Algunas de las invenciones más famosas del mundo, tanto comercial como científica, han sido producto de un accidente. Por ejemplo, se comenta que en la empresa 3M se inventó el post – it de forma casual, porque uno de los operarios “tuvo buen ojo”.
Pero eso no es todo, al parecer tiempo después otros empleados de la misma compañía, estuvieron muy cerca de inventar accidentalmente un campo de fuerza o escudo de energía. Sí, uno de esos campos magnéticos que solo aparecen en las películas de ciencia ficción.
Los hechos que giran alrededor de este tema –narrados por los propios trabajadores- ocurrieron en 1980 dentro de una planta de 3M ubicada en Carolina del Sur. Sin duda que es una historia interesante, de la cual vale la pena conocer los detalles y su desenlace.
¡Se atiende un llamado de emergencia!
Durante el verano de 1980 los obreros de la compañía 3M alertaron al gerente de la fábrica sobre una anomalía que estaba ocurriendo en la planta de plástico. De manera que asignaron al ingeniero especialista David Swenson para que realizara una investigación, para descubrir de qué se trataba.
El informe que fue presentado al experto por los operarios, destacaba lo siguiente:
“De repente el plástico había comenzado a salir lleno de moscas, sucio de polvo, con bichos pegados y hasta aves muertas. Además podía sentir una extraña fuerza magnética, una especie de muro invisible en un sector de la planta”.
Quizá la parte más sorprendente que señalaba el escrito es que, el referido “muro o campo invisible“ no pudo ser atravesado por ninguno de los presentes. ¿Cómo sucedió tal cosa? ¿Qué provocó su aparición? Una serie de eventos se sumaron y de manera accidental surgió un campo de fuerza invisible.
¿Qué condiciones dieron origen al campo de fuerza invisible?
Un hipotético escudo de energía o campo de fuerza.
El ingeniero David Swenson describe todos los pormenores de lo sucedido ese día muy detalladamente en su informe. Era un día de mucha humedad, pues estaba por terminar el verano. Los obreros se encontraban manipulando una película de polipropileno industrial que alcanzaba los 15 kilómetros de longitud.
Durante el proceso cortaban el polipropileno (PP) para pasarlo por unos rodillos que medían 6 metros, posteriormente lo trasladaban a unas bobinas de menor tamaño. La trayectoria que recorría la película la llevaba hacia arriba primero por los rodillos, luego al bajar se colocaba en posición horizontal hasta que finalmente bajaba para llegar al dispositivo de corte.
De acuerdo con la explicación del especialista, los rodillos se movían a una velocidad que rondaba los 16 km/h. Al observar con detenimiento la línea que trazaba el polipropileno mientras hacía su recorrido, se podía apreciar como si tuviera la forma de una tienda de campaña cúbica.
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¡Se crea un campo electrostático!
David Swenson señala que, la película de polipropileno contaba en la estructura de su superficie con dos caras diferentes. Por supuesto es totalmente normal, así como también que se genere electrificación de contacto, al rozar micro – estructuras que son distintas. De hecho, para los trabajadores del plástico este desequilibrio eléctrico es común.
Imagen referencial
Solo que ese día, sucedió algo verdaderamente inesperado. La descarga de energía superó en gran manera lo que se considera habitual en esos casos, no era solo estática, ahora estaba en el rango de los megavoltios. A tal punto se encontraba la intensidad eléctrica que algunos cuerpos ligeros fueron atraídos hacia el campo invisible recién formado.
Todos quedaron estupefactos ante aquel extraño fenómeno, que de momento no tenía ninguna lógica. Razón por la cual corrieron a pedir ayuda, fue entonces cuando enviaron al ingeniero David Swenson. Para corroborar la teoría que ya él se había formulado, decidió adentrarse al escudo energético y sentir en su propio cuerpo los efectos de la energía.
Un gerente incrédulo
(Pinterest)
Sin embargo, a pesar de la explicación de Swenson y la descripción que hizo de cómo se sintió al entrar en el campo electrostático, el gerente de la empresa no creyó la historia. En parte porque al entrar a la planta, el muro ya no estaba, simplemente desapareció.
De modo que los empleados se propusieron recrear el evento al día siguiente, pero esta vez delante del incrédulo jefe. Todas las condiciones estaban dadas, especialmente la humedad de la mañana, para crear nuevamente el muro de energía.
Al primer intento, de nuevo se creó el campo de fuerza invisible. De manera que le pidieron al gerente de producción que se introdujera en él para que percibiera la sensación de una avalancha de electricidad estática.
Cuando lo hizo, sintió como se erizaba todo el pelo de su cabeza y otras partes de su cuerpo. ¡El muro estaba de vuelta! Pero sería por poco tiempo, pues decidieron arreglarlo y continuar con el trabajo.
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