¿Investigó Albert Einstein el platillo volante recuperado en Roswell en 1947?
Testimonio relaciona a Albert Einstein y Roswell...
Publicado el 02 Oct 2021
© Imagen: denofgeek.com / Wikimedia Commons - Fernando T.

Un testimonio inédito relaciona a Albert Einstein con las investigaciones del platillo volante siniestrado en el desierto de Roswell en el verano de 1947. Código Oculto te ofrece todas las claves de esta sorprendente información.

El ufólogo Anthony Bragalia acaba de publicar un sensacional reporte titulado «Einstein’s secret trip to view Roswell UFO revealed in taped confession» (octubre. 2020) donde asegura que el famoso físico implicado en el estudio de los restos de un platillo volante recuperado por el ejército estadounidense.

Shirley Wright

Fotografía de Shirley Wright, quien habría revelado el testimonio revelador. Cortesía: Reddit

La información viene avalada por el testimonio Shirley Wright, una antigua secretaria del autor de la teoría de la relatividad que confesó unos increíbles acontecimientos en los que se vio envuelto Einstein.

Bragalia explica que:

“En una confesión grabada en 1993 nunca antes hecha pública, una asistente de Albert Einstein durante el verano de 1947 hizo la sorprendente admisión de que ella y el científico fueron trasladados a Roswell (Nuevo México) bajo la dirección del gobierno y examinaron los restos y los cuerpos resultantes del choque de un vehículo extraterrestre. Más tarde obtuvo 2 doctorados y fue académica en universidades de Florida durante casi 50 años. Al final de su vida, sintió la obligación de revelar la verdad para la historia. Actuó en consecuencia accediendo a registrar y detallar el viaje que ella y Einstein hicieron en julio de 1947 para examinar una nave y a la tripulación de otro mundo”.

El ufólogo norteamericano [Bragalia] tiene claro que su fuente de información es muy fiable, de hecho, la esquela que se publicó en prensa el día de su fallecimiento refleja la importancia de la testigo a nivel académico:

“Wright, Shirley, devota hija de 85 años, falleció el 1 de julio de 2015. Nació en Boston (MA) y pasó su infancia en Chicago (IL). De adolescente se mudó a Miami Beach, donde sus padres construyeron el Tropicaire Hotel, que luego operó durante muchos años. Fue profesora y científica dedicada, y obtuvo un doctorado en Química Física y Ciencias Físicas. Fue profesora de química en MDCC durante más de 50 años. Fue alumna del Dr. Albert Einstein en Princeton. Shirley enseñó en la Universidad de Miami y Barry College y también fue instructora en la Escuela de Enfermería de JMH y en la Escuela Secundaria de Hialeah. Fue la primera mujer presidenta del MDCC, Senado de la Facultad. Fue miembro de la Tercera Orden de las Hermanas Dominicas. Durante más de 50 años, Shirley donó becas a estudiantes por excelencia en las ciencias. Una persona generosa, apoyó a muchas organizaciones benéficas y ayudó a amigos necesitados”.

Un viaje secreto a Roswell

Según Bragalia, su relato circulaba entre algunos investigadores desde hace años, aunque nunca se reveló la identidad de la testigo:

“Su historia sobre Roswell fue contada originalmente por el difunto investigador de OVNIs Leonard Stringfield en las anotaciones de su serie de monografías ‘Informe de estado – Recuperaciones de accidentes de OVNIS‘, publicada en forma privada a principios de la década de 1990. Le dio a la asistente de Einstein el seudónimo de ‘Edith Simpson’ para proteger su identidad y la privacidad de su familia. Pero Stringfield mencionó en su libro el nombre del investigador que en Florida se reunió con la Dr. Wright para entrevistarla, una mujer llamada Sheila Franklin.

Investigadora Sheila Franklin

Investigadora Sheila Franklin.

Franklin participó activamente en la organización Mutual UFO Network (MUFON) del estado. Stringfield y Franklin colaboraron para documentar lo que la mujer tenía que decir. Franklin y Wright habían compartido un amigo en común. Es a través de esta conexión que Franklin se enteró de que Wright había mencionado que ella y Einstein habían hecho el viaje a Roswell. El amigo hizo arreglos para que Franklin y Wright se conocieran. Franklin grabó el testimonio de Wright en Roswell cuando los dos acordaron reunirse en Miami, FL en noviembre de 1993″.

