En 1926 en Francia se publica El Misterio de las Catedrales. El libro rápidamente adquiere inusitada celebridad, y transforma a su autor, el enigmático Fulcanelli, en un referente a nivel mundial.
Hasta entonces la Alquimia se tenía como una ciencia secreta oculta al vulgo, pero Fulcanelli obra un milagro impensado al hacer público un texto, plagado de claves iniciáticas. Se trata nada menos de una revelación. Los murmullos no se hacen esperar, sobre todo, porque Fulcanelli es casi un desconocido, incluso, entre los círculos ocultistas de más renombre.
Se desatan furiosas especulaciones sobre la identidad del maestro francés. Y un sinnúmero de nombres son puestos en danza, buscando resolver el acertijo. La fama de Fulcanelli se extiende, y rebasa fronteras.
Arribado el siglo XXI las interrogantes sobre su persona se acrecientan, pero nadie parece rozar el velo. Invito al lector me acompañe en lo imposible, buscando narrar la historia del hombre de los mil rostros. Esta es su leyenda.
Fulcanelli. El Hombre de los Mil Rostros
“La denegación de la personalidad, esa entidad ilusoria, pero casi mágica a los ojos del occidente moderno, tiene en el caso de Fulcanelli, llamado por reacción y casi por ansiedad, las hipótesis más diversas, y las más fantásticas en cuanto a su identificación: sería Nicolás Valois, el alquimista del siglo XV Flamel, o 8incluso el ilustre Filaleto“. Mario. M. Pérez Ruiz. La Quimera de la Inmortalidad, 2005.
¿Es posible escribir sobre Fulcanelli, y no morir en el intento? La tentación es grande, pero la frustración es aún más fuerte, de una empresa que desde el vamos, augura fracaso.
El investigador intuye, enfrenta a un protagonista que resiste cualquier develación, tal es la ocultación de sus pistas. Se trata de preservar el anonimato de su identidad. Silencio inquebrantable, y que cualquier filtración, supone para sus denunciantes, quemarse con fuego. La lista de heridos es larga. Arriesguemos.
Como algunos estudiosos han deducido, el término Fulcanelli encierra un anagrama, cuya decodificación se extiende por varios ángulos.
En el artículo Fulcanelli. El misterio tras el nombre, el esoterista chileno Sergio Fritz, se hace eco del trabajo de un argentino, Héctor V. Morel, quién en 1977 escribió un ensayo titulado El Caso Fulcanelli.
En esta hipótesis se traza Fulcanelli:
“Derivaría de ‘Fulciu, fulcis, fultum’. Esta palabra significaría en el latín de Cicerón algo como ‘apoyo’. Y a esta palabra se sumaría ‘anellus, anelli’; o sea, anillo, círculo. Así obtenemos Fulc (iu) anelli, que significa ‘anillos que se sostienen’ o ‘que se apoyan entre sí’. ¿Y qué idea da esta frase? Morel dice que la de una cadena… Lo que para nosotros no es más que Tradición, en el sentido otorgado por René Guénon. Y esto sí que es coherente y más importante que saber la persona ocupó el pseudónimo analizado. Pues aquí ya entramos en un terreno profundamente espiritual. Cadena o Tradición… Cabe hacer notar algo importante: Fulcanelli continuamente nos recuerda que debemos leer a los clásicos. Es obvio: la Alquimia ante todo es una cadena -discípulo y Maestro- que nace desde los primeros tiempos y que se prolonga hasta hoy día”.
Otra voz que recoge Sergio Fritz en su apasionante estudio, es la de Robert Amadou, seguidor martinista y declarado masón, quién propone Fulcanelli significa, «escudo final», aludiendo a Jean Julien Champagne, ilustrador de las obras fulcanellistas.
Así mismo Amadou, en una entrevista realizada realizara a Eugéne Canseliet declarado discípulo de Fulcanelli durante 1978, le confesó el nombre de su maestro encierra:
“VULCAN (dios romano del fuego, vinculado además con el arte de los hornos, a quien se rendían homenajes en las fiestas llamadas Vulcanalia); y – HELIOS (dios griego del Sol, al que a veces se lo identifica o confunde con Apolo)”.
Ambos términos según Canseliet, aludirían a «El Fuego del Sol».
