A comienzos del siglo XX, un meteorito de unos 25 centímetros cayó en el Valle de Cowicha, Canadá. Cuando se examinó, este poseía unos extraños símbolos (similares a jeroglíficos), según indicaron algunas declaraciones. ¿Podría ser este un “mensaje de Marte”?
Los reportes sobre extraños objetos cayendo desde los cielos no es algo nuevo. Sin embargo, el suceso de 1908 cambió totalmente la percepción de este fenómeno. Un joven de 14 años llamado Willie McKinnon, hijo de Angus McKinnon, fue testigo cuando un meteorito cayó en el patio trasero de su casa.
El enigmático meteorito
Alrededor de las 11:30 de la mañana, Willie se encontraba trabajando en el jardín de su vivienda, cuando un estruendoso sonido le alertó. Empezó a buscar en todas las direcciones el origen del ruido, hasta que se percató que se hacía más fuerte. Era como si algo se acercase.
De pronto, las ramas de 2 árboles cercanos estallaron y un ruido similar al de una explosión sonó en el patio trasero de su casa. Alarmado, corrió al interior de la casa y le avisó a su padre, por lo que ambos se acercaron a ver qué había sucedido.
Una extraña roca de 25 centímetros se encontraba incrustada en un cráter. Estaba entera, con una superficie redondeada que parecía ser de mármol. Pero lo que más llamó la atención de los McKinnon, eran las extrañas inscripciones similares a los jeroglíficos egipcios.
La historia del meteorito fue publicada en la primera página del diario Cowichan Leader, el 5 de septiembre de ese mismo año y bajo el título “El mensaje de Marte”. Sin embargo, y para sorpresa de todos, el caso se cerró sin dar más información al respecto.
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Fue hasta un mes después, cuando el Departamento de Minas y Estudios Geológicos de Ottawa, empezó a buscar detalles más completos sobre el suceso, entrevistando a la familia, preguntaron la fecha exacta y la hora cuando sucedió. También le pidieron detalles sobre el ruido, su duración y la dirección del que parecía provenir.
Se encargaron de verificar la profundidad del cráter, así como la dirección en la que la tierra fue removida por el impacto. Pero no se sabe si el departamento obtuvo información o no. Además, el señor McKinnon tampoco cooperó con aquellos que querían investigar.
El hombre quería mantener la piedra oculta, negándose a vendarla o donarla para el estudio. De hecho, él mismo dedicó gran parte de su vida a descifrar las extrañas marcas.
Un caso similar
No se sabe mucho más sobre este suceso y actualmente, la misteriosa piedra de Cowichan, el llamado “Mensaje de Marte”, sigue siendo un misterio. Incluso, los McKinnon se mudaron y actualmente se desconoce, tanto su paradero como el del meteorito.
No se volvió a hacer seguimiento, tampoco se realizó otro artículo relacionado con el tema y a pesar de que varios investigadores han hecho esfuerzos para buscarla, pero no han obtenido resultados.
Casualmente, sucedió un caso bastante parecido en la edición del 14 de noviembre de 1865 en el Brooklyn Daily Eagle, de Nueva York. La historia se mueve alrededor de James Lumley, quien se encontraba en las Montañas Rocosas, una cordillera de casi 5.000 kilómetros al norte de Canadá, hasta el suroeste de Estados Unidos.
Específicamente, Lumley estaba cerca de las cataratas del río Misuri, en Montana, antes de que una misteriosa lluvia de chispas, seguida por un fuerte viento y olor a azufre lo sorprendió.
El hombre decidió seguir el sendero que apareció en el bosque, un claro rastro de destrucción de la caída y, al final del mismo, había una piedra que parecía estar dividirse equitativamente por unas marcas, incluyendo jeroglíficos dentro de cada una de ellas.
El artículo del diario decía:
“El Sr. Lumley descubrió fragmentos de una sustancia similar al vidrio, con algunas manchas oscuras, como si hubiesen sido caudada por un líquido.
Él está seguro de que los jeroglíficos fueron obra de manos humanas y que la piedra en sí, aunque sólo un fragmento de un inmenso cuerpo, debe haber sido usada para algún propósito por los seres inteligentes.
Por extraña que parezca la historia, el Sr. Lumley la cuenta con tanta veracidad que nos vemos obligados a aceptarla como verdadera”.
¿Realmente fue un mensaje de Marte? ¿Qué podían decir las extrañas marcas encontradas en la roca? Todo parece indicar que el misterio del meteorito y del extraño mensaje no podrán ser resueltos…
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