Bragalia siguió esta sugerente pista y pudo acceder a una de las cintas grabadas durante aquella entrevista ya que la otra se halla en paradero desconocido. Los datos obtenidos indican lo siguiente:

“Wright le explicó a Franklin que en 1947 fue elegida entre varios estudiantes superdotados para trabajar para el profesor Einstein durante el verano de 1947. Se había sometido a extensos controles de seguridad y referencias porque su trabajo la colocaría en una posición delicada. Einstein tomó un gusto profesional por Wright y la llevó a todas partes. Recordó a Einstein como ‘afectuoso, comprensivo y amistoso con todos sus estudiantes’. Pero fue en julio de ese año cuando ocurrió un hecho que permaneció vívidamente grabado en su memoria de por vida. Ella lo había acompañado para asistir a una ‘conferencia de crisis’ que tenía lugar en una base aérea del ejército del suroeste con la asistencia de militares y otros científicos. Habían volado de Princeton a Chicago en un vuelo regular, donde tomaron otro vuelo a un pequeño aeropuerto civil. Estaba lloviendo cuando aterrizaron y un coronel con una gabardina los condujo quizás entre 80-120 kilómetros a través del desierto hasta la base. Fueron llevados a un hangar fuertemente custodiado. Fue allí donde Wright y Einstein se dieron cuenta de que estaban tratando con algo no terrenal“.

Al parecer el célebre físico había sido reclutado por el gobierno norteamericano para que examinara el platillo volante siniestrado en el desierto de Roswell.

Testigo de un platillo volante

La información que Bragalia ofrece a continuación, de ser cierta, es extraordinaria:

“Ella describió la nave guardada en el hangar. ‘Tenía forma de disco, algo cóncavo. Su tamaño ocupaba una cuarta parte del suelo del hangar’. La nave parecía estar dañada en uno de sus lados. Dijo que, por desgracia, no pudo acercarse lo suficiente para ver los detalles, ya que la nave estaba rodeada de guardias, fotógrafos y especialistas que la estaban estudiando. Wright dijo que ‘el cuerpo de la nave era lo que hoy llamaría un material bastante reflectante, pero cuando te acercabas a él, era bastante opaco (…) tenían mucha curiosidad por saber de qué materiales se trataba”.

Albert Einstein habría sido un testigo del incidente de Roswell, tanto de la nave como de las entidades extraterrestres, según indica testigo

Albert Einstein habría sido un testigo del incidente de Roswell, tanto de la nave como de las entidades extraterrestres, según indica testigo. Cortesía: Jose Antonio Carav@ca

El interés de Albert Einstein según Wright era:

“La propulsión y conocer algo más sobre el universo”.

Y añadió:

“No le inquietó en absoluto ver las pruebas reales. No registré en mis notas sus comentarios iniciales, pero dijo algo así como que no le sorprendía que vinieran a la Tierra y que le daba esperanzas de que pudiéramos aprender más sobre el universo. El contacto, dijo, debería ser un beneficio para nuestros dos mundos”.

Franklin le preguntó cuál había sido la reacción personal de Wright ante la visión. Wright respondió:

“Mi reacción fue de asombro, mitad curiosidad y quizás mitad miedo”.

Pero a Wright y a Einstein se les mostró algo más que una nave. Y aquí llega quizás la parte más asombrosa de todo el relato de la por entonces joven secretaria de Einstein:

“Dentro del hangar de la base aérea también había criaturas extraterrestres“.

Wright se refirió a ellas:

“A algunos de los especialistas se les permitió verlas de cerca, incluido a mi jefe. Para mí todos se parecían, los cinco. Medían alrededor de metro y medio, sin pelo, con grandes cabezas y enormes ojos oscuros, y su piel era gris con un ligero tinte verdoso, pero en su mayor parte sus cuerpos no estaban expuestos, ya que iban vestidos con trajes ajustados. Pero he oído que no tenían ombligo ni genitales”.

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¡Había cuerpos extraterrestres!

