Interminables debates surgieron hace varias décadas y referidos a la antigüedad de la Gran Esfinge de Giza. Para los académicos de la corriente principal, la enorme estructura solo tendría unos pocos miles de años; sin embargo para otros investigadores su edad sería muy superior a lo escrito, e incluso bordeando lo inimaginable.

La misteriosa escultura, que se creía creada hace 4.500 años -más o menos en la misma época que las pirámides egipcias-, es en realidad mucho más antigua. Se levanta en su lugar desde hace cientos de miles, o incluso millones de años. Así lo afirmó el geólogo Farouk El-Baz en 1981. Ahora, algunos científicos de la New York University están convencidos de que su colega tenía razón.

El origen de la Esfinge está rodeado de misterio y causa controversia entre los científicos. Aunque en general se acepta que la Esfinge se construyó durante el reinado del faraón Kefrén, la finalidad y el significado exactos de la estatua no están claros.

Una teoría es que la Esfinge pretendía ser un símbolo del poder y la autoridad del faraón. Los faraones egipcios eran conocidos por sus grandiosos proyectos de construcción, y la construcción de la Gran Esfinge de Guiza puede haber formado parte de esta tradición. La ubicación de la estatua junto a la pirámide de Kefrén sugiere que debió de formar una parte importante de su complejo funerario.

Otra teoría es que la Esfinge se construyó como monumento religioso que representaba al dios Horus. En la mitología egipcia antigua, Horus era representado a menudo como una deidad con cabeza de halcón, y algunos especulan que la cabeza humana de la Esfinge podría haber sido originalmente pensada para representar la cabeza de un halcón.

Esta teoría se apoya en el hecho de que la Esfinge está situada en el lado oriental de la meseta de Giza, por donde sale el sol, y mira directamente hacia el sol naciente.

Existe la teoría de que la Esfinge pudo haber sido construida por una civilización anterior a los antiguos egipcios, y que posteriormente fue remodelada por Kefrén.

Esta afirmación se apoya en la erosión de las patas de la estatua. Dicha erosión aparece después de que una piedra haya estado en el agua durante mucho tiempo. Un nivel similar de precipitaciones se observó en el antiguo Egipto en el cuarto milenio a. C. Khafre gobernó Egipto entre los años 2520 y 2494 a. C.

Utilizando modelos informáticos, los científicos modernos han recreado el rostro de las estatuas de Kefrén y el rostro de la Esfinge, y se descubrió que estos rostros ni siquiera se parecen entre sí.

Leyendas de la Esfinge

La leyenda de Edipo y la Esfinge es una de las historias más famosas y duraderas asociadas al antiguo monumento. Según el mito, la Esfinge aterrorizaba a la ciudad de Tebas, devorando a todos aquellos que no podían responder a su enigma. El enigma, que se ha transmitido de generación en generación, dice así:

“¿Qué camina sobre cuatro patas por la mañana, sobre dos patas al mediodía y sobre tres patas por la tarde?”.

Muchos intentaron resolver este acertijo, pero nadie lo consiguió hasta que apareció Edipo.

Cuando Edipo se encontró con la Esfinge, no tuvo miedo de su aterrador aspecto y su formidable reputación. La Esfinge le desafió con un acertijo, pero Edipo fue capaz de resolverlo, respondiendo:

“El hombre que de niño se arrastra a cuatro patas, de adulto camina a dos y de viejo usa bastón”.

La Esfinge fue derrotada y se arrojó por el precipicio desesperada. Los habitantes de Tebas se alegraron de verse libres de la tiranía del monstruo y proclamaron a Edipo su rey.

Guardián de conocimientos secretos

Además de la leyenda de Edipo, otro mito persistente en torno a la Esfinge es que se construyó para custodiar antiguos conocimientos y secretos.

Según esta leyenda, la Esfinge no era una simple estatua, sino un guardián y una puerta al mismo tiempo, que custodiaba los pasadizos hacia las cámaras ocultas en ella, llenas de valiosos conocimientos y tesoros.

Este mito se vio alimentado por una serie de misteriosos descubrimientos. Por ejemplo, a principios del siglo XX, un ingeniero francés llamado Emile Baraz descubrió una cámara secreta bajo la pata izquierda de la Esfinge.

El espacio hallado contenía varios túneles y cámaras, pero por desgracia estaban llenos de agua y escombros y no pudieron explorarse por completo en aquel momento.

En la década de 1990, un equipo de investigadores dirigido por el Dr. Zahi Hawass llevó a cabo un estudio más exhaustivo de la Esfinge y sus alrededores utilizando un radar de penetración en el suelo.

