Hay que reconocerlo, esta es una pregunta un poco difícil de responder, sin embargo investigaciones realizadas han brindado detalles al respecto. ¿Qué ocurriría si el cerebro funcionara al 100%?
¿Qué es el cerebro humano? ¿Una antena para la percepción de este mundo? ¿Un complejo mecanismo bioquímico que acumula una enorme energía para crear información? ¿Un agregador que permite que el alma interactúe con el mundo físico? Hay muchas versiones e hipótesis. La ciencia moderna nos permite comprender solo parcialmente las capacidades de nuestro cerebro y determinar los límites de sus funciones.
De hecho, se clasifican los desarrollos más interesantes en esta dirección. El hecho es que es extremadamente difícil estudiar el cerebro durante la vida de una persona. Pocas personas aceptarán influenciarlo con varias drogas, y de alguna manera no es humano. Teniendo en cuenta que el resultado para los sujetos puede ser muy diferente, a menudo estos estudios se clasifican estrictamente.
¿Poderes extraordinarios liberados?
En la década de 1930, los experimentos más atrevidos con personas vivas se llevaron a cabo en laboratorios de Alemania y Japón. Gracias a este enfoque monstruoso, se hicieron importantes descubrimientos. Por ejemplo, de los documentos de los neurocirujanos alemanes se deduce que el cerebro humano contiene áreas que no se utilizan durante la vida. Admiten la posibilidad de que cuando se “enciendan” estas áreas, superpoderes como la levitación, la teletransportación, la regeneración instantánea, la interacción con materias físicas y astrales, la conexión con la noosfera, la lectura de la mente a distancia, el control de objetos, la absorción de enormes cantidades de el conocimiento y muchas otras propiedades impensables pueden ser revelados.
Ahora se ha demostrado que el cerebro humano funciona al 20-25% de su máximo. Anteriormente se pensaba que era del 10%, pero en 2019, neurofisiólogos y psicólogos estadounidenses, japoneses y australianos llegaron a la conclusión de que, al fin y al cabo, no es así. Digamos que los estudios son correctos y el cerebro humano realmente funciona al 25%, pero ¿cuál es el 75% restante? La ciencia oficial aún no tiene respuesta a esta pregunta.
El cerebro al momento de morir
Sin embargo, en China en 2017, se estudió el cerebro en el momento de la muerte de un psíquico con una enfermedad terminal. Resultó que inmediatamente antes de la muerte física del cuerpo, su cerebro comenzó a producir 5.000 veces más energía que durante la vida. Este salto es difícil de explicar, pero en esos segundos el cuerpo del moribundo trabajaba a una velocidad extrema de vida. Científicos chinos han calculado que en ese momento, la energía liberada por el cerebro de una persona sería suficiente para alimentar los cuatro distritos más grandes de Shanghái. Al mismo tiempo, las funciones cerebrales se apagaron una por una. Los centros visuales y auditivos fueron los primeros en dejar de funcionar, seguidos por los centros motores y del habla y luego se extinguió la provisión de los órganos internos.
Los científicos creen que en ese momento el componente de información energética del cuerpo (alguien lo llama el alma) fue a la noosfera. Hipotéticamente, tal explicación puede explicar la activación de partes del cerebro que no se usaron durante la vida y el aumento de la productividad del órgano. Pero, ¿existe una noosfera teórica? No se conoce un solo esotérico o psíquico que usaría la noosfera. Como regla, lo dicen en serio, pero cuando llega el momento de verificarlo de alguna manera, todos los superpoderes se evaporan en alguna parte.
Sin embargo, esto no cambia el hecho de que el cerebro humano funciona solo una cuarta parte. ¿Y qué sucederá si algún niño increíblemente superdotado trabajara al 50 o al 100 %? Una pregunta interesante, cuya respuesta intentaron dar algunos científicos.
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Cerebro al 100%… ¿Superhumanos?
“Con el 40% de la capacidad de trabajo del cerebro, una persona podría regenerar rápidamente el daño a cualquier tejido del cuerpo.
Al 50%, las habilidades psíquicas comenzarían a aparecer. Telequinesis, telepatía, sueños del futuro, levitación. No se podían usar, pero de vez en cuando se encendían involuntariamente.
