Una reciente investigación de la Facultad de Medicina de la University of Virginia (UVA) afirma que las experiencias extracorporales (OBE), al igual que las experiencias cercanas a la muerte, pueden dar lugar a profundas transformaciones psicológicas, como el aumento de la empatía y la conectividad emocional.

La experiencia extracorporal​ es la sensación de estar flotando en el aire proyectado fuera del cuerpo. En algunos casos, los creyentes o partidarios de este fenómeno indican que la persona puede experimentar la autoscopia o incluso el poder proyectarse en otros lugares.

Los resultados, publicados recientemente en Neuroscience & Biobehavioral Reviews, sugieren que estos estados alterados de conciencia transforman la forma en que las personas conectan con los demás, fomentando una mayor compasión y comprensión.

Dra. Marina Weiler, neurocientífica de la División de Estudios Perceptivos de la UVA y autora principal, dijo en un comunicado:

“La empatía es un aspecto fundamental de la interacción humana que permite a los individuos conectar profundamente con los demás, fomentando la confianza y la comprensión.

La exploración, el perfeccionamiento y la aplicación de métodos para mejorar la empatía en las personas, ya sea mediante la disolución del ego relacionada con las experiencias extracorpóreas u otros enfoques, es una vía apasionante con implicaciones potencialmente profundas para las personas y la sociedad en general”.

El fenómeno de las experiencias extracorporales

Las experiencias extracorporales suelen describirse como acontecimientos extraordinarios en los que los individuos se perciben a sí mismos como si existieran fuera de su cuerpo físico, experimentando una sensación de flotación u observándose a sí mismos desde una perspectiva externa.

Representación artística de una experiencia extracorporal. Crédito de imagen: DALL-E / Edición: codigooculto.com

El fenómeno puede desencadenarse por diversos factores, como la privación sensorial, la hipnosis y las sustancias psicodélicas, o puede ocurrir espontáneamente en situaciones de riesgo vital o en experiencias cercanas a la muerte.

Las experiencias extracorporales suelen vincularse a fenómenos sobrenaturales, religiosos o espirituales. Sin embargo, también están reconocidas en la comunidad científica, donde la ciencia cognitiva y la psicología las consideran acontecimientos disociativos derivados de diversos factores psicológicos y neurológicos.

En este estudio reciente, el Dr. Weiler y un equipo de investigadores de la División de Estudios Perceptivos de la UVA profundizaron en los mecanismos psicológicos y neurológicos que subyacen a las experiencias extracorporales y en su potencial para transformar el paisaje emocional de las personas.

Disolución del ego

Según los investigadores, la clave para entender el potencial transformador de las experiencias extracorporales reside en el concepto de “disolución del ego”. En este estado, el sentido del yo se vuelve menos nítido, lo que permite a los individuos sentir una conexión más profunda con el mundo que les rodea.

Los investigadores explicaron:

“Proponemos que las EFC podrían generar estos profundos cambios a través del proceso de disolución del ego. La disolución del ego fomenta una sensación de unidad e interconexión con los demás. Estas sensaciones de interconexión pueden persistir más allá de la propia experiencia”.

Los investigadores sugieren que determinadas regiones cerebrales pueden mediar en la relación entre las experiencias extracorpóreas y el aumento de la empatía. El estudio señala la implicación de la unión temporoparietal y la red de modos por defecto, que desempeñan papeles esenciales en la autopercepción y la cognición social.

Se cree que estas áreas cerebrales ayudan a procesar los sentimientos de desencarnación y disolución del ego, creando un espacio en el que el individuo siente una profunda conexión con los demás.

Mejora la empatía

Investigaciones anteriores han demostrado que la unión temporoparietal está implicada en tareas que requieren empatía, como comprender las emociones o perspectivas de los demás. Cuando esta región se activa durante una experiencia extracorporal, puede mejorar la capacidad del individuo para conectar con los sentimientos de los demás, promoviendo en última instancia un comportamiento más compasivo.

