Un cráneo de 13 millones de años de antigüedad hallado en Kenia responde a interrogantes sobre los orígenes de la especie humana.
Científicos del Turkana Basin Institute de Kenia y del Anza College, en Estados Unidos, han descubierto en el yacimiento del lago Turkana a «Alesi», un cráneo completo que podría arrojar luz sobre el antepasado común de los actuales simios y humanos. Los restos, del tamaño de un limón, corresponden a una cría, de apenas un año y cuatro meses, de una especie recién bautizada que vivió hace 13 millones de años. Su nombre es «Nyanzapithecus alesi» y hace honor a la palabra «ales» que en turkano significa ancestro. El hallazgo se publicó ayer en la revista Nature.
«Nyanzapithecus alesi formaba parte de un grupo de primates que existió en África durante 10 millones de años», ha explicado Isaiah Nengo, investigador en la Universidad Stony Brook y primer autor del estudio. «Lo que muestra su descubrimiento es que este grupo estaba muy cerca del origen de los humanos y los simios actuales, y que este origen es africano».
El enigma de los ancestros
Entre todos los primates actuales, los humanos están más emparentados con los simios, que incluyen a chimpancés, gorilas, oranguntanes y gibones. Los fósiles muestran con claridad cómo hace siete millones de años, todos estos animales tenían un ancestro común, y cómo unos y otros evolucionaron desde entonces.
Sin embargo, los científicos saben poco sobre la evolución anterior de los ancestros de simios y humanos. ¿Qué pasó hace diez millones de años? Los fósiles que podrían explicarlo son muy escasos y apenas consisten en un puñado de dientes aislados y en pequeños fragmentos de mandíbulas. Por eso, por ejemplo, nunca se ha podido responder a la pregunta de si los ancestros de simios y humanos se originaron en África, o qué aspecto tenían. ¿Se parecían a los gibones? ¿O a animales mayores y más robustos?
Esta incertidumbre podría llegar a su fin, gracias a esta nueva investigación. Un cráneo fósil de simio del tamaño de un limón, el más completo hasta ahora de un simio extinto, y al que los investigadores han bautizado como Alesi, está llamado a ayudar a cerrar ese hueco crucial en la historia de los primates.
La historia de Alesi comienza en 2014, cuando fue hallado por un cazador de fósiles llamado John Ekusi. El pequeño estaba en el interior de una capa de sedimentos de 13 millones de años de antigüedad, situada en una región muy especial: en las cercanías de la zona de Napudet, una región situada al oeste del Lago Turkana, (al norte de Kenia), y famosa por haber brindado a los científicos innumerables fósiles con los que reconstruir los primeros pasos de la historia de la especie humana.
Enterrado por un volcán
«La zona de Napudet nos permite echar un vistazo único a un paisaje africano de hace 13 millones de años», ha explicado Craig S. Feibel, investigador de la Universidad Rutgers (Estados Unidos). «Un volcán próximo enterró el bosque donde vivía el pequeño simio, preservando los fósiles y muchos árboles. También nos proporcionó muchos minerales volcánicos cruciales para datar el fósil», ha añadido.
Aunque muchos de los interesantes rasgos de Alesi son visibles a simple vista, los investigadores lo han analizado también a través de una técnica de reconstrucción en tres dimensiones de altísima calidad y que es similar a una radiografía, en gran detalle. Estas pruebas se han realizado en el sofisticado Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotrón de Grenoble, Francia.
Gracias a esto, han comprobado que el cráneo de Alesi es realmente extraordinario. «Fuimos capaces de reconstruir la cavidad cerebral, el oído interno y los dientes adultos, aún no emergidos, incluso con las líneas de crecimiento diarias», ha dicho Paul Tafforeau, investigador del laboratorio europeo. «La calidad de las imágenes era tan buena que averiguamos, gracias a los dientes, que la cría tenía un año y cuatro meses cuando murió».
Los dientes de una cría
Los dientes también han revelado otra información muy importante. Este pequeño simio pertenecía a una especie desconocida hasta ahora, y que los científicos han bautizado con el nombre de Nyanzapithecus alesi. «Hasta ahora, todas las especies del género «Nyanzapithecus eran conocida solo por sus dientes, y había muchos interrogantes abiertos sobre si eran simios o no», ha dicho John Fleagle, investigador de la Universidad Stony Brook. «Lo que aquí resulta crucial es que el cráneo tenía los canales óseos de los oídos totalmente desarrollados. Esto es un importante rasgo que vincula a este ejemplar con los simios actuales», ha resumido Ellen Miller, investigadora en la Universidad Wake Forest (Estados Unidos).
El cráneo de Alesi llama la atención por lo pequeño que es su hocico y por lo similar que resulta al de un gibón. Pero Alesi estaba emparentado con los simios actuales. Sus canales auditivos muestran que no se movía tan rápido como los gibones. Sus cautelosos movimientos le hicieron avanzar hacia la evolución de humanos y simios.
El hallazgo ha sido publicado en la revista Nature.
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