A lo largo de todo un siglo se ha rumorado que en el corazón del desierto del Kalahari yacen los restos de una enorme ciudad antigua. Se ha convertido en una verdadera leyenda, tanto que muchos exploradores han emprendido la aventura en busca de La Ciudad perdida del Kalahari. ¿De verdad existe, o es solo un mito?
Guillermo Farini, el pionero de La Ciudad perdida del Kalahari
La increíble historia de La Ciudad perdida del Kalahari comenzó a finales del siglo XIX de boca de un explorador canadiense llamado Guillermo Farini. Su nombre real era William Leonard Hunt, y fue conocido por muchas personas como quien cruzó las cataratas del Niagara en la cuerda floja.
Farini también fue quien inventó un dispositivo para lanzar a un ser humano desde un cañón, acto mejor conocido como la bala de cañón humana. Es fácil suponer que Farini era un hombre intrépido, con una gran imaginación y mucha audacia. A lo largo de toda su vida, fue inventor, escritor, explorador, agente espía, escultor y pintor.
Guillermo Farini visitó el sur de África en 1800 en busca de diamantes, y con ello se convirtió en uno de los primeros occidentales en cruzar la parte inexplorada del Kalahari. Cuando regresó a Europa, Farini publicó un libro en donde detalló todas sus vivencias por el África. En una de sus historias hizo descripciones de los restos de una enorme ciudad antigua.
Las descripciones de Farini sobre la ciudad perdida
Lo que Farini afirmó haber visto en África era algo completamente inusual y totalmente desconocido hasta el momento. Habló de formaciones rocosas sorprendentes que parecían ser los restos de una antigua ciudad perdida. De hecho, más adelante presentó un artículo en la Royal Geographical Society en donde mostró fotografías tomadas durante su expedición.
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Dichas fotografías se exhibieron públicamente, lo que les dio mayor credibilidad y notoriedad a las increíbles afirmaciones del explorador. Farini describió aquel lugar como una ruina semienterrada en una región solitaria y desolada. Bloques esculpidos rudimentariamente eran prueba suficiente de que las manos humanas habían sido las responsables.
Otros detalles sorprendentes de la ciudad de Farini
Farini se refirió a aquel hallazgo como una ciudad de proporciones colosales hecha de piedras macizas apiladas una sobre las otras. La ciudad fue trazada en un arco y se parecía en parte a la Gran Muralla China después de un terremoto. Una parte de la construcción quedó expuesta, mientras que la otra estaba enterrada bajo la arena.
Cuando se excavó un poco en la arena, se descubrió un pavimento de seis metros de ancho con piedras alargadas colocadas en ángulo recto. Otro pavimento cruzaba el espacio formando una especie de cruz. Como no había marcas ni inscripciones en ningún lugar, Farini estimó que las ruinas tenían miles de años.
En busca de la ciudad perdida del Kalahari
De esta manera nació una de las leyendas más populares en toda Sudáfrica: la leyenda de la ciudad perdida del Kalahari. Muchas personas empezaron a hacer afirmaciones sorprendentes, como que habían visto un barco abandonado o canteras de piedras en algún lugar del desierto. Todo relacionado con una supuesta civilización antigua que había habitado el desierto siglos atrás.
De inmediato comenzaron las investigaciones de parte de aventureros y excursionistas que intentaban hallar la ciudad perdida. A partir del año 1932 se lanzaron unas veinticinco expediciones para encontrar este enigmático lugar. Aviones de reconocimiento sobrevolaron toda la región, pero nadie vio nada.
En vista de que la ciudad perdida no aparecía por ningún lado, A.J. Clement, un dentista de profesión y entusiasta de la ciudad perdida del Kalahari, propuso una nueva teoría en 1964. Por un lado, logró identificar inconsistencias en el relato de Farini, y llegó a la conclusión de que el explorador no se adentró en el sur de África.
Una descripción real de un lugar equivocado
Clement exploró lo que él consideró como la verdadera ruta que Farini había seguido en su viaje de exploración. Allí encontró un conjunto de rocas monumentales, parecidas a paredes. Después de varios análisis, se concluyó que dichas formaciones rocosas eran naturales, y pudieron ser la causa de la confusión en la mente de Farini. La ciudad perdida nunca existió.
Artículo publicado por Luisa Lugo, colaboradora de CodigoOculto.com
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