Las experiencias extracorporales fomentaron la empatía en las personas, sugiere investigación. Crédito de imagen: depositphotos.com

Por otro lado, la Red de Modo por Defecto (o Default Mode Network) suele activarse cuando el cerebro está en reposo e involucrado en pensamientos autorreferenciales. Durante las EFC, la actividad de esta red puede verse alterada, lo que provoca una reducción de los pensamientos egocéntricos y un aumento de los sentimientos de unidad con el mundo que les rodea.

Los investigadores observaron que los participantes que habían tenido una OBE a menudo sentían que su sentido de identidad se expandía más allá de los confines de su propio cuerpo. Esta sensación suele describirse como “más real que la realidad”, un sentimiento que persiste incluso después de finalizar la experiencia y que puede provocar cambios duraderos en la personalidad y el comportamiento.

Los investigadores citan numerosos relatos personales que ilustran el poder transformador de las OBE. Una mujer describió su experiencia como estar rodeada de “amor incondicional al 100%” y sentirse profundamente conectada con todos y todo lo que la rodeaba.

La experimentadora relató:

“En un instante, me convertí en parte del Universo. Me sentí conectada a todo. Conectada a todo el mundo. Estaba completamente rodeada de un 100% de amor incondicional. Nunca lo había sentido. No quería marcharme.

En ese momento me di cuenta de que donde yo había estado era nuestro verdadero Hogar. No aquí. No aquí, en el plano terrestre. Este es un lugar donde venimos a tener experiencias. A crecer. Para aprender a mostrar AMOR. Luego volvemos a casa”.

Otros relatos personales describen encuentros similares, con experiencias extracorporales que afectan profundamente a la propia perspectiva de la vida e infunden un profundo sentido de empatía y compasión hacia los demás.

Estas historias personales concuerdan con las conclusiones del estudio, según las cuales las OBE pueden conducir a un aumento sostenido de los comportamientos prosociales, como la empatía, la tolerancia y las relaciones pacíficas.

Experiencia cambió profundamente sus vidas

De hecho, los investigadores señalan que el 55% de las personas que han tenido una experiencia extracorporal afirman que la experiencia ha cambiado profundamente sus vidas, y el 71% la describen como un beneficio duradero.

Miles de personas afirman haber experimentado experiencias extracorporales. Crédito de imagen: DALL-E / Edición: codigooculto.com

El potencial transformador de las OBE no se limita al crecimiento personal. La Dra. Weiler y sus colegas sugieren que la comprensión de estas experiencias podría aportar información valiosa para fomentar la empatía a un nivel social más amplio.

Los resultados también abren nuevas vías de investigación sobre las aplicaciones terapéuticas de las experiencias extracorporales. Al comprender los correlatos neuronales de estas experiencias, los científicos podrían desarrollar métodos novedosos para potenciar la empatía, incluso en personas que nunca han tenido una experiencia extracorpórea. Esto podría ser especialmente valioso en el tratamiento de la salud mental, el trabajo social o la resolución de conflictos.

Sin embargo, los investigadores advierten que aún queda mucho por saber sobre las experiencias extracorporales y sus efectos sobre la empatía. Aunque los resultados son prometedores, se necesitan más estudios para explorar el alcance de estos efectos y los mecanismos psicológicos y neurobiológicos implicados.

A pesar de estas incertidumbres, el estudio abre la puerta a una mayor exploración de cómo los estados alterados de conciencia, como los experimentados durante las experiencias extracorporales, podrían utilizarse para mejorar la empatía y la cohesión social.

Los resultados también plantean cuestiones interesantes sobre la naturaleza de la propia conciencia y cómo las experiencias que desafían nuestra comprensión de la realidad pueden remodelar nuestras vidas emocionales y sociales.

En un momento en que las sociedades modernas se enfrentan a un déficit de empatía en medio de una creciente polarización, comprender los mecanismos que pueden alimentar la empatía nunca ha sido tan importante.

Como concluyen los investigadores, “el interés por cultivar la empatía y otras emociones y comportamientos prosociales está muy extendido en todo el mundo. Comprender cómo pueden cultivarse las virtudes relacionadas con la consideración hacia los demás es un objetivo con implicaciones personales, sociales y potencialmente globales”.

Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Neuroscience & Biobehavioral Reviews.

[FT: sciencedaily]

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