Unos 1.000 años atrás, mucho antes que Colón, otros exploradores vikingos de Groenlandia arribaron a América del norte. Los investigadores pueden afirmar esto basándose en historias escritas por los vikingos y también en un asentamiento, llamado L’Anse aux Meadows, que fue descubierto en el norte de Canadá en 1960.
Pero desde el descubrimiento del primer asentamiento, no se había encontrado nada más. Hasta ahora, que los arqueólogos han encontrado un segundo establecimiento. Y esta vez, utilizando tecnología satelital.
El descubrimiento se produjo el año pasado cuando Sarah Parcack, profesora de la Universidad de Alabama, utilizando imágenes infrarrojas tomadas desde un satélite a 643 kilómetros (400 millas) sobre la Tierra dedicadas al estudio de un sitio en la costa sudoeste de Terranova, según Ralph Blumenthal de The New York Times.
Al analizar estos datos, Parcak marcó numerosos ‘focos’ – áreas en las que pueden haber asentamientos humanos. Sin embargo, un lugar destacaba del resto porque era una gran «mancha oscura» de vegetación que parecía artificial.
Entusiasmado por esta posibilidad, Parcak y su equipo estudiaron el sitio, al que han denominado «punto Rosee».
Utilizando un magnetómetro, que mide las anomalías en el campo magnético de una cierta área, el equipo encontró que la región contiene altos niveles de hierro y señales de metalurgia, por lo cual los vikingos eran muy conocidos.
También encontraron objetos tirados en el sitio datados en la era de Norse utilizando técnicas de radiocarbono, según reporta New York Times. Aunque este descubrimiento aún encierra mucho misterio, el equipo piensa que también podría ser una estructura enterrada bajo el sitio, que conseguirán excavar más adelante durante este año.
Esperemos que, cuando se inicia la excavación, el equipo encuentre diversas reliquias antiguas que nos den más pistas sobre la vida cotidiana de los vikingos – una de las civilizaciones antiguas más populares y discutidas en toda la historia.
0 comentarios