Casi un mes después del inicio de su ambicioso proyecto, los investigadores han alcanzado el cráter Chicxulub en México, que ahora perforan para revelar sus secretos.
Los investigadores internacionales del proyecto Outreach, que llevan a cabo la ambiciosa perforación del cráter Chicxulub cerca de la costa de la Península de Yucatán en México, han logrado su primer objetivo. Los científicos han sacado a la luz las primeras rocas del cráter desde una profundidad de 670 metros en el fondo del océano. Son coetáneas de la extinción masiva de especies de la Tierra.
Después de abrirse el paso a través de cientos de metros de sedimentos en el Golfo de México, los científicos ya están perforando en dirección al fondo de la elevación central del propio cráter de 180 kilómetros de diámetro que dejó el asteroide ‘asesino de los dinosaurios’ hace 66 millones de años.
Lo que puede verse ahora son piezas de granito surgidas a raíz del impacto de un meteorito de diez kilómetros de diámetro y las grietas que se llenaron de líquido procedente de rocas fundidas por las temperaturas extremadamente altas registradas en el impacto. Algunos de los minerales que se ven en estas grietas sugieren que al principio el cráter estaba a demasiada temperatura para que la existencia de vida, pero los científicos esperan hallar ADN, informa la revista ‘Science‘.
Los investigadores ya están a casi cien metros de profundidad en el cráter, y esperan poder perforar los 1,5 kilómetros hasta el hipocentro del mismo antes del próximo 6 de junio. Cuánta más profundidad alcanzan cavando a través de un granito cada vez más duro más lenta es la perforación, cuya velocidad ahora es de tres metros cada dos horas.
La perforación permitirá calcular la energía generada por el impacto que formó el cráter. Los investigadores creen que fue equivalente a 920 millones de bombas atómicas como las que destruyeron Hiroshima. Es algo que explica el carácter complejo del cráter, que tras el impacto cambió de forma varias veces, con el colapso de varias elevaciones en su parte central. El impacto fundió las rocas, creó enormes tsunamis del tamaño de continentes y cubrió el cielo con cenizas que enfriaron el planeta y causaron la extinción masiva de especies.
Core on deck! first glimpses through the liner.
Image JLofi@ECORD_IODP.#exp364 pic.twitter.com/16Ir1YeJEf— Outreach (@ESO_Outreach) 25 de abril de 2016
Los cráteres complejos son comunes en el espacio, pero en la Tierra no sobreviven debido a que su clima los erosiona. Pero el cráter Chicxulub, cuya parte central está en el fondo del mar, y solo sus partes exteriores, a 180 kilómetros de su centro, se manifiestan en la superficie de la península, rodeadas por cenotes, constituye un caso diferente. La erosión de su parte central se prolongó durante decenas de millones de años, ‘protegida’ por el océano. Al estudiarlo, los científicos esperan saber mucho más sobre la historia de la vida en la Tierra.
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