Pero las sorpresas aún no habían acabado:

“Más adelante en su estancia, hubo otra etapa de su viaje. Ella y Einstein fueron escoltados en jeeps durante unos 80 kilómetros a través del desierto hasta un edificio solitario y aislado con guardias en la puerta. Cuando entraron en el edificio, un oficial les dio la bienvenida a una zona en la que había personal uniformado y médico reunido en torno a una camilla en la que una criatura se debatía por el dolor. La criatura emitía sonidos extraños, pero no hablaba. La propia Wright se mantuvo a distancia, pero la describió como un bípedo grisáceo, quizá un poco más humano que los que había visto anteriormente. Su torso estaba grotescamente hinchado. ‘Debía de ser un caso reciente, pero no me dijeron nada y al poco tiempo nos despidieron a todos del local'”.

Wright le dijo a Franklin que más tarde había oído que la criatura había sobrevivido. Wright dijo que “Einstein tenía la autorización adecuada, hizo un informe, que yo no vi. Sólo me dijeron que mantuviera la boca cerrada”. Aunque no le hicieron firmar ningún papel, le recordaron su promesa de no decir nada. Franklin recuerda que Wright había mencionado que “el viaje a Roswell sería negado, que no habría documentación escrita del viaje y que se borraría cualquier prueba de que se hubiera realizado. A Wright le preocupaba la posibilidad de que, en ciertos momentos posteriores al suceso, se le siguiera vigilando de alguna manera, incluso que los funcionarios interrogaran a personas de su entorno sobre ella”.

Revelador testimonio indica que Albert Einstein fue testigo de cuerpos de entidades extraterrestres en Roswell

Revelador testimonio indica que Albert Einstein fue testigo de cuerpos de entidades extraterrestres en Roswell. Cortesía: Jose Antonio Carav@ca

¿Qué veracidad posee el testimonio de Wright?

Pero ¿Qué veracidad ofrece este espectacular testimonio que involucra a uno de los científicos más importantes del siglo XX con el affaire de Roswell? Bragalia no lo duda:

“Al escuchar su voz y su comportamiento, la historia de Wright impresiona como algo que realmente sucedió. Cuando responde a las punzantes preguntas de Franklin, Wright contesta de forma coherente con la verdad.

Además de las monografías de Stringfield, este autor utilizó los recuerdos de Franklin basados en sus notas y memorias de la entrevista. Estos fueron proporcionados tanto por teléfono como por correo electrónico. Ciertamente, Wright no tenía nada que ganar -y no ganó nada- al contar su historia. No buscaba dinero. Y no buscaba la fama, ya que su historia sólo se cuenta plenamente aquí y ahora, después de su muerte.

El investigador Rich Reynolds tras escuchar la entrevista con Wright aseguraba que:

“Aunque no soy un fanático de Roswell -dudando de que un OVNI se estrellara allí-, la entrevista, a través de mi experiencia como psicólogo que comprueba la verdad de las personas, muestra que la ayudante no está falseando ni inventando las cosas. Si lo hiciera, su historia no tendría la pátina de autenticidad que tiene”.

Añadiendo que:

“El hecho de que Einstein nunca hablara de su supuesta experiencia es decepcionante y pesa en contra de la historia, pero el relato de Tony debería someterse a un mayor escrutinio, sólo para probar o refutar la cosa. En cualquier caso, la entrevista de la asistente es interesante en sí misma”.

El propio Anthony Bragalia ha intentado confirmar algunos puntos de esta confesión:

“Aunque Wright advirtió que no se encontraría un rastro de papel de su viaje a Roswell, se hicieron intentos. Se contactó con los Archivos de Albert Einstein en la Universidad Hebrea de Jerusalén y con el Proyecto de Documentos de Einstein en Caltech para ver si había algún indicio del paradero de Einstein durante el período comprendido entre el 7 y el 20 de julio de 1947 (el período posterior al accidente). Aunque las probabilidades de que existiera esa documentación eran muy escasas, era necesario intentarlo. Las respuestas, a veces con gran retraso, fueron variadas.  Los Archivos de Albert Einstein ofrecieron una carta de un socio fechada el 21 de julio de 1947 (que no puede ser reproducida sin su permiso) en la que se hace referencia a su invitación para que Einstein realice un viaje en barco. La respuesta era que Einstein lamentaba no poder ir debido a la aparición de síntomas de una úlcera. El autor de la carta decía que escuchar esa noticia era ‘sorprendente’. El hecho de que Einstein sufriera una úlcera (quizás exacerbada por el estrés) después de ver los artefactos de Roswell unas dos semanas antes puede ser significativo en sí mismo”.

