue sepultado en el cementerio de Saint Louis Número 1, junto a las tumbas de otros miembros de su familia.
Elly Kedward, la Verdadera Bruja de Blair
En 1999 se estrenó «El proyecto de la bruja de Blair», una película independiente de terror psicológico, que supuestamente mostraba los videos recuperados que tres jóvenes cineastas habían filmado antes de desaparecer misteriosamente en 1994, en los sombríos parajes de Maryland, Estados Unidos. Según el material encontrado, los jóvenes habían filmado un documental sobre una vieja leyenda local conocida como «La bruja de Blair». Si bien es cierto, muchos espectadores la tomaron como mera ficción, la verdad es que sí existe una leyenda de «La bruja de Blair», tal vez más escabrosa que el mismo guion de la película.
La macabra historia se inició en febrero de 1785, en el antiguo pueblo de Blair (actualmente Burkittsville). Según relatan algunas crónicas, una misteriosa anciana llamada Elly Kedward se ganó la animadversión de los vecinos del pueblo de Blair luego de que, valiéndose de varios engaños, llevara a varios niños del lugar a su casa para extraerles sangre, supuestamente para usarla en ceremonias de magia negra. Cuando los menores relataron lo sucedido a sus padres, y les mostraron las heridas que les había provocado la anciana, los ciudadanos acusaron a Elly Kedward de brujería y, de acuerdo con las leyes locales, la terminaron expulsando del pueblo.
La supuesta bruja fue atada a una carretilla y abandonada a su suerte en medio del profundo bosque durante un invierno especialmente duro. Asumiendo que la malévola anciana había muerto de frío o de inanición, los habitantes de Blair volvieron a su rutina, en un ambiente de aparente calma. Sin embargo, en noviembre de 1786, la hija del magistrado que había condenado a Elly Kedward, desapareció misteriosamente. Una semana más tarde, fue el mismo magistrado el que también desapareció. Cuando finalizó el invierno, casi la mitad de los niños del pueblo y prácticamente todos los acusadores de la presunta bruja habían desaparecido sin dejar ningún rastro. Sospechando que Elly Kedward era la responsable de las desapariciones, y temiendo ser víctimas de la maldición, los ciudadanos de Blair huyeron aterrorizados del pueblo, jurando no volver a pronunciar jamás el nombre maldito de la bruja.
En noviembre de 1809 se publicó un libro titulado «The Blair Witch Cult» («El culto de la bruja de Blair»), que narraba la historia de una aldea maldecida por una bruja y que los habitantes del pueblo la ejecutaron en la hoguera por todos sus crímenes. En 1824 se fundaría el poblado de Burkittsville sobre el antiguo pueblo de Blair. Al parecer, ninguno de los fundadores de la nueva localidad conocía la historia original de la maldición de la bruja, pero al año siguiente varios vecinos aseguraron haber visto la mano de una mujer extremadamente pálida asomándose por el río que cruza la localidad. Cuando el resto de los pobladores acudieron al torrente a investigar la denuncia, debieron lamentar en el lugar la desaparición de Eilleen Treacle, una niña de 10 años que se sumergió en el río y jamás volvió a salir de él. Después de este incidente, los habitantes del lugar aseguraron que el río había perdido su pureza y potabilidad.
La siguiente desaparición de otra niña ocurrió en Burkittsville en 1866. Se enviaron varias brigadas de rescate en su búsqueda. Si bien la menor terminó regresando por sus propios medios a su casa, una de las brigadas no volvió a aparecer. Semanas más tarde los cuerpos de los rescatistas fueron encontrados en el temido bosque de Black Hills, atados de pies y manos completamente destripados, formando un pentágono.
La maldición continúa en el siglo XX
La localidad de Burkittsville volvería a ser escenario de otros hechos luctuosos entre 1940 y 1941. Siete niños habían desaparecido en las inmediaciones del pueblo, lo que motivó una angustiosa búsqueda de las autoridades para dar con el paradero de los menores.