Al 60%, la memoria de una persona podría funcionar a un nivel extremo. Bastaría conectar el cerebro de Internet con la ayuda de sensores especiales y, de hecho, comenzaría la descarga de información y su memorización. En un futuro lejano, las personas dormirán con un dispositivo de este tipo y el cerebro recordará la información que necesita antes de algún evento importante. Duermes y el cerebro recuerda convenientemente todo lo que necesitas.
Al 70-80%, las habilidades psíquicas alcanzarían un nivel notable. Una persona podría controlar materias, elementos y lo que solíamos llamar magia. Existe la hipótesis de que en la antigüedad los primeros extraterrestres que llegaron a la Tierra desde un planeta destruido poseían estas propiedades. Pero debido a otras condiciones de vida, el cerebro se ha degradado y muchas funciones se han desvanecido.
Al 90%, una persona podría destruir y recolectar objetos con la ayuda de una corriente de partículas elementales. Es probable que con tal nivel de carga de trabajo cerebral, la esencia energética e informativa de una persona, un cuerpo físico, ya no sea necesario.
Al 100% – absoluto. Una mente pura ideal absorbiendo el conocimiento acumulado por miles de millones de civilizaciones de este y otros mundos. Conquista completa de todos los asuntos. Ausencia total de necesidades. Independencia del espacio y el tiempo. Una persona puede convertirse simultáneamente en una partícula elemental, en una galaxia entera o en un cúmulo de galaxias.
Esto es lo que Stanley Kubrick ha querido expresar simbólicamente en la escena final de su película Odisea del espacio 2000″.
Estamos de acuerdo en que tales teorías son muy superficiales e infundadas. Sin embargo, los mismos científicos no se detuvieron allí y continuaron su investigación. Llegaron a la conclusión de que el cerebro humano funciona solo en un 20-25% debido al hecho de que los procesos de pensamiento ya consumen hasta un 40% de la energía del cuerpo. Con el desarrollo del cerebro y un aumento en su funcionalidad, el cuerpo físico ya se habrá agotado en un 50% de la capacidad de trabajo del órgano desde el máximo. Por lo que nuestro cuerpo no es apto para el desarrollo de la magia y otras habilidades extrasensoriales.
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Varias docenas de institutos científicos se dedican al estudio del cerebro humano hoy en día en el mundo. Se están estudiando la masa, la forma, la estructura y las funciones cerebrales de muchas personas, tanto muertas como vivas, tanto gente común como genios. Hay muy poco progreso real en estos estudios y en la comprensión del funcionamiento del cerebro. Y esto es comprensible.
Todos los humanos tenemos un canal divino que nos conecta con el mundo divino. Este es un canal de energía delgado, casi invisible, que emerge de la parte superior de la cabeza. A través de este canal, somos observados y tratan de ayudarnos en el desarrollo evolutivo, participando en nuestro desarrollo espiritual y creativo.
Solo aquellos con almas altamente desarrolladas pueden intercambiar pensamientos, conectarse a la capa de información del planeta e incluso llegar a realizar fenómenos que parecen imposibles, como la telequinesis e incluso la teletransportación.
Lamentablemente, parece que nunca comprenderemos todos estos fenómenos, al menos no en esta vida. O quizá simplemente no estemos diseñados para soportar un cerebro funcionando al 100%, al menos no todos podríamos.
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Tema fascinante, tengo muchísimo para decir, pero a veces creo que escribo demasiado y a las apuradas como hoy mas temprano que dejé un montón de horrores ortográficos.
Veré para donde van los comentarios, y si nadie se anima vuelvo mas tarde.
: )
Hola María, siempre es un gusto leer tus interesantes comentarios. Un saludo.
Quizá la cuestión no es cuánto usamos del cerebro, sino cuán conscientes somos de nuestro potencial. En dos oportunidades caminé descalzo sobre senderos de brasas de varios metros de longitud, en ceremonias chamánicas; en mi casa, cuando caía brasa de la estufa y la agarraba para volverla a su lugar, me quemaba los dedos. Un día me pregunté porqué en casa me quemaba y en aquellas ocasiones no me pasó; mi conclusión fue “cuando estoy con la estufa tengo miedo de quemarme, algo que en las ceremonias no tuve”. Luego apliqué ese estado de consciencia al recoger las brasas de la estufa y comprobé que si no estoy distraído temiendo no me quemo. Creo que debemos estudiar ese potencial de la consciencia, lo que probablemente nos lleve a emplear mejor las capacidades del cerebro.