¿Estaba interesado Albert Einstein en los OVNIs?

Aunque lo más interesante de todas estas informaciones es conocer si Einstein llegó a decir o insinuar algo sobre este hecho a lo largo de su vida. Como precedente de su interés por la vida extraterrestre Bragalia resalta que:

“Ya en 1920 Einstein sospechaba que la vida extraterrestre inteligente era real y que el contacto era posible. Un artículo intrigante de enero de 1920 fue publicado en el London Daily Mail, cuyo corresponsal le preguntó al pronto premio Nobel su opinión sobre la vida extraterrestre. El pionero de la radio, Guglielmo Marconi, había hablado recientemente al mismo periódico sobre misteriosas señales que, según él, podían proceder de Marte. ¿Qué pensaba Einstein? ‘Hay muchas razones para creer que Marte y otros planetas están habitados’, respondió el profesor. ‘¿Por qué iba a ser la Tierra el único planeta que albergara vida humana? No es singular en ningún otro aspecto. Pero si existen criaturas inteligentes, como podemos suponer que ocurre en otros lugares del universo, no se esperaría que trataran de comunicarse con la Tierra por vía inalámbrica [radio]. Los rayos de luz, cuya dirección puede ser controlada mucho más fácilmente, serían más probablemente el primer método intentado”.

Portada del "Roswell Daily Record" anunciando el Incidente de Roswell

Portada del “Roswell Daily Record” anunciando el Incidente de Roswell.

Pero existen otras referencias posteriores a su supuesta visita a Roswell en 1947:

“En 1952 se informó de que Einstein escribió al evangelista Louis Gardner en respuesta a la pregunta de éste sobre los OVNIs: ‘Esta gente ha visto algo. Lo que es no lo sé y no tengo curiosidad por saberlo’. Lo más interesante de la cita de Einstein es lo que no se dice. Aunque Einstein admite que el fenómeno es real (‘Esta gente ha visto algo’, subraya Einstein), dice que no quiere saber qué es lo que la gente está viendo. Esto es, por supuesto, poco sincero por parte de Einstein. ¿Desde cuándo la ciencia rehúye animar a encontrar soluciones a los misterios? Su respuesta fue claramente una ‘evasión’. También en 1952, en una carta fechada el 12 de noviembre, Einstein responde brevemente al difunto y controvertido autor de OVNIs, Albert K. Bender. Bender preguntó qué opinaba Einstein del fenómeno de los platillos volantes. Einstein respondió: ‘Estimado señor: Al no tener experiencia y sólo un conocimiento superficial del tema, lamento no poder cumplir con su petición. Atentamente, Albert Einstein'”.

En el periódico Irish Times del miércoles 9 de julio de 1947 aparece esto:

“El Departamento de Guerra de los Estados Unidos declaró anoche que no tenían noticias del ‘platillo volante’ de Nuevo México y que estaban verificando con Roswell. El profesor Einstein dijo a un corresponsal de la U.P. que no tenía ‘absolutamente ningún comentario que hacer’. Creo que ahora sabemos por qué el gran profesor decidió no decir nada sobre el suceso: estuvo allí y juró no decir nada sobre ello a nadie nunca”.

Lo que Leonard Stringfield averiguó

El ufólogo Leonard Stringfield en su libro «UFO Crash/Retrieval Status Report VII: Search for Proof in a Hall of Mirrors» (1994) recogía las primeras impresiones de Wright, pero bajo el pseudónimo de “Simpson” y sin mencionar la identidad del profesor (Albert Einstein).

