Aunque la arqueología e historia convencional hayan impuesto un límite cuando se trata de remontarnos a las civilizaciones antiguas, indicando que su antigüedad es de algunos miles de años, ahora sabemos (gracias a hallazgos recientes) que mucho antes de lo que dicta la corriente principal, existieron culturas con notables conocimientos e incluso con tecnología. Es sencillo, no somos la primera civilización avanzada en poblar este planeta.

A lo largo de la historia, la humanidad se ha sentido cautivada por el encanto de las civilizaciones perdidas y las enigmáticas historias que las rodean. Estos antiguos misterios, envueltos en las arenas del tiempo, siguen fascinándonos y desconcertándonos.

Desde las leyendas de la Atlántida hasta las historias de seres extraterrestres avanzados, el pasado esconde secretos que sólo estamos empezando a desentrañar.

En nuestra búsqueda por comprender los orígenes de la civilización humana, a menudo nos encontramos atisbando en las sombras del pasado, en busca de pistas que puedan desvelar los misterios de nuestra existencia.

Aunque muchos tachen estas historias de mitos, cada vez hay más pruebas que sugieren que hay más en ellas de lo que parece a simple vista.

Atlántida, una civilización con avanzados conocimientos

Uno de estos misterios, que ha cautivado la imaginación de estudiosos y aficionados por igual, es la leyenda de una civilización perdida, conocida con distintos nombres en diversas culturas, pero a menudo asociada con la Atlántida.

Representación artística de la civilización Atlántida. Crédito de imagen: Lucifer MorningStar

Platón, el filósofo griego de la Antigüedad, proporcionó uno de los primeros relatos escritos sobre esta enigmática tierra en sus diálogos Timeo y Critias.

Según Platón, la Atlántida era una civilización muy avanzada que existió 9.000 años antes de su época. Según Platón, esta sociedad avanzada se regía por leyes divinas inscritas en una misteriosa sustancia llamada oricalco.

La mera mención de este antiguo metal, con sus connotaciones divinas, plantea interrogantes sobre sus orígenes y su significado.

En los últimos años, arqueólogos marinos de la costa de Sicilia han descubierto un pecio que contenía lingotes de metal que se cree que eran de Oricalco. Este descubrimiento ha reavivado el debate sobre la existencia de la Atlántida y la posibilidad de que el relato de Platón encierre verdades históricas.

El misterio se agrava al considerar los orígenes del oricalco. ¿Cómo llegaron los antiguos atlantes a poseer este metal único y cuál era su finalidad?

Algunos defensores de la teoría de los antiguos astronautas sugieren que seres extraterrestres podrían haber desempeñado un papel en la transmisión de conocimientos avanzados a nuestros antepasados, incluidos los secretos de la metalurgia.

La Atlántida de Platón no es una historia aislada. Hay historias similares de civilizaciones perdidas destruidas por cataclismos en las tradiciones de los nativos americanos, como las leyendas Hopi.

Lingotes de “oricalco” recuperados de un antiguo naufragio. Crédito de imagen: Emanuele riela / Wikimedia Commons

Civilizaciones perdidas

Estos relatos suelen girar en torno al tema de la intervención divina, donde los dioses o los pueblos de las estrellas desempeñaron un papel fundamental en el auge y la caída de las civilizaciones.

Los sorprendentes paralelismos entre estos relatos culturales tan diversos plantean preguntas intrigantes. ¿Podría ser que nuestros antepasados de distintos rincones del mundo compartieran encuentros con los mismos visitantes de otro mundo? Los teóricos del antiguo astronauta afirman que podría ser así.

A medida que exploramos las posibilidades, también nos enfrentamos a la evidencia de masas de tierra hundidas, como Doggerland y Zealandia, que insinúan acontecimientos catastróficos pasados que remodelaron el paisaje de la Tierra. ¿Podrían ser estos restos sumergidos vestigios de civilizaciones perdidas?

Otra faceta intrigante del misterio de la Atlántida es la asociación con el psíquico Edgar Cayce, que profetizó la existencia de una Sala de los Registros oculta en lugares como Egipto, las Bahamas y la península del Yucatán.

Estos supuestos registros, según Cayce, podrían arrojar luz sobre la verdadera historia de nuestro planeta y sus interacciones con seres extraterrestres.

Crédito de imagen: Xuruk

Más que solo leyendas

Aunque los escépticos puedan tachar estos misterios de mero folclore, el creciente número de pruebas y los descubrimientos inexplicables siguen alimentando nuestra curiosidad. A medida que profundizamos en el pasado, puede que estemos a punto de descubrir una verdad que podría redefinir nuestra comprensión de la historia de la humanidad.

En nuestra incesante búsqueda del conocimiento, debemos permanecer abiertos a la posibilidad de que nuestros orígenes sean más complejos y estén más entrelazados con el cosmos de lo que jamás hubiéramos imaginado. El enigma de las civilizaciones perdidas persiste, invitándonos a descubrir la última pieza del rompecabezas que puede alterar para siempre nuestra percepción de la historia de la Tierra.

¿Descubriremos estas verdades antes de que sea demasiado tarde? El viaje para desvelar los misterios del pasado continúa, y las respuestas pueden estar más cerca de lo que pensamos.

Es evidente que existe un interés en ciertos grupos poderosos de continuar ocultando los orígenes de la humanidad y los secretos de las civilizaciones antiguas. No solo el presente y el futuro son importantes, conocer nuestro pasado es primordial, conocer nuestros orígenes es vital. Tenemos el deber de seguir revelando esos secretos ancestrales y solo mediante la lectura e investigación podremos hacerlo. Aunque algunos traten de silenciar las voces que emergen de las arenas, nuestras ganas de saber más liberarán esa historia oculta. 

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