De acuerdo a una reciente investigación, científicos canadienses han determinado que la actividad cerebral persiste incluso después de la muerte clínica.
Las mentes humanas siempre han sentido curiosidad por la vida después de la muerte, por lo que hay al otro lado. Durante años hemos trabajado para encontrar respuestas a estas preguntas, pero no hemos sido capaces de descifrar el código. Sin embargo, ahora los científicos han llegado a la mitad del camino, ya que han descubierto que el cerebro humano sigue funcionando mucho después de morir, incluso cuando el corazón se detiene.
Actividad cerebral continúa después de la muerte
Durante siglos, científicos e investigadores han creído que morir no es el final de la actividad cerebral. Ahora es la primera vez que se demuestra.
Un importante estudio, dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina Grossman de la New York University, ha identificado posibles parpadeos en la mente de pacientes en parada cardiaca mientras el personal médico intenta reanimarlos.
El cerebro humano sigue vivo mucho después de que el corazón deje de funcionar
Este estudio es la continuación de una investigación anterior sobre experiencias cercanas a la muerte. El objetivo del estudio era explorar las experiencias de los pacientes sometidos a reanimación cardiopulmonar (RCP) en hospitales de Estados Unidos y el Reino Unido.
Un subestudio piloto consistió en monitorizar la actividad del electroencefalograma (EEG) y los niveles de oxígeno cerebral durante la reanimación cardiopulmonar, lo que permitió vislumbrar la disminución de la conciencia de quienes estaban a punto de morir.
Estudiaron a 567 pacientes
De los 567 pacientes seleccionados para el estudio, sólo 213 recuperaron el pulso. Lo más alarmante es que sólo 53 de ellos sobrevivieron y fueron dados de alta, y sólo 28 se consideraron lo bastante sanos para participar en entrevistas de seguimiento en las que recordaron su experiencia al morir. El estudio fue dirigido por Sam Parnia, un científico obsesionado con desvelar los misterios de la muerte.
Curiosamente, ninguno de los 28 pacientes que se libraron de morir y fueron entrevistados posteriormente pudo recordar las imágenes de la tableta o los sonidos de los auriculares. Pero sus cerebros parecían mostrar cierto grado de actividad.
Los supervivientes informaron de recuerdos fragmentados de su reanimación, incluida la sensación de compresiones torácicas, la presencia de electrodos en su piel y la percepción auditiva de voces del equipo médico.
Los datos de monitorización cerebral en tiempo real corroboraron la hipótesis de que la actividad neurológica podía persistir tras la muerte a pesar del deterioro de la función cardiaca.
El Dr. Parnia comentó los resultados afirmando que, aunque la hipótesis anterior era que el cerebro sufría daños permanentes a los 10 minutos de cesar el corazón, el estudio descubrió que el cerebro podía mostrar signos de actividad durante mucho más tiempo.
Concluyó diciendo:
“Éste es el primer gran estudio que demuestra que estos recuerdos y cambios en las ondas cerebrales pueden ser signos de elementos universales y compartidos de las llamadas experiencias cercanas a la muerte.”
Estas revelaciones nos aportan nuevos conocimientos sobre el proceso de la muerte y la esencia de la conciencia humana. También subrayan la necesidad de seguir explorando este campo y de crear nuevos métodos para que la experiencia de la parada cardiaca sea menos angustiosa y más comprensible para quienes la sufren.
[H/T: wionews]
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