Jesús decía “si tuvieres fé como un grano de mostaza, harías cosas mayores que las que yo hice”; la fé no se trata de creer en dioses, se trata de tener absoluta convicción en el resultado.
Ahí vamos, mientras se encienden los servidores porque aunque hoy sea el día del trabajador algunas igual trabajamos.
Dicho esto, Felicidades a todos los que trabajan honestamente!.
PRIMERA parte.
La forma elemental de conocimiento son los datos individuales, luego convertidos en información enriquecen los procesos activos sean cuales fueran éstos.
Esos datos surgen de la realidad, no de su interpretación aleatoria y subjetiva de la percepción, sino de lo fáctico, cada dato se produce en lo que “es”, en una porción de la universalidad.
El cerebro humano captura esos datos de su entorno y los procesa, a veces los reconvierte y acumula, interpreta y sintetiza, es la causal de los procesos de información cerebrales, es decir la propia existencia le entrega las herramientas, los datos, para seguir evolucionando, o no.
El cerebro humano actúa de forma similar a la de un procesador central, y aclaro esto porque no solo hay neuronas en el cerebro, también las hay en el corazón y la médula espinal.
Como las computadoras, el cerebro concentra, aunque no siempre, toda la información; cualquiera ha visto por dentro una computadora, cada parte posee sus propios operadores lógicos que realizan una actividad determinada, el cuerpo humano es igual, tal vez la computación fuera el paradigma del cómo “piensa” el cuerpo humano.
A pesar que durante años se insistió en que la computación actual es “boba” y se vislumbra el evento de la inteligencia artificial, lo cierto es que cada proceso individual en una o en otra son iguales, la inteligencia artificial estará sin duda mas cerca de “lo humano” que de la computación y es un hecho en la operación autónoma de dispositivos, vehículos y aeronaves actuales.
Pero su proximidad a la forma de procesamiento del cerebro humano está todavía lejana, y esto es porque el ser humano toma decisiones en función de lo emocional, lo afectivo, el temor, el odio, la conciencia de la vida y la seguridad de su conclusión.
El cerebro como las computadoras alcanzan su eficiencia en función al cómo se constituyen sus dispositivos, para el cerebro la alimentación y para la computación la calidad tecnológica.
Ambos alcanzan la “madurez” gracias a un caudal constante de datos de calidad, variados, procesables ordenadamente y carentes de trucos y artimañas que entorpezcan su operación, para el cerebro las malas influencias y para la computación los virus informáticos.
Un buen amigo, del cual voy a hablar después, me enseñó cómo el cerebro humano, hasta el mas duro de roer puede tener la capacidad de predecir el futuro, hicimos una prueba práctica y funcionó tal cual.
La idea era leer todas las noticias todos los días de todos los medios y con ello establecer patrones de información mental que a una causa le correspondería su correspondiente efecto, “las palabras acumuladas le hablan al cerebro” dice él y es así, algunos lo llaman intuición, otros precognición, otros adivinación, pero en realidad es información procesada y bien nutrida de datos de todas las corrientes y fuentes.
El asunto surgió porque allá hace años publicó en un periódico de la Patagonia que el Presidente de Argentina visitaría la región en breve, y le puso fecha, lo que causó todo un revuelo que incluso le llegó al propietario del periódico, ¿Cómo era posible que el medio supiera de un viaje confidencial del Presidente?.
La explicación fue larga y vino a dar con muchos ejemplos en relación al cómo se entendía el conocimiento individual respecto de cada tema en particular.
Lo mismo hacen las computadoras, algunas incluso sin capaces sin mucho esfuerzo de romper cortafuegos de otros equipos, poder de procesamiento que le dicen, que es igual a aquello de que algunas personas en condiciones especiales son capaces de levantar vehículos para salvar a un ser querido o romper con la mano un vidrio blindado sin dañarse para socorrer a alguien en peligro, hay muchos ejemplos de ello.
El núcleo de procesamiento cerebral tiene mucho que ver con la calidad del procesador de tu computadora, si es mejor tu eres mejor, pero tienes que ser mejor en realidad y no solo parecerlo, si usas tu cerebro para hacer cosas buenas entonces es probable que tu cerebro sea mas poderoso por simple empatía con tu cuerpo, si haces lo contrario lo vemos todos los días en todas partes cuando vemos a una persona malvada verse cada día mas deteriorada físicamente, mas fea.
