Un equipo de arqueólogos mexicanos han encontrado el primer templo del «Flayed Lord» (o «Señor Desollado»), un dios de la fertilidad prehispánico representado como la piel de un cadáver humano.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México dijo que el hallazgo histórico se realizó durante las recientes excavaciones de las ruinas indígenas de Popoloca en el estado de Puebla.
Además, el INAH dijo que los expertos encontraron dos tallas de piedra con forma de calavera y un tronco de piedra que representa al dios Xipe Tótec. Tenía una mano extra colgando de un brazo, sugiriendo que el dios estaba usando la piel de una víctima sacrificial.
La arqueóloga Noemí Castillo, muestra una de las esculturas localizadas. Crédito: Melitón Tapia / INAH.
Los sacerdotes adoraban a Xipe Totec despellejando a las víctimas y luego poniéndose sus pieles.
Los «popolocas», un grupo étnico de México que habitan en el valle de Tehuacán, construyeron el templo entre el 1000 y 1260 d.C. y más tarde fueron conquistados por los aztecas.
Torso esculpido de la deidad conocida como Xipe Tótec. Foto: Melitón Tapia / INAH
Un templo completo al dios
Las representaciones del dios se habían encontrado antes en otras culturas, pero no en un templo entero.
Dos altares de sacrificio, tres esculturas de piedra y varios elementos arquitectónicos fueron descubiertos en un sótano piramidal de la Zona Arqueológica de Ndachjian-Tehuacán, en Puebla.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México dijo que «confirma que esta antigua ciudad protege el primer templo dedicado a esta deidad hasta ahora descubierto en el país».
Zona arqueológica de Ndachjian–Tehuacán, en Puebla. Crédito: Melitón Tapia / INAH.
La influencia de este antiguo dios en la fertilidad, la regeneración de los ciclos agrícolas y la guerra, fue reconocida por numerosas culturas del oeste, centro y golfo de México.
Los investigadores teorizan que, si bien las dos obras representan un despellejamiento, habrían sido producidas por diferentes artesanos dados los contrastes en sus características y las mínimas diferencias de tamaño.
Fueron tallados en piedra volcánica (posiblemente riolita) que es ajena a la región.
Se cree que aunque fueron material importado, se tallaron in situ, ya que no muestran daños que podrían haber sufrido durante su traslado, teniendo en cuenta los escasos medios de transporte de la época.
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