Sus hallazgos revelaron una serie de anomalías y vacíos bajo la Esfinge, lo que llevó a algunos a especular con la posibilidad de que hubiera pasadizos aún por descubrir que albergaran antiguos secretos y tesoros.

A pesar de las tentadoras posibilidades, hay pocas pruebas concretas que apoyen la idea de que la Esfinge se construyera para guardar conocimientos o tesoros ocultos. Más bien, la Esfinge era simplemente un monumento construido en honor de los faraones y servía como símbolo de su poder y autoridad.

La nariz desaparecida

El misterio de la falta de la nariz de la Esfinge es uno de los más antiguos y discutidos que rodean al antiguo monumento. Aunque generalmente se cree que fue destruida por las tropas de Napoleón durante su invasión de Egipto en 1798, esta teoría ha sido ampliamente desmentida por historiadores y eruditos.

De hecho, parece ser que la nariz desapareció mucho antes de la llegada de Napoleón. Hay varios relatos históricos de los siglos XV y XVI que describen a la Esfinge sin nariz, lo que sugiere que en esa época la nariz ya no estaba allí.

Hay varias teorías sobre la falta de nariz de la estatua; según una de ellas, la nariz pudo ser arrancada deliberadamente por vándalos o iconoclastas que pretendían estropear el monumento o borrar sus orígenes paganos.

Otra teoría se asocia de nuevo a las tropas, pero turcas; los partidarios de esta teoría afirman que la nariz fue víctima de los cañones otomanos durante el asedio de El Cairo en el siglo XIV.

Pero la teoría más probable es que resultara dañada por la erosión, ya que se sabe que la Esfinge ha sufrido importantes daños por la intemperie a lo largo de los siglos.

El experimento de la New York University

Ahora, científicos de la New York University han probado la hipótesis de que la Gran Esfinge de Giza podría ser simplemente una roca natural con forma de león, que los antiguos egipcios transformaron en cierto modo en un felino con cabeza humana, según informamos anteriormente.

Los investigadores han reproducido las condiciones que existían en Egipto hace 4.500 años para mostrar cómo el viento se movía contra las formaciones rocosas y probablemente formó una de las estatuas más reconocibles del mundo.

La idea de que la Esfinge, a diferencia de las pirámides, no fue construida enteramente por los antiguos egipcios fue formulada por el geólogo Farouk El-Baz en un artículo publicado en 1981 en la revista Smithsonian. Sugirió que la forma general de la escultura fue formada por el viento, y los antiguos albañiles simplemente le dieron sutilezas.

Ahora, científicos de la New York University han puesto a prueba esta teoría.

Leif Ristroph, profesor adjunto del Instituto Courant de Ciencias Matemáticas de la New York University y autor principal del estudio, dijo en un comunicado:

“Nuestros resultados ofrecen una posible ‘historia de origen’ de cómo rasgos como la Esfinge podrían surgir de la erosión. Nuestros experimentos de laboratorio demuestran que las formas similares a la Esfinge pueden surgir de materiales erosionados por corrientes rápidas”.

En el estudio, los científicos se centraron en reproducir yardangs, formaciones rocosas inusuales formadas en los desiertos por el polvo y la arena arrastrados por el viento. Sugirieron que la Gran Esfinge podría haber sido originalmente sólo un yardang, que luego se convirtió en una famosa estatua.

Los científicos utilizaron montículos de arcilla, en cuyo interior había un material más duro y menos susceptible a la erosión. Así imitaron la zona del noreste de Egipto, donde se encuentra la Esfinge.

A continuación, estas formaciones se lavaron con rápidas corrientes de agua que simulaban el viento. Las tallaba y les daba nueva forma, dándoles un parecido con la Esfinge. El material más duro o duradero se convirtió en la “cabeza” del león y muchas otras partes, como el “cuello” recortado, las “patas” tumbadas en el suelo y la “espalda” arqueada.

A pesar de sus secretos, la Esfinge desempeñó un papel importante en la cultura y la historia egipcias. Ha sido objeto de innumerables obras de arte, literatura y cine, y ha sido un símbolo de los logros culturales y arquitectónicos de Egipto durante miles de años.

Y aunque es posible que nunca lleguemos a comprender del todo los secretos que esconde, su presencia constante en la meseta de Guiza sigue inspirando asombro y admiración a todos los que la contemplan.

Por cierto, hay muchas Esfinges en Egipto, China o incluso en Marte, que en general tiene su propia Esfinge y los científicos creen que fue “esculpida” por el viento. Lo único extraño es que las pirámides egipcias y las marcianas sean tan parecidas en sus “caras”.

Referencias: NYU

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