En 1926 el hombre del anagrama, sin rostro aparente y biografía negada, da a luz El Misterio de las Catedrales, alumbrando un mensaje hasta entonces velado a los profanos. Tres años después en 1929, llegará su segunda obra cumbre, Las Moradas Filosofales. Hasta aquí una simple ruta bibliográfica. Habrá que esperar a 1937, para que la leyenda de Fulcanelli adquiera más notoriedad.
Según se relata en The alchemist of the Rocky Mountains, (El alquimista de las montañas Rocosas), 1975, publicado por el investigador y alquimista norteamericano, Frater Albertus Spagyricus (Albert Riedel, 1911-1984):
“Fulcanelli transmutó 200 gramos de plomo en oro, y 100 de plata en uranio”.
Este experimento habría tenido lugar en Castell de Leré, cercano a Bourges, región de Loira, Francia, y llevado a cabo dentro de un castillo, cuyo dueño Pierre de Lesseps, acompañado por dos científicos, un químico y geólogo, fueron los afortunados testigos del prodigio alquímico.
El enigma se alimenta aún más cuando pensamos Pierre de Lesseps, tuvo como padre, al constructor del Canal de Suez, Ferdinand de Lesseps. Como si fuera poco Pierre de Lesseps, es señalado como otra de las identidades atribuidas a Fulcanelli. Frater Albertus Spagyricus, agrega también en su intrigante libro, tanto la CIA como el FBI estuvieron tras los rastros de Fulcanelli, interesados en sus conocimientos alquímicos, y deseosos de hacerse con un antiguo manuscrito escrito por Roger Bacon, reputado alquimista británico del siglo XIII, donde se describen fórmulas de física nuclear. Esta obra se cree, la habría heredado Fulcanelli.
Pero 1937 va deparar otra sorpresa, cuando los caminos de Jacques Bergier y Fulcanelli converjan. Veamos.
Alquimistas, y el peligro atómico
“¿Quién es Fulcanelli? Para unos, es la voz coral de Los Vigilantes; para otros, el seudónimo de un sabio empeñado en explicar y difundir el antiguo saber alquímico que estaba expuesto a la mirada de todos en la fachada de la catedral, pero solo era entendido por un reducido grupo de iniciados: la obtención de la Piedra Filosofal. En todo caso, para Fulcanelli las catedrales eran un libro abierto de alquimia medieval”. El último alquimista.
Mucho antes de convertirse en autor de éxito, el escritor francés Jacques Bergier era conocido en su país por sus logros en química. Durante su juventud trabajó codo a codo con André Helbronner, un físico atómico con quién desde 1933 a 1940, desarrollara en calidad de ayudante importantes descubrimientos.
Según algunos estudiosos, Helbronner frecuentaba un colectivo de sabios conocidos como Los Vigilantes, interesados todos, en los misterios de la antigua Alquimia.
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Aquel extraño grupo se reunía periódicamente en una librería de París, llamada, Librería de Lo Maravilloso. Fue a través de este canal que Jacques Bergier se viera envuelto, en un encuentro inolvidable. La alucinante experiencia tuvo lugar durante 1937, y se llevó a cabo en la Sociedad de Gas. Allí donde funcionaba un importante laboratorio de ensayo, Bergier se reunió con el misterioso alquimista. Era nada menos que Fulcanelli.
Veinte años más tarde al publicar El Retorno de los Brujos, Bergier, rememoró el diálogo mantenido con Fulcanelli, quien alertó al joven científico, sobre el peligro que supone la liberación del átomo.
Fulcanelli sentenció:
“André Helbronner, del que tengo entendido que es usted ayudante, anda buscando la energía nuclear. M. Helbronner ha tenido la amabilidad de ponerme al corriente de alguno de los resultados obtenidos, especialmente de la aparición de la radiactividad correspondiente al polonio, cuando un hilo de bismuto es volatilizado por una descarga eléctrica en el seno del deuterio a alta presión.
Están ustedes muy cerca del éxito, al igual que algunos otros sabios contemporáneos. ¿Me permite que le ponga en guardia? Los trabajos a que se dedican ustedes y sus semejantes son terriblemente peligrosos. Y no son sólo ustedes los que están en peligro, sino también la Humanidad entera. La liberación de la energía nuclear es más fácil de lo que piensa. Y la radiactividad superficial producida puede envenenar la atmósfera del planeta en algunos años”.
