El reciente resurgimiento de interés en la anomalía del Mar Báltico vuelve a colocar bajo la lupa un hallazgo realizado en 2011 por el equipo sueco Ocean X: una estructura circular de unos 60 metros de diámetro ubicada a casi 90 metros de profundidad. Nuevas declaraciones de los exploradores, acompañadas de datos obtenidos en 2025 mediante perfiladores de subsuelo, sugieren que el objeto no estaría incrustado en el lecho marino, sino separado de este, además de mostrar supuestos efectos electromagnéticos sobre los instrumentos.
Cuando un hallazgo inesperado cambia una expedición
La historia comenzó con una búsqueda rutinaria de naufragios en 2011. Ocean X detectó en sus pantallas una forma circular demasiado perfecta para pasar desapercibida. Desde entonces, la estructura ha generado debates, teorías y una curiosidad que no se apaga. Las declaraciones recientes del equipo afirman que los nuevos datos muestran un espacio entre el objeto y el fondo marino, un detalle que, de confirmarse, cambiaría por completo la interpretación inicial del hallazgo.
Detalles que desconciertan bajo la oscuridad del Báltico
Las nuevas observaciones no se quedan en la forma del objeto. Los exploradores describen superficies que parecen lisas, ángulos rectos y zonas que recuerdan pasillos, elementos que no suelen encontrarse en formaciones naturales de esa profundidad. A esto se suma una diferencia térmica inesperada: mientras la zona mantiene entre 4 y 5 grados Celsius, al acercarse al objeto las mediciones bajaron casi a 0 grados. Los buzos también reportaron un agujero de dos metros del que surgía sedimento de manera rítmica, como si la estructura exhalara lentamente.
Las interferencias electromagnéticas constituyen otro punto llamativo. Fallos en luces, brújulas y robots submarinos ocurrieron justo al pasar sobre la anomalía, y aunque de momento no existen estudios independientes que lo confirmen, para el equipo estas señales son parte de algo que, según dicen, nunca habían experimentado.

La anomalía del Mar Báltico se asemeja a una estructura artificial o a una nave. Crédito de imagen: OceanX
Preguntas que surgen cuando otros barcos aparecen
El relato incorpora además momentos tensos vividos por los exploradores. Aseguran que barcos militares se acercaron en más de una ocasión a la zona, limitando temporalmente sus movimientos. Estos episodios, relatados desde la experiencia del equipo, añaden un aire de incertidumbre que alimenta tanto la cautela como la especulación. Ante estas circunstancias, las hipótesis van desde la posibilidad de una estructura artificial creada por alguna civilización antigua hasta la presencia de tecnología desconocida.
El camino que falta recorrer para comprender lo encontrado
Más allá de lo intrigante que resulta el caso, la ausencia de estudios independientes es evidente. Para avanzar con rigor será imprescindible realizar mapas detallados, análisis de composición, estudios geomagnéticos y una documentación precisa de la zona. El propio equipo Ocean X manifiesta la intención de realizar perforaciones para obtener muestras del interior y resolver dudas que llevan más de una década acumulándose.
En conjunto, la anomalía del Mar Báltico continúa siendo un enigma que invita a mirar el fondo marino con nuevos ojos. Las declaraciones recientes aportan elementos que, de verificarse, podrían abrir vías de investigación en geología marina y arqueología subacuática. Mientras esos estudios no se realicen, el hallazgo seguirá habitando ese espacio donde lo desconocido convive con la posibilidad, manteniendo vivo el interés por descubrir qué se esconde realmente en las profundidades del Báltico.
Pueden ver el siguiente podcast:
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Por: CodigoOculto.com










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