La tendencia de los datos en las computadoras es muy similar a las del cerebro, recuerdan lo reciente y guardan lo pasado, se puede recuperar claro, pero cuanto mas tiempo pase mas complicado es, esto es porque cada uno con cada cerebro y cada computadora con cada procesador vive el ahora, es decir necesita existir en el presente y estar saludable en el presente para poder evolucionar y permanecer en el futuro, entonces lo pasado normalmente pierde sintonía con las necesidades actuales.
Es probable que el cerebro humano funcione tal cual una computadora que puede recordar todo en todo momento y tenerlo siempre presente, eso es una supercomputadora capaz de elaborar los mas complejos algoritmos y determinar las mas complicadas variables para lo que necesita de toda la información precedente y por supuesto todos sus datos; si esto fuera un cerebro humano estaríamos en el orden de la genialidad no solo por el volumen sino además por la capacidad de razonar ese volumen y entregar elementos de decisión prácticos, tangibles y realizables, como por ejemplo los cálculos para poder llegar a la Luna que las mujeres de la NASA hacían mentalmente mientras las computadoras a bordo estaban atoradas.
Tal vez la pregunta de la nota tiene que ver con “un” cerebro humano, pero si lo ponemos de lado y lo consideramos como “el” cerebro es probable que ya tengamos entre nosotros todas estas condiciones que por la individualidad de percepción no las estemos viendo.
Me refiero a que en el año 2017 este buen amigo mío capturó la capacidad de procesamiento de “la” internet en un ejercicio de 24 horas con un algoritmo de entrelazamiento digital compartido, algunas de las preguntas fueron: ¿Qué va a pasar con el dólar en Japón mañana a las 03:40? y cosas así, las respuestas fueron exactas, todas, un 100% de ellas, lo que dio origen a una serie de dispositivos y tecnologías nuevas hoy avanzadas décadas.
Imaginemos esto en relación a “los” cerebros humanos, a los de toda la humanidad, “el” cerebro de la humanidad es capaz de percibir lo sutil como oler colores, individualizar un rostro entre millones, componer las más extremas melodías, leer la mente de los seres amados día a día, transponer las fronteras del tiempo y el espacio en aquellos que son capaces de encontrar personas extraviadas, transponer las barreras de nuestra realidad para aquellos que pueden comunicarse con quienes ya no están, entender y comunicarse con las personas no humanas y eso es a diario con nuestras mascotas, transformar la realidad tan solo con pensarlo y realizarlo en nuevos inventos y desarrollos en todas las disciplinas, e incluso curar heridas desde los conocimientos ancestrales y convertirse en canal de valoración de especies como las plantas para poder aprovechar sus beneficios curativos.
El asunto es que esas y muchas otras cosas existen hoy en día esparcidas como un cúmulo de chispas en una habitación oscura, pero todas vienen “del” cerebro humano, no hay duda de ello.
Necesitamos poder comprender el por qué no podemos como humanidad transitar un camino compartido con una intención de evolución conjunta, y tal vez allí estará el modelo de funcionamiento del cómo, valga la comparación, un enorme galpón gélido en medio de la nada lleno de computadoras es capaz de minar criptomonedas y producir dinero aparentemente de la nada.
El día que algo así pasa es probable que “cada” cerebro de cada ser humano sea capaz de las mismas asombrosas capacidades, mientras tanto detente un segundo a mirar de cerca la pantalla de tu computador, está lleno de puntitos que de muy cerca pierden el sentido, dicen nada, pero si te vas alejando vas viendo como estas palabras cobran dimensión.
Y ya se activó todo acá, así que nos vemos la próxima.
Y sigo brevemente.
SEGUNDA parte.
Todos habrán escuchado y tal vez experimentado los acercamientos de los conocimientos ancestrales a la “divinidad” por darle algún nombre, conocimiento universal, omnipresencia, levitación, entendimiento de la naturaleza y su interacción con el ser humano.
De ellos hay muchos, los mas conocidos y mencionados son los santos en la iglesia católica, los iluminados en el budismo, los patriarcas en el judaísmo hebraico, pero hay mas y a veces están perdidos en cerros y valles, espesas selvas o expectantes esperándonos en pleno desierto abrasador.