Portada de informe "UFO Crash/Retrieval Status Report VII: Search for Proof in a Hall of Mirrors"

Portada de informe “UFO Crash/Retrieval Status Report VII: Search for Proof in a Hall of Mirrors”. Cortesía: Jose Antonio Carav@ca

Resultado de aquellas entrevistas la secretaria rememoraba los supuestos acontecimientos ocurridos en compañía del brillante científico y aportaba algunos destalles desconcertantes sobre los cuerpos recuperados por el ejército:

“Uno de los alienígenas destacaba por encima del resto. Tenía un líquido verde bilioso que rezumaba de sus fosas nasales. Pero era extraño; tras la exposición al aire, el rezume se volvía gradualmente azulado, sugiriendo quizás una base de cobre o cobalto. Estoy conjeturando, pero podría haber salido de un órgano similar a la vesícula biliar. De hecho, me pregunté si todavía estaba vivo, pero no estaba lo suficientemente cerca como para ver algún movimiento del cuerpo o escuchar algún comentario de los médicos”.

Preguntada por si aquello que presenció tenía relación con el caso Roswell Wright comentó que:

“Nadie dijo que fuera del accidente de Roswell, pero sí escuché ese nombre durante mi viaje. Ahora bien, recuerde que le dije que no me dijeron nada importante, ningún secreto, ningún detalle”.

Pero Stringfield añade que la testigo tiene un comportamiento algo extraño:

“La profesora Simpson se muestra ambivalente en cuanto a la preocupación del gobierno por lo que sabe. En un primer momento, niega que exista un interés por ella y luego indica el polo opuesto de esa posición. Por un lado, siente que no es nadie importante y en la siguiente declaración declara una experiencia de sentirse vigilada”.

Además, señala que ha sido objeto de varios robos a lo largo del tiempo:

“Lo más extraño es que la profesora Simpson sea la única mujer víctima de una gran ola de delincuencia. En los últimos 7 años, afirma que ha sido objeto de 6 robos con allanamiento de morada, 15 asaltos, (nos mostraron las cicatrices para corroborar este hecho) y numerosos robos de coches y allanamientos”.

Incluso no parecía impórtale que la gente oyera su historia:

“No hizo ningún intento de bajar la voz ni de contener sus palabras. Era su juego y su terreno. Los camareros y otros comensales debieron escuchar nuestras conversaciones. Por lo visto, a Simpson no parecía importarle y tenía bastante que decir”.

Pero quizás el detalle que más hizo desconfiar al investigador es que Wright decía tener fotografías de su visita:

“Simpson dijo que tenía en su poder 48 fotos realizadas en 35 mm de lo que vio junto con el profesor en 1947. Dijo que el ‘grupo científico’ que estaba allí tenía acceso a ellas. En ellas aparecen la nave espacial y los extraterrestres muertos, tanto en figuras completas como en partes de cuerpos. Le pregunté si podía ver las fotos y la profesora Simpson me respondió que la mayoría de ellas ya no están en su poder. Dijo que le robaron el coche en un gran centro comercial y que el maletín en el que llevaba la mayoría de las fotos estaba en el coche robado. Simpson dijo que el coche y las fotos han sido encontrados y recuperados pero que la policía se niega a entregarlos. Dice que la policía le dijo que tenía las fotos, aunque ella no incluyó el contenido de su maletín en el informe policial. Tenía miedo de decir qué eran las fotos, debido a su posición en la universidad y en la comunidad. Aunque cuando la policía le dijo que habían encontrado su coche, también mencionaron que habían encontrado las fotos e hicieron comentarios sarcásticos sobre el tema”.

Albert Einstein habría guardado silencio sobre lo que vio en Roswell, sugiere el testimonio

Albert Einstein habría guardado silencio sobre lo que vio en Roswell, sugiere el testimonio. Imagen cortesía de: tampabay.com

Sin embargo, aunque Wright aseguraba que encontró algunas fotos estas se perdieron en el envío y así se lo hizo saber al ufólogo en una llamada telefónica:

“‘Te envié dos fotos hace unos cuatro días’, dijo, ‘pensé que me llamabas para decirme que las habías recibido. Una era un buen primer plano. Las empaqueté cuidadosamente con cartón entre cada foto’. Más tarde, ese mismo día, tuve el presentimiento de que algo andaba mal. Recuerdo que le había indicado que, si encontraba las fotos extraviadas, primero hiciera una fotocopia para enviármela por correo. Luego, le sugerí que llamara a Sheila, como se había acordado, para enseñarle los originales y que me los entregara de la forma más segura. Como alternativa, le sugerí que una vez que recibiera la fotocopia, o incluso un FAX, ella podría enviarme los originales por correo certificado o por Federal Express. Las fotos nunca llegaron”.

De hecho la testigo no pudo aportar evidencias de nada de lo que afirmó:

“El plan original era que Simpson mostrara a Sheila Franklin las fotos y otras pruebas pertinentes, como cartas fechadas, sobres con matasellos, recuerdos escolares o cualquier otro material, para dar credibilidad a su caso que yo, en confianza, aceptaría. Nada se materializó. Finalmente, el 27 de octubre, llamé a Simpson y le expliqué que había llegado a una fecha límite. Necesitaba las pruebas prometidas si quería publicar su historia de forma creíble en mi nuevo informe de situación”.

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Y aunque esto arroja muchas dudas sobre el relato Stringfield indica que:

“Si la profesora Edith Simpson no dice la verdad, ¿cuál sería su motivación? Tiene mucho más que perder que ganar. Ella es un miembro estimado de la comunidad y tiene un trabajo donde ser un ‘bicho raro’ no es bien tolerado. Se comporta con dignidad y es muy elocuente. Si no es más que una chiflada, podría engañar fácilmente a mucha gente haciéndole creer que dice la verdad. Pero también existe la posibilidad de que los ‘poderes fácticos’ quieran que pensemos que no está jugando con una baraja completa y QUIERAN que sintamos que le falta credulidad. Simpson conoce algunos detalles sobre un caso de accidente de 1947 que no ha sido publicado, aunque, todavía faltan muchas piezas en el rompecabezas que ella creó para nosotros”.

Autor: Jose Antonio Carav@ca

Nota: El autor quiere agradecer a Anthony Bragalia su amable colaboración para la realización de este artículo.

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José Antonio Caravaca

José Antonio Caravaca

Autor

José Antonio Caravaca está considerado como uno de los ufólogos más destacados del panorama actual. Pertenece a la última hornada de investigadores y escritores centrados en el mundo de las paraciencias surgidos a principios de la década de los noventa en España. Viajero y lector empedernido ha publicado más de 1.000 artículos de investigación sobre OVNIS, criptozoología, arqueología y otras cuestiones relacionadas con lo heterodoxo. Es colaborador de las revistas especializadas: "ENIGMAS", "AÑO CERO", "MAS ALLA" y "EL OJO CRITICO", además de otros medios de comunicación internacionales. En 2015 sus reveladoras pesquisas sobre las denominadas "Diapositivas de Roswell" tuvieron una amplia repercusión mundial. Pero por si algo es conocido Caravaca es por ser el autor de la célebre "Teoría de la Distorsión", la última gran aportación al pensamiento OVNI que ha establecido un amplio debate en la comunidad ufológica. Sus artículos sobre la Distorsión han sido traducidos a varios idiomas como el inglés, portugués, francés, italiano, polaco o japonés. Es autor de: "LA ULTIMA PROFECIA DE JULIO VERNE" (Espejo de Tinta. 2007) prologado por el periodista y escritor J.J. Benítez. "EXPEDIENTE ROSWELL: EL INFORME DEFINITIVO" (Editorial Oblicuas.2016) prologado por el conocido novelista e investigador Javier Sierra. "OVNIS: LAS OPERACIONES SECRETAS DE LA CIA" (Editorial Oblicuas.2017). "OVNIS: LAS 50 MEJORES EVIDENCIAS" (Editorial Cydonia. 2017). ENCUENTROS CERCANOS CON OVNIS ¿UNA ARQUITECTURA PSIQUICA DESCONOCIDA? INTRODUCCION A LA TEORIA DE LA DISTORSION (Editorial Guante Blanco.2018) DISTORSION: OVNIS, APARICIONES MARIANAS, BIGFOOTS, HADAS, FANTASMAS Y EXTRAÑAS CRIATURAS ¿UNA TEORIA EXPLICATIVA? (Editorial Guante Blanco.2019). ICA: LA INCREIBLE HISTORIA DE UN PASADO QUE NUNCA EXISTIO (Editorial Guante Blanco.2020) En 2013 participó en una obra conjunta con varios investigadores y periodistas españoles bajo el título: "Hay otros mundos" (Editorial Cydonia). José Antonio Cavaraca es colaborador permanente en CodigoOculto.com desde septiembre de 2021. También puedes seguirlo en su sitio web: http://caravaca.blogspot.com/

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