La sonda espacial se encuentra cerca del límite de la heliosfera y a punto de comenzar a explorar el espacio interestelar.
La Voyager 2 es la hermana gemela de la Voyager 1. Ambas sondas fueron lanzadas en 1977 para explorar el medio ambiente del Sistema Solar, los planetas y demás cuerpos celestes. Esta exploración también incluye la búsqueda de vida extraterrestre, evidentemente.
Ambas Voyager, 1 y 2, son los instrumentos artificiales que han llegado más lejos en el espacio exterior. Son famosas por llevar consigo los Discos de Oro, discos de gramófono con información grabada, por si seres extraterrestres entran en contacto con las Voyager.
Aspectos destacados de las misiones Voyager
La misión original de la Voyager 1 era visitar Júpiter y Saturno, fotografiando decenas de miles de imágenes que permitieron analizar la atmósfera, el campo magnético y la radiación de los gigantes gaseosos y sus satélites naturales. Un ejemplo destacado es el descubrimiento de la atmósfera del satélite Titán de Saturno, en 1980.
La Voyager 2 hizo descubrimientos aun más sorprendentes: de Júpiter descubrió que emitía mayor energía que la recibida por el Sol y del satélite Europa reveló que tenía una cubierta de hielo y un océano interior. También reveló indicios de océanos en Urano.
Ya en 2009 ambas sondas cruzan uno de los últimos bordes de la heliosfera, que sería la gigantesca «burbuja» formada por el campo magnético del Sol.
El avance hacia el espacio interestelar de Voyager 2, con mayor radiación cósmica
Voyager 2 actualmente se encuentra más o menos a 17.7 billones de kilómetros de la Tierra, llegando a los límites de la heliosfera. Específicamente se encuentra en la denominada heliofunda, que sería un punto intermedio antes del final de la heliosfera, donde hay una acumulación de vientos solares. Este lugar es peligroso debido a las turbulencias creadas por los vientos solares.
Para los astrofísicos, una de las señales para detallar el avance de la sonda es la tasa de radiación cósmica en el área. La radiación cósmica son partículas subatómicas energizadas que viajan por el espacio en forma de rayo a gran velocidad. Los campos magnéticos de estrellas y planetas bloquean estos «rayos cósmicos».
A finales de agosto de 2018, Voyager 2 informó que la tasa de radiación cósmica había aumentado en un 5%, indicando que era un área donde ya comenzaba a reducirse la influencia del campo magnético solar. Tal aumento fue medido con el instrumento Subsistema de Rayos Cósmicos que se encuentra en la sonda.
Ed Stone, astrofísico del proyecto de Voyager, dijo:
Estamos viendo un cambio en el entorno alrededor de la Voyager 2, no hay duda de eso (…) Vamos a aprender mucho en los próximos meses, pero aún no sabemos cuándo llegaremos a la heliopausa. Todavía no hemos llegado a eso, eso es algo que puedo decir con confianza”.
Luego de pasar esa heliopausa, la Voyager 2 ya estaría fuera de la influencia del campo magnético del Sol. Sería el inicio de su viaje interestelar, ya comenzando su transición hacia los dominios de otra estrella.
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