Una coincidencia siempre presente habla de diferentes, para cada uno, formas de “reencarnación” para decirlo de manera que se entienda.
El legado hereditario de la humanidad en esos nichos de sabiduría, a veces individuales, a veces colectivos, pero siempre reducidos y de diferentes formas aislados de la sociedad del consumismo y las luchas intestinas de poder.
En estos representantes de la “divinidad” juega un papel fundamental sus cerebros, no tanto por el cómo lo usan, sino por convertirse en un canal a través del cual fluyen las energías del cuerpo y el “todo”.
Supondremos que cada uno de ellos, seres humanos y colectivos, llegó hasta allí por un proceso evolutivo capaz de incrementar gradualmente sus capacidades cerebrales, ya en su vida única, ya en sus sucesivas reencarnaciones.
La pregunta es ¿Por qué solo ellos?, está claro que los privilegios en la raza humana no existen desde la cuna, llegamos desnudos y nos vamos tal cual, no se trata esto de cuánto dinero se tenga o si “aparecimos” en el primero o tercer mundo, se trata de algo más.
Una “persistencia” tal vez de lo espiritual en un curso determinado que lleva indefectiblemente a encajar con un individuo o un colectivo y su evolución, tanto en una vida como en muchas.
El aislamiento parece ayudar, igual que la alimentación y la percepción de la realidad o el como se usan los sentidos, pero en realidad existen denominadores comunes: la carne del cuerpo es la misma carne y las neuronas del cerebro son las mismas para todos los casos, no importa si estás adentro o si estás afuera.
¿Me siguen?, alguien que empezó siendo un grillo y terminó muchas vidas después levitando frente a un par de científicos aterrados que no podían creer lo que estaban viendo allá por 1909, tiene un uso de su cerebro mas evolucionado que el pobre pibe que se droga con heroína en la ribera de la ría de Bilbao de día y a la vista de todos.
También lo tiene el Chamán que de camino a Irlanda supo llamar para que lo siguieran a los Cuervos de la Torre de Londres en 2001 para terror de sus cuidadores, que aquel loco desfigurado lleno de odio que portando se carnet de abogado se dedicaba a asesinar a tiros a los perros vagabundos en cada ciudad de la Patagonia que visitaba.
Y también lo tienen las Hijas del Sol, vírgenes inmaculadas algunas de tan solo 11 años y otras ya nonagenarias que danzan desafiando al desierto y a los ortodoxos del Islam y son capaces de producir viento, remolinos en las arenas y visiones mas propias de La Lámpara Mágica, que aquellas mujeres que descartan a sus hijos recién nacidos en los contenedores de residuos.
¿Cuál es la diferencia entonces, si la “carne” es la misma?, ¿Será que esas reencarnaciones son para cada uno de ellos una síntesis de “poderes” que se manifiestan acumulativamente en cada nueva existencia?.
Si es así, es probable que la respuesta a la pregunta de lo que podría hacer nuestro cerebro si operara a full, es “todo”.
Aún, seguirán existiendo esas individualidades y colectivos capaces de ese “todo”, o al menos de las partes que lo componen, pero es probable que para que el ser humano disponga como raza, como humanidad, de esa capacidad, será necesario que evolucione como tal.
Esto es, que la “reencarnación” de la raza humana sea la de todos sus miembros, juntos, siempre subiendo un escalón, asunto bastante difícil si me preguntan por los egos, envidias y otras yerbas.
Tal vez quienes “pueden hacerlo”, usar sus cerebros un poco mas que el resto, estén allí como modelos, enseñanzas de lo que espera a la humanidad si se llega a poner de acuerdo y es consistente, generación tras generación en el cómo con-VIVIR, sabiendo que el legado será fructífero y la herencia valiosa en el sentido de la propia humanidad y su trascendencia.
Así, “un” cerebro de “alguien” puede evolucionar hasta niveles asombrosos en lo individual, pero para que ello le ocurra a la humanidad como una constante es una tarea conjunta, de todos en coincidencia voluntaria, y tal vez es por eso mismo que solo seguimos usando un porcentaje mínimo, tratando de pasar el día, sin mirarnos a los ojos y volteando la mirada cuando vemos a alguien obeso, feo, pobre, rengo, sucio o de piel diferente.