El primer sospechoso detenido fue Rustin Parr, un ermitaño que vivía en una ruinosa cabaña en las afueras del pueblo. La policía lo arrestó en el mercado de Burkittsville cuando gritaba una y otra vez la frase «Por fin he terminado». Después de revisar la cabaña de Parr, la policía descubrió los cadáveres de los siete niños que habían sido enterrados en pequeñas tumbas detrás de la vivienda. Los agentes descubrieron que varios de los cuerpos de los niños estaban destripados y habían formado parte, al parecer, de un ritual diabólico. Parr fue acusado de los crímenes de los menores, condenado a la horca y ejecutado. Antes de morir, el ermitaño intentó justificarse asegurando que la voz de una malévola anciana le había ordenado matar a los niños.
Los hechos descritos habrían inspirado el argumento de la película «El proyecto de la Bruja de Blair», una cinta de 80 minutos que, a pesar de ser producida con un irrisorio presupuesto, obtuvo un rotundo éxito en Estados Unidos y que sirvió para hacer conocida una leyenda que, para algunos habitantes del poblado de Burkittsville, tiene todos los visos de una escalofriante realidad.
Ante tanto escritor moderno que relata historias de brujas y hechicería destinada al publico infantil, el sobredimensionamiento de la imagen negativa de las brujas a través de la historia ha tenido básicamente influencias culturales del pasado. Actualmente, practicar la magia bajo el azote de una tempestad donde llueve a cantaros, y el viento agita los ventanales, ya no implica temer las consecuencias de la persecución. La tortura y la hoguera han dado paso al entretenimiento y una nueva fe fundada en las antiguas costumbres. La brujería queda reflejada en la literatura y los medios de comunicación bajo la imaginería tradicional. Lo que vemos ahora está a años luz del verdadero arte de la magia.
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Bibliografía
Libros:
- Romero Sánchez, Tania / Una historia no contada: brujas novohispanas. Particularidades y diferencias del estereotipo y su núcleo. Zacatecas, 2013
- Harvell, J. T. / Brujería. Madrid, 1963
Sitios web:
- ¿De dónde vienen las brujas?
‘https://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/12/141218_origen_brujas_finde_dv - Aquelarres y paganismo en el calendario de las brujas
‘https://www.espaciomisterio.com/vida-alternativa/creencias/aquelarres-y-paganismo-en-el-calendario-de-las-brujas_38866 - Brujas: Historia y Leyendas – Documental
‘https://www.youtube.com/watch?v=fE-qKmMQK2w - Bruja de Endor
‘https://lascosasquenuncaexistieron.com/2010/05/19/bruja-de-endor/ - Las brujas en la Historia
‘https://losojosdehipatia.com.es/cultura/historia/las-brujas-en-la-historia/ - Horrores Humanos: Los juicios de Salem
‘https://culturizando.com/historia-los-juicios-de-salem/ - La aterradora leyenda de la Bruja de Blair que inspiró la famosa película
‘https://www.guioteca.com/fenomenos-paranormales/la-aterradora-leyenda-de-la-bruja-de-blair-que-inspiro-la-famosa-pelicula/ - La historia de Alice Kyteler, la primera mujer condenada a muerte por ser «bruja» en Irlanda
‘https://www.biobiochile.cl/noticias/sociedad/curiosidades/2018/11/03/la-historia-de-alice-kyteler-la-primera-mujer-condenada-a-muerte-por-ser-bruja-en-irlanda.shtml - Marie Laveau: La macabra historia de la temida «Reina del Vudú» en New Orleans
‘https://www.guioteca.com/curiosidades/marie-laveau-la-macabra-historia-de-la-temida-reina-del-vudu-en-new-orleans/ - La reina del vudú que hechizó a una ciudad con magia negra
‘https://culturacolectiva.com/historia/historia-de-marie-laveau-que-hechizo-una-cuidad
Un artículo de Pedro Noguchi, colaborador de CODIGO OCULTO
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