Los olvidados “gigantes” de siete metros hallados en Changaimina, Ecuador
Publicado el 15 Abr 2024
© Imagen: Wikimedia Commons / Pinterest

En la década de 1960, restos “gigantes” fueron encontrados en la localidad de Changaimina, en Ecuador. Un grupo de personas, excavaron en el lugar, descubriendo los restos (cabeza, trono y extremidades) de un gigante.

En el sur del Ecuador, una pequeña población cercana a la frontera con Perú fue testigo de lo increíble. Los habitantes del lugar dicen que de ahí se han recuperado huesos de humanos gigantes. Muchos de estos estarían en colecciones privadas de todo el mundo.

Changaimina, el cementerio de “dioses”

Una de las personas que habría conservado estos huesos fue el sacerdote Carlos Miguel Vaca Alvarado, nacido en 1912, en Loja, Ecuador. Los huesos, que estuvieron en su posesión hasta su muerte en 1999, fueron encontrados en el pequeño poblado llamado Changaimina, una parroquia del cantón Gonzanamá, de la misma provincia, ubicado a 755 kilómetros de Quito, la capital del Ecuador.

Changaimina deriva de dos voces kichwas: “changa” que se refiere a “pierna”, en particular al fémur o en general a los huesos humanos, y “mina” que significa depósito. Curiosamente, un depósito de osamentas puede ser también un cementerio o lugar donde descansan los huesos de los fallecidos.

Carlos Miguel Vaca Alvarado y el misterio de su hallazgo gigante

Carlos Miguel Vaca Alvarado y el misterio de su hallazgo gigante. Crédito de imagen: piramidesdebosnia.com

Hallazgo del gigante

En 1965, el padre Vaca fue asistido por un grupo de 25 personas que exploraron y excavaron el terreno donde yacía el cuerpo de un gigante. Allí encontraron los restos de su cabeza, luego el tronco y por último las extremidades. El descubrimiento coincidió con el milenario nombre del pequeño poblado: Changaimina. Donde podría haber existido la ciudad cementerio de dioses.

Al sacerdote le apasionaba la arqueología. Esa afición y las leyendas que contaban los habitantes de la zona lo llevaron al descubrimiento de estos restos.

Tanta era su curiosidad e intriga, que Vaca Alvarado tomó una decisión, debía realizar una expedición. Reunió 25 cercanos, y un 10 de diciembre de 1965 marchó al poblado de Changaiminas (Traducido como Cementerio de los Dioses), localizado en el cantón de Gonzanamá. Tras una breve pesquisa el 11 de diciembre, Vaca Alvarado y su equipo dieron con un hallazgo increíble.

Así lo rememora Gabriel Gutiérrez, quién fuera cercano al párroco de Loja:

“Se encontró una tumba que contenía el esqueleto de un gigante que medía siete metros de altura, y muchos objetos increíbles por su tamaño. Vasijas, platos, herramientas, armas, puntas de flechas, y otras piezas muy curiosas”.

Casi veinte años después de este hallazgo, en unas entrevistas concedidas a mediados de los ochenta, Vaca Alvarado realizó algunas declaraciones sorprendentes. Interrogado sobre el supuesto gigante, reveló que pensaba sus orígenes se encontraban en la Atlántida, señalando se trataría de seres muy avanzados en lo tecnológico, citó también pasajes bíblicos como fuentes para sus ideas.

Gigantes de siete metros

La colección de Vaca tenía los huesos de gigantes de siete metros de altura que habitaron Ecuador y otras partes de América hace miles de años. Según los reportes periodísticos, algunos de los fragmentos óseos fueron enviados al Instituto Smithsoniano en Washington DC para su posterior análisis.

Los fragmentos de gigantes que se encontraron en Ecuador en los años 60, hoy se pueden ver en el Parque Jungfrau de Suiza. Otros huesos de esa colección se exponen en el museo particular del investigador paranormal de origen austriaco Klaus Dona.

Representación del

Representación del “Gigante de Loja”. Crédito de imagen: Facebook

Se piensa estos gigantes son originarios de una ancestral tierra desaparecida en el Pacífico ¿Se trata de la mítica Lemuria?

El mito de los Condorazos

Examinemos otro punto, y no menos importante. Es el legado por Luis Alberto Borja Moncayo, 1887-1960, quién en 1947 va a dar a luz un texto fundamental para esta historia, Los Condorazos.

Nativo de Riobamba, Borja Moncayo fue un destacado novelista, polemista, y periodista de su país, siendo además fundador del Círculo de Prensa de Chimborazo (1952), y posteriormente presidente de la Casa de Cultura Ecuatoriana (1953). Borja Moncayo presenta la historia de los Condorazos, híbridos alados que gobernaron el Edén andino, y de la cual emergerían los gigantes, Atis.

Él escribió:

“Fueron ellos junto a los híbridos quiénes edificaron el primer imperio sobre el planeta, caminaron por el mundo hasta que se encontraron con un lugar extraordinario; un paraíso de temperatura ideal, de abundancia y de prosperidad, estaba junto a una cordillera donde existía una gran laguna y por el campo corrían cuatro ríos. Lo llamaron Edén. Gigantes e híbridos alados, tomaron el nombre de un ave gigante que admiraron porque dominaba las alturas, se llamaron en su honor Condorazos (cóndor de nieve)”.

Este primer Edén dorado habría sido edificado en el interior del Chimborazo (término que expresa Cabellera Cana, vinculado al monte Sinaí hebreo) antiguo volcán, y portador de una de las cumbres más altas de los Andes.

La raza de los Condorazos originaria de Sudamérica, se habría esparcido por todo el mundo, bajo la misión de civilizar el planeta. El primer Adán o también Andes, nació en estas tierras.

Fotografía captada en el Museo Mutter de Filadelfia, USA, dedicado a las rarezas científicas

Fotografía captada en el Museo Mutter de Filadelfia, USA, dedicado a las rarezas científicas. Crédito de imagen: thehorrorzine.com

Gigantes en la mitología y relatos antiguos

En la mitología, la existencia de gigantes es una constante. En el registro bíblico, está el filisteo Goliat, que medía seis codos y un palmo o el equivalente a casi 3 metros. O la raza Nephilim procedente de los dioses caídos e hijos de los dioses. En Sudamérica, quizás la más famosa de todas las historias vernáculas registradas en testimonios escritos es sobre los patagones. Estas criaturas fueron registradas en las bitácoras del marino portugués Fernando de Magallanes en su búsqueda de un pasaje entre el Atlántico y el Pacifico, el estrecho que descubrió y que lleva su nombre hoy.

Antonio Pigafetta, marino fiel a Magallanes, escribió:

“Vimos cerca de la playa un hombre que era tan grande, que nuestra cabeza llegaba apenas a su cintura.

Los llamaron “Patagones“, por el tamaño desmedido de sus pies. De allí deriva la palabra Patagonia que da nombre a la región argentina.

¿Fueron los gigantes realmente olvidados, o fueron ocultados del registro histórico debido a algunos altos intereses?

LEE MUCHO MÁS: Gigantes de Loja ¿Una civilización perdida en el antiguo Ecuador?

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Redacción CODIGO OCULTO

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La verdad es más fascinante que la ficción.

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