¿Hace cuánto que no te miras a los ojos a ti mismo en el espejo, y te preguntas “para qué estoy acá”?.
Después vuelvo. : )
Y ya estoy saliendo del trabajo después de 11 horas, tengo que trabajar menos pero me cuesta hacerlo, y me voy cerrando los pensamientos sobre esta nota.
TERCERA, última, parte.
Ustedes, todos ustedes sabrán que cuando alguna persona le gusta otra busca estar cerca de ella, sea o no correspondida, ni hablar si lo es y esto se debe a que los rigores de nuestras sensaciones controlados consciente y inconscientemente por nuestro cerebro nos impulsan a la proximidad física, al cuerpo a cuerpo, piel a piel, ya sea para tomar un café o para otras cosillas con las que la vida, y nuestro cerebro, nos gratifica en favor de la reproducción de la raza humana y por ende, planificado “concienzudamente” por nuestro cerebro, la supervivencia de la humanidad.
Ni imaginar si no habría mas nacimientos producto de la cópula y el orgasmo, nuestros cerebros se volverían locos buscando la forma de “hacer nuevos cerebros”, de reproducirse como materia gris en la materia gris de los nuevos.
No, no voy a preguntarme si los cerebros son una especie de virus auto replicantes que usan a los cuerpos de los humanos para conservar su progenie, pero sería toda una pregunta.
Voy por el otro lado de la barda de ligustros con espinas que algunas personas locas ponen en los linderos de sus propiedades para no ser molestados, los que ocasionalmente en lugar de rasgar la ropa de sus vecinos lo hacen con sus propios hijos, mala elección.
Algo que las personas no se dan cuenta es que cuando una detesta a otra persona, su cerebro también la impulsa a estar cerca de ella físicamente, no para “amarla” sino para hacerle daño, busca la proximidad comandada a sabiendas o sin saberlo por su propio cerebro para poder hacerle el mal, perjudicarla de las formas mas abyectas, conseguir información sobre ella para encontrarle el pelo en la sopa y toda esa lista de pequeñas y grandes porquerías que la humanidad se hacen entre sí desde allí el fondo de los tiempos.
Imaginando el cómo funciona el cerebro en modo pausa, que en realidad nunca lo tiene porque cuando duerme la persona el cerebro funciona más, ya reparándose, ya acomodando su información, intuimos el cómo procede frente a la aproximación física buena y frente a la otra.
El cerebro funciona en el amor, el verdadero y no el otro de te veo a la noche y después te olvido, con delicadeza, educación, buenas intenciones, calidad, claridad y por sobre todo concentrando y canalizando la información “limpia” que nos hace humanos.
Y funciona en el odio, el verdadero odio y no ese de te puteo si mee pones la música alta o me tiras la basura en el frente de mi casa, el odio de la negación y la búsqueda de la no existencia del otro, con el mismo proceso de concentración y canalización de todo lo malo que el ser humano guarda dentro de sí, las formas mas crueles y salvajes, dolorosas e impiadosas que la humanidad pueda ejecutar, por supuesto la peor de todas es el asesinato por mano propia, algo que marca a la persona y por supuesto a su cerebro de formas que es imposible reparar, pues después de cometerlo “todo está bien” ese cerebro acepta que el hecho es una pieza mas del rompecabezas de la vida y hasta se permite diseñar nuevos circuitos para volver a cometerlo.
Asunto que le dicen de los asesinos seriales, o de aquellos que envenenan o asesinan a golpes a sus mascotas o a las mascotas de otros como adelante para hacerlo con otra persona, asunto estudiado clínica y psicológicamente desde hace mucho.
Llevemos el amor y el odio de los cerebros a un escenario mayor, el de la humanidad, el efecto sumatorio del proceso condiciona los patrones de pensamiento del conjunto, las divergencias colectivas y las tendencias evolutivas e involutivas del cerebro individual desde el “cerebro” colectivo.
Así tenemos pibes que con acceso a armas se “divierten” como en un video juego asesinando a sus compañeros de escuela luego de recibir la programación adecuada que los gobiernos omiten, a sabiendas o no, controlar y reprimir como se debe.
También tenemos a los ascetas religiosas que en sus colectividades aisladas evolucionan hasta el punto de transmitir en conjunto al visitante una paz inesperada.