La advertencia pareció no asustar a Bergier, quien como hombre de ciencia manifestó sus dudas ante tal exposición. Fulcanelli no se amedrentó, y continuó arengando a su oponente.
“El secreto de la alquimia es éste: existe un medio de manipular la materia y la energía de manera que se produzca lo que los científicos contemporáneos llamarían un campo de fuerza. Este campo de fuerza actúa sobre el observador y le coloca en una situación privilegiada frente al Universo. Desde este punto privilegiado tiene acceso a realidades que el espacio y el tiempo, la materia y la energía suelen ocultarnos. Es lo que nosotros llamamos la Gran Obra”.
Como una manera de seguir concientizando, Fulcanelli le leyó a Bergier una curiosa cita pronunciada por Fréderic Soddy, descubridor del radio quien escribiera:
“Pienso que existieron en el pasado, civilizaciones que conocieron la energía del átomo, y que fueron totalmente destruidas por el mal uso de esta energía”.
Fulcanelli luego se marchó, dejando pensativo a Bergier. Nunca se volverían a ver. Pero la pista de Fulcanelli parece bifurcarse a Egipto, que ese mismo año, y según rumores, reaparece como mensajero designado. Se trata de la Hermandad de Luxor, más conocida como Heliópolis.
Secretos Ocultos de la Hermandad de Heliópolis. En busca de los adoradores del Sol
“Heliópolis, es el nombre de una ciudad santa construida en el delta del Nilo alrededor de 4.500 años antes de Cristo por la raza fundadora del antiguo Egipto: los Shem-sou Hor, o literalmente los que siguen a Horus. Este pueblo no estaba formado por guerreros, sacerdotes o reyes, eran orfebres y herreros, y los últimos supervivientes de un continente sumergido”. En Heliópolis o la hermandad perdida y encontrada del Adepto Fulcanelli.
Una de las pocas pistas legadas por Fulcanelli sobre su real misión, es una enigmática sentencia que se desprende de sus emblemáticos libros, donde el sabio francés dedica sus logros a la Hermandad de Heliópolis. No es difícil entender que, bajo esta dedicatoria, Fulcanelli honra a Egipto.
El nombre de Heliópolis evoca un antiguo culto solar, según transmiten los griegos, y cuyas ramificaciones conducen hacia la antigua religión atlante. Se dice su nombre egipcio corresponde a Iunu, (pilar), otra acepción fue ciudad de On. Los griegos también la apodaron el Ojo del Sol.
Heliópolis es la ciudad del sol, remontado su origen a la noche de los tiempos. Platón, Pitágoras, y otros estudiosos, incluidos el gran Imhotep, fueron iniciados en sus misterios, y tuvieron acceso a documentación milenaria.
En Los Místicos del Sol, el genial escritor francés Jean-Michel Angebert, comenta:
“El sacerdote de Heliópolis llevaba una piel de leopardo adornada de estrellas, pues era, el jefe supremo de los secretos del cielo, y el grande de visión. La ciudad de Heliópolis en el Delta del Nilo, era uno de los tres centros de misterios más importantes, con el de Hermópolis, y el de Abidos, de origen atlante. La importancia de Heliópolis es atestiguada hasta en el cristianismo, puesto que, según el Nuevo Testamento, fue en Heliópolis cuando la Sagrada Familia, habría descansado cuando la huída de Egipto“.
En otro párrafo Angebert agrega:
“El clero de aquella ciudad sagrada, colocaba un puente mágico sobre el abismo de la muerte, según unos procedimientos que hoy están irremediablemente perdidos”.
Cabe agregar Egipto guarda una vinculación muy importante con Alquimia, ya que anteriormente fue denominado Kemet, significado de tierra negra, donde esta ciencia nació. A través de Fulcanelli la Hermandad de Heliópolis, fue revivida, y sus enseñanzas resurgieron bajo una nueva luz. Y aquí nuevos enigmas. Atienda el lector. En 1929 se lleva a cabo la Exposición Universal de Sevilla, España. Miembros de la masonería, son reportados como importante apoyo en su celebración.
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Tal es así que se crea un barrio entero para albergar sus instalaciones, que va a recibir el nombre de Heliópolis. Curiosamente se dice, este término ocultaba, a la antigua Granada masónica.
