Un equipo de arqueólogos están investigando la existencia de esqueletos gigantes en unas cuevas de Nevada en Estados Unidos, donde encontraron una sandalia desgastada de 38 centímetros y enormes huellas de manos en las paredes.
Los arqueólogos llevan mucho tiempo desconcertados ante las afirmaciones de que en el suroeste de Estados Unidos vivió un grupo de humanos gigantes de hasta 3 metros de altura.
En las excavaciones realizadas en el siglo pasado en una cueva de Lovelock (Nevada) se descubrieron cráneos humanos de gran tamaño, sandalias de 38 centímetros y enormes huellas de manos que han seguido despertando la curiosidad de científicos y público.
Gigantes de Lovelock
Las afirmaciones sobre estos “Gigantes de Lovelock” tienen su origen en los nativos americanos que contaban historias sobre una brutal tribu de invasores de piel pálida y pelo rojo que asediaron los grupos locales, antes de quedar finalmente atrapados en una cueva y ser exterminados.
Según los arqueólogos, es probable que la historia sea una exageración de los hechos o incluso una invención descarada, pero algunas pruebas siguen animando a los creyentes.
Aunque los primeros artefactos relacionados con los Gigantes de Lovelock se descubrieron a principios del siglo XX, las historias sobre los gigantes siguen apareciendo a medida que los expertos y la gente corriente esperan descubrir por fin la verdad.
¿Cómo empezó toda la historia de los gigantes de la cueva Lovelock?
Toda esta historia se dio a conocer cuando un par de mineros descubrieron los gigantescos restos en 1911.
Buscaban guano, el excremento de aves o murciélagos, que durante mucho tiempo ha sido una valiosa fuente de fertilizante y un ingrediente de la pólvora.
Pero al excavar en las profundidades del guano, estos buscadores encontraron más de lo que esperaban: más de 60 esqueletos humanos.
Algunos de los esqueletos eran extraordinariamente grandes: entre 2.5 y 3 metros de altura.
Según la biografía de John T. Reid, ingeniero de minas que trabajó en Lovelock en 1935:
“Uno de sus grandes hallazgos fue un esqueleto encontrado a unos veinte kilómetros al sur de Lovelock, Nevada, que mostraba que el cuerpo del que formaba parte medía exactamente 2.17 metros.
Se trata de uno de los ‘hombres gigantes’ de una antigua raza cuyos esqueletos fueron desenterrados en el centro de Nevada”.
No hay pruebas de este hallazgo, pero la excavación de la cueva en 1912 y 1924 reveló miles de artefactos.
Muchos de estos hallazgos eran los esperados: cestos, reclamos de pato, puntas de flecha y objetos ceremoniales tallados en forma de animales.
Pero también hubo hallazgos muy extraños, como unas sandalias gigantescas que parecían haber sido usadas.
Estas sandalias tenían aproximadamente unos 38 centímetros de largo.
Los restos tenían una antigüedad de 4.000 años
La datación por radiocarbono demostró posteriormente que los restos humanos y el material vegetal de la cueva databan de entre el 2030 a. C. y el 1218 a. C.
Otro hallazgo extraño fue la huella de una mano grabada en la piedra, que parecía tener el doble del tamaño de una mano humana normal.
Los informes de estas excavaciones parecían aumentar el tamaño de los gigantes: En 1931, medían entre 2.5 y 3 metros.
Sorprendentemente, algunos de ellos eran pelirrojos, un marcado contraste con la tribu local de nativos americanos Paiute.
Aunque su existencia sigue siendo un misterio, la tradición oral puede ofrecer algunas pistas.
Relatos de los Pauite
Las tribus paiute nativas de la zona cuentan historias de un grupo bárbaro llamado Si-Te-Cah, un grupo que al parecer se trasladó a la zona hace 3.000 años.
Según la mitología Paiute, los Si-Te-Cah empezaron a hacerles la guerra a ellos y a sus vecinos, y además eran pelirrojos.
Los relatos del conquistador español del siglo XVI Pedro Cieza de León parecían corroborar la existencia de un feroz y misterioso grupo de bárbaros pelirrojos.
Recogió una historia en Perú sobre una raza de hombres gigantes que “venían por mar en balsas de juncos a la manera de grandes barcos; algunos de los hombres eran tan altos que de la rodilla para abajo eran tan grandes como la longitud de un hombre normal y corriente“.
Esta historia concuerda con la de los nativos peruanos que atravesaban el lago Titicaca en barcas de juncos tejidos.
Según la leyenda Paiute, las tribus se unieron para luchar contra los Si-Te-Cah. Los persiguieron hasta una cueva, les lanzaron flechas y encendieron un fuego en la entrada.
Algunos de los invasores murieron por las flechas, otros por el fuego y otros asfixiados por el humo. Según cuentan, todos los Si-Te-Cah murieron en esa escaramuza.
Y, efectivamente, hay pruebas arqueológicas de un gran incendio en la entrada de la cueva.
Pero algunos historiadores dan explicaciones diferentes a estas pruebas.
En primer lugar, es posible que los restos de los “gigantes” sólo fueran de personas altas, según un estudio de la Universidad de Nevada que demostró que sólo medían unos dos metros, y no dos o tres metros.
Un libro de historia de Sarah Winnemucca Hopkins, titulado Life Among the Paiutes: Their Wrongs and Claims no menciona a los gigantes, pero sí hace referencia a los bárbaros.
Y los historiadores han señalado que el envejecimiento en condiciones secas y desérticas puede teñir de rojo el pelo oscuro, lo que podría explicar los restos pelirrojos.
Además, la historiadora Adrienne Mayor escribió en su libro Fossil Legends of the First Americans que los empresarios locales podrían haber exagerado el tamaño de los restos humanos para fomentar el turismo en la región.
Sea una historia exagerada o no, algunas tradiciones locales antiguas mencionan a los gigantes y además también existen registros y leyendas de gigantes en otras regiones de América.
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