Ambas posiciones y su ranking de realidad, sus acciones en la vida práctica de la humanidad le dan su entidad a los “cerebros” colectivos, pero por sobre todo condicionan al cerebro individual de sus miembros, estancándolo en el caso del odio y elevándolo en el caso del amor.
Cualquiera de nosotros puede mirar el mundo hoy en su pantalla y darse cuenta para dónde cae la balanza, no es para el amor, aunque sí hay nichos aislados del mismo.
Yo no soy una genia ni mucho menos, aprendo fácil eso sí, y tengo personas que son mucho mas sabias que yo a mi alrededor, la humildad en entender al otro y evaluar sus ideas nos hace mas inteligentes y no siempre una comparte lo del otro pero si logra evadir sus egos puede llegar a darle entidad y valor a esas experiencias ajenas.
Lo digo porque mi amigo, del cual ya hablé, me enseñó estás y otras cosas, pero no a mí solamente y no como las mentes sucias que siempre hay podrían pensar, lo hizo de formas sutiles y casi mágicas, tal y como parecen funcionar los cerebros de los humanos.
Habíamos quedado en una reunión importante de saco y corbata con uno de esos carcamanes duros y caricúlicos que siempre tiene la vida, por la vida misma de cada uno que es una pena, en Buenos Aires, no para pedir, no para dar, sino para acordar en una negociación pesada de esas en las que se juegan claramente las cartas mas grandes de uno y otro.
Fui a buscar a mi amigo a Ezeiza, no porque viniera de afuera, sino porque allí tiene residencia el avión privado de su organización, mucha pompa innecesaria para mi caso, pero íbamos por la ruta 3 vehículos cuando a mitad de camino y en medio de la nada nos hizo parar a un costado de la ruta.
Hombre trajeado, medio informal, seguro elegante, se bajo y caminó 30 metros para levantar un pequeño, peludo, mugriento y oloroso cachorro que no podía subir por el borde la cuneta, acurrucó en sus brazos a esa bolsa de pulgas y se subió de nuevo al vehículo.
Ni les voy a contar los bocinazos, puteadas y resto de sinfines de rezos porteños mal traídos que nos ligamos, pero allí fuimos siguiendo camino para el microcentro.
Por su entidad, cuando llegamos al edificio, último piso donde se ve todo de arriba y la gente normalmente piensa, o al menos sus cerebros lo hacen, que allí “vive dios” y que “todo lo puede”, la secretaria del carcamán hizo como una mueca como para atajar a mi amigo que venía con su cachorro maloliente, algo como “acá no se permiten…” a lo que se le puso al lado una de las chicas de custodia, mas parecidas a la versión femenina de Hulk pero bien linda no les voy a mentir,
Y es que mi amigo es un tipo muy especial, en público hace lo que quiere pero en entrecasa es un pan dulce que se la pasa atendiendo a los otros, aparte de cocinar muy bien por obra y gracia de años de “quemar sartenes” como él dice.
El carcamán nos recibió con una especie de mueca torcida, medio agorera, medio “se van de acá, están locos ustedes”, por el cachorro en brazos, pero el juego era “el” juego y su cerebro lo dedujo así.
Comportamiento humano es igual a decisión cerebral, ni más ni menos, la “mente” sopesa, mide, calcula y ordena ejecutar en la medida de la necesidad de existencia individual y grupal, para él sus negocios y su empresa multinacional.
Mi amigo le preguntó donde había un baño y el carcamán le indicó a la izquierda del salón, entonces lo que pasó desafía el comportamiento empresario global, a decir de los lectores que asiente si en toda su vida escucharon, les contaros o leyeron algo parecido.
Mi amigo le dijo “gracias, me lo sostiene un minuto”, mientras le alcanzaba al carcamán vestido de Armani el cachorro peludo y mugriento, mirada, lo agarró como quién agarra una pava caliente, y me amigo se demoró no 5, 20 minutos en el baño, yo creo que lo hizo a propósito.
Cuando volvió estábamos todos sentados en la sala de juntas, el carcamán en la cabecera con el cachorro dormido en su regazo, mi amigo se acercó y le dijo “ya estoy, me lo devuelve?”, el carcamán le dijo “no deje, está dormido, empecemos la reunión”.
Y nos reunimos por cerca de 2 hora, el cachorro mucho y a brazos del hombre de negocios, al final acordamos, pero el carcamán puso una última condición nada despreciable para sí, para su empresa y por supuesto para su cerebro que había estado funcionando a miles de kilómetros por hora durante esas 2 horas, dijo “lo último, me quedo con el perro”, mi amigo le tendió la mano y le dijo “está bien, pero solamente si me permite verlo una vez al mes, todos los cachorros que rescato son de última mi responsabilidad”, “esta bien, hagamos un almuerzo en casa una vez por mes”.
Entre bromas y alguna burla educada de los presentes nos retiramos, no sabíamos muy bien que había pasado ahí adentro donde el juego de naipes del apocalipsis se había convertido en una partida de ping pong amistosa entre dos amigos de la infancia.
Recién cuando iba saliendo vi de reojos la cómoda al lado del escritorio del carcamán, en la que había una foto reciente de él tomada en el Parque Rivadavia con un perro ya anciano de mirada triste, la misma foto que iba en el legajo empresarial que nos habían enviado desde su compañía para programar la reunión.
Solo me salió una sonrisa.
Llegamos abajo y mientras cada uno retomaba el resto de su día nos fuimos caminando a buscar donde cenar con mi amigo y sus inseparables, le pegue un codazo “mira que sos bicho!”, “no tanto me dijo, la vida busca la vida, al fin y al cabo los vacíos de soledad nos hacen mas insensibles al otro” me respondió, y aclaró con una sonrisa cómica “yo no puse el cachorro en el medio de la ruta! si eso te preguntas, crees en el destino?”.
Le percepción de un cerebro y una personalidad privilegiada, de alguien que le da valor y sentido a la vida del otro, de los otros, de todo lo otro, es lo que cambia la realidad de la humanidad.
Son los detalles pequeños, ínfimos casi, imperceptibles para los intereses que fluyen como ríos correntosos enloquecidos, pero que nacen de un hilito de agua en el alto de una montaña, los que diferencian a unos cerebros de otros cerebros, pero más lo es que ese cerebro que ocupa ese cuerpo, les de entidad y sepa cómo canalizarlos para lograr algo bueno.
Alguien dijo después de la reunión “una jugada magnífica, este hombre es un genio”, pero en realidad no es mas que identificar y darle valor a las pequeñas cosas, todos seríamos iluminados, seres superiores, divinidades en la Tierra, su tuviéramos el valor de tomar las decisiones correctas en los momentos adecuados.
Y es que el cerebro humano constantemente está bombardeado por millones de datos del exterior, del entorno que nos muestran que camino elegir, si el bueno o el mano, si el del amor o el del odio, el asunto es para cada uno y la humanidad que esto es un desafío enorme, justamente porque somos humanos, tan grande y tan poco como ello.
Y sí alguien se pregunta, mi amigo también tiene otras facultades, de las que detesta hablar y que hablen de ellas, y aquí voy a disentir un poco con el contenido de la nota y sus referencias, cualquier cerebro capaz de usar más de las capacidades habituales del ser humano promedio actual, genera para su “portador” el agobio del dolor humano, pues la mayor capacidad de percepción profunda lo hace capaz de “ver” el interior de la personas, lo que éstas sienten, y en los escenarios humanos, ese interior está abarrotado de dolor, abandono, angustia y olvido, y como dicen por allí “tu cerebro es esponja de tu existencia”, ni me podría imaginar lo que significa para alguien poder sentir todo eso, seguir siendo humano y al final del día solo poder cambiar una ínfima parte de ello.
Y me voy, ya llegó como siempre a eso de las 10 de la noche a casa, una locura aberrante de la forma de vida de nuestros días.
Gracias y que sus cerebros los acaricien con pensamientos agradable, y si se cruza uno que no lo es, por favor no se peguen la cabeza contra la pared para sacárselo de encima, ya se irá solo… ¿o no lo hará?…
Gracias licenciada. Con todo mi corazón (y buena parte de mi cerebro), gracias: amé leer sus comentarios, tanto o más valiosos que el artículo que acompañan. Saludos cordiales desde Uruguay.
Nuestro desarrollo,nuestro objetivo de vida es solo el desarrollo intelectual y espiritual. Intelectual ajuda a comprender a vida al contacto con otros seres más desarrollados que nosotros,como Et; otras dimensiones. ..La parte espiritual ajuda a acercarse a Dios. Mi guía Jesús.