Veinticinco años después, en 1954, Eugéne Canseliet reclamado discípulo de Fulcanelli, es citado en Sevilla por su maestro, un hombre que por entonces aparenta cuarenta años, aunque su verdadera edad es de 130, según rumores. Pero eso no es todo Fulcanelli luce un semblante diferente, y que Canseliet describe, semejante al andrógino divino.
El ocultista norteamericano Walter Lang, supone en aquel encuentro sevillano, una puerta hacia otra realidad se apertura, haciendo posible esos encuentros. Fulcanelli revela en su semblante signos de transfiguración. Se halla iluminado, completado la Gran Obra Alquímica. Pero la luz de Heliópolis cruza los océanos, y dirige su radiación hacia Sudamérica, señalando el nacimiento de una nueva espiritualidad, tantas veces tratada en nuestros artículos.
El sitio elegido es Uruguay. Allí un tal Francisco Plácido Piria, seguidor de corrientes esotéricas va erigir Piriapólis. La construcción del balneario se realiza, en una zona donde la leyenda arguye, el magnetismo terrestre se ve alterado. Son frecuentes los avistamientos de ovnis. Durante su niñez Piria vivió en Italia, recibiendo instrucción de un sacerdote jesuita, que lo instruyera en la Alquimia. Aunque bautizó su proyecto como Piriapólis, su nombre secreto fue Heliópolis. Piria creía, en el futuro la tierra atravesaría varios cataclismos. En Piriapólis, los sobrevivientes alcanzarían la salvación.
Fulcanelli también visionaba Sudamérica, sería el refugio donde la humanidad sobreviviría, tras escapar de un apocalipsis planetario. Legado enunciado en la Cruz Cíclica de Hendaya ¿Casualidad?
El Fin de la Gloria del Mundo
“Es verdad, sin mentira, cierto y muy verdadero. Lo que está abajo es como lo que está arriba y lo que está arriba es como lo que está abajo; por estas cosas se hacen los milagros de una sola cosa. Y como todas las cosas son y provienen de UNO, por la mediación de UNO, así todas las cosas son y provienen de esta cosa única, por adaptación”. Finis Gloriae Mundi.
En 1999 se presenta Finis Gloriae Mundi, que lleva la firma de Fulcanelli. Produce inmediata controversia, y se alega fraude, siendo objeto de un rechazo feroz. Se duda de su autoría, rechazando fuera Fulcanelli su autor.
Menos críptico que sus obras anteriores, el texto, sin embargo, descubre una lectura reflexiva, en una puesta al día con los nuevos tiempos.
Alerta sobre la corrupción de los secretos filosofales, que no deben profanarse por poderes corruptos. Fulcanelli también centra su atención, en algunas anomalías detectadas en el campo magnético de la Tierra, falla que podría provocar una inversión de los Polos.
En Las Moradas Filosofales escrito en 1929 donde se anuncia este tercer libro, Fulcanelli realiza una predilección sorprendente al hablar del diluvio atlante, adelantándose a una discusión que los egiptólogos retomarán en las décadas más tarde.
Escribe:
“Las columnas de los templos faraónicos presentan huellas innegables de inmersión; en las salas hipóstilas, las losas aún existentes que forman los techos, han sido levantadas y desplazadas por obra del movimiento oscilatorio de las olas; la desaparición del revestimiento exterior de las pirámides y, en general, la de las junturas de piedras (colosos de Memnón, que en otro tiempo cantaban); las huellas evidentes de corrosión por las aguas que se advierten en la esfinge de Gizeh, así como en muchas otras obras de la estatuaria egipcia, no tienen otro origen que el señalado.
Es probable, por otra parte, que la casta sacerdotal no ignorase la suerte que le estaba reservada a su patria. Acaso sea ésta la razón por la que los hipogeos reales estaban profundamente excavados en la roca, y sus accesos, herméticamente sellados. Tal vez pudiera, incluso, reconocerse el efecto de esta creencia en un diluvio futuro en la obligada travesía que el alma del difunto debía realizar tras su muerte corporal, y que justificaba la presencia, entre tantos otros símbolos, de esas barquitas aparejadas, flotillas a escala reducida que forman parte del mobiliario fúnebre de las momias dinásticas”.
¿Son estas revelaciones del gran maestro René Adolphe Schwaller de Lubicz, una de las encarnaciones de Fulcanelli? No tengo dudas. Hasta Aquí.
Conclusión
Fulcanelli, es un nombre que se halla inscrito en el inconsciente de todos nosotros, como una pluma obligada y educativa, que tarde o temprano todos debemos abordar. Tras su llamado, se desprende un mandato sagrado, que vela por nuestro devenir. Continuará
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Bibliografía
Libros:
- Angebert, Jean-Michel. Los Místicos del Sol. Barcelona: Plaza & Janés, 1974.
- Bergier, Jacques; Pauwels, Louis. El Retorno de los Brujos. Barcelona: Plaza & Janés, 1973.
- Brunton, Paul. El Egipto Secreto. Buenos Aires: Kier, 1994.
- Fulcanelli. El Misterio de las Catedrales. Madrid: Plaza & Janés, 1994.
- Fulcanelli. Las Morada Filosofales. Madrid: Plaza & Janés, 1973.
- Guinguand, Maurice. El Misterio de Notre-Dame. La magia de los templarios. Martínez Roca, 1976.
- Merz, Blanche. Pirámides, catedrales y monasterios. Barcelona: Martínez Roca, 1987.
- Pérez Ruíz, Mario M. La Quimera de la Inmortalidad. Barcelona: La Espiral del Conocimiento, 2005.
- Rayner Johnson, Kenneth. El Misterio de Fulcanelli. Barcelona: Martínez Roca, 1982.
- Tarade, Guy. Las Huellas del Saber Perdido. Barcelona: Daimon, 1978.
- Vigil, Mercedes. El Alquimista de la Rambla Wilson. La historia de Humberto Pittamiglio. Montevideo: Fin de Siglo, 2001.
Sitios web:
- ABC
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https://www.google.com/amp/s/www.abc.es/cultura/libros/abci-secreto-enigmatico-fulcanelli-201709250742_noticia_amp.html - El Área 51
Pelado61. Francisco Piria y Heliópolis.
http://el-area-51.blogspot.com/2008/04/francisco-piria-y-heliopolis.html?m=1 - El Ojo Crítico
Montejo, José Juan. El Enigma Fulcanelli. Apuntes de Investigación. Jobert y Canseliet en España.
http://elojocritico.info/el-enigma-fulcanelli-apuntes-de-investigacion-jobert-y-canseliet-en-espana/ - El País
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https://www.google.com/amp/s/www.elpais.com.uy/amp/domingo/misterios-francisco-piria-develados-libro.html - El Trote de la Culebra
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https://www.google.com/amp/s/eltrotedelaculebra.com/2019/05/02/la-sociedad-secreta-los-hermanos-heliopolis-y-la-identidad-de-fulcanelli/amp/ - El Velo de Isis
Fulcanelli.
https://www.elvelodeisis.com/fulcanelli-2/ - Iconos Medievales
El Último Alquimista.
https://iconosmedievales.blogspot.com/2017/11/el-ultimo-alquimista.html?m=1 - Nyermia
Fritz, Sergio. Fulcanelli. El misterio tras el nombre.
https://nyermia.blogspot.com/2020/04/fulcanelli-el-misterio-tras-el-nombre.html?m=1 - Revista Casa del Tiempo
Catalano, Walter. R. A. Schwaller de Lubicz y el misterio de Fulcanelli.
http://www.uam.mx/difusion/revista/mayo2004/catalano.html - Todo Uruguay
Apocalipsis en Uruguay según Piria.
https://www.todouruguay.net/apocalipsis-en-uruguay-segun-piria/ - Vulcaninhelios
Jacob. En Heliópolis, o la hermandad perdida y encontrada del Adepto Fulcanelli.
En Héliopolis avec la fraternité des R+C
Jacob. Heliópolis o la nueva República de los Alquimistas.
Héliopolis ou la nouvelle république des alchimistes
Jacob. Viaje al Centro de la Tierra con Fulcanelli.
https://vulcainhelios.wordpress.com/2016/04/06/voyage-au-centre-de-la-terre-avec-fulcanelli/#more-10817
Artículo escrito por: Débora Goldstern, colaboradora de